Por Juan Páez
El tiempo le pasa y le pesa a Rusney Castillo. Sus aspiraciones de volver a las Grandes Ligas se cuelan por la finísima ranura de la pequeña puerta de los Medias Rojas de Boston, que parece hacerse cada vez más chica. El toletero de Ciego de Ávila acaba de terminar otra temporada en ligas menores en la que, pese a que dejó buenos números en Triple A, nuevamente pasó desapercibido para el equipo grande.
El patrullero, quien ya tiene 32 años de edad, participó en 120 juegos con el Pawtucket Red Sox. Dio 128 hits, incluidos 25 dobles y 17 estacazos de vuelta completa, 12 más que los cinco que conectó en todo 2018. Fletó 64 carreras, anotó 63, ligó para .278 de average y exhibió .769 de OPS.
Aunque subió considerablemente su número de vuelacercas y disminuyó la cantidad de abanicados (80 el año pasado contra 63 esta campaña), los Medias Rojas no lo tomaron en cuenta.
Esa decisión también está tomada pensando en que si los patirrojos lo hubiesen llamado y lo hubieran incluido en el roster de 40 peloteros, habrían tenido que pagar alrededor de siete millones de dólares por sobrepasar la barrera del impuesto de lujo (luxury tax).
¿Qué queda para Rusney?
Castillo pasará otro año en Boston, pero lamentablemente no será en los Medias Rojas. Estos tienen un outfield lleno en su totalidad (Mookie Betts, Jackie Bradley Jr. y Andrew Benintendi) y una nómina en la que no cabe un alfiler más, mucho menos el salario de 13.5 millones de dólares que devengará el slugger isleño tras ejercer la opción de su contrato para 2020.
Después de que finalice su pacto de siete campañas y $72.5 millones, el mismo que firmó para ser el jardinero central del futuro en el equipo grande, será completamente libre a los 33 años para firmar con otra organización e intentar volver a las Mayores. En la máxima categoría no juega desde que disputó nueve compromisos en 2016.
Desde entonces, se ha conformado con ser uno de los mejores y más constantes hombres en la ofensiva del Pawtucket, sabiendo que no lo llamarán de vuelta a la Gran Carpa. “Todo el mundo puede estar esperanzado con subir, menos yo”, dijo Castillo a Sports Illustrated hace un mes.
Él lo sabe, conoce las razones por las que la puerta al big show permanece cerrada y polvorienta. Pero, pensando en su familia y en su futuro, no podía dejar de tomar la opción del jugador en su contrato.
Por una zafra más, Castillo será el mejor pagado en las menores. Su sueldo se diferencia con facilidad de los dos mil o tres mil dólares que puede ganar una figura con salario de Triple A.
Aquel que en su momento fuera el trato más lucrativo para un agente libre cubano se convirtió en una trampa de la que saldrá, cual fiera liberada, luego del último out de la zafra 2020 de ligas menores.
Estadísticas de Rusney Castillo en 2019:
Año | Eq | JJ | VB | CA | H | 2B | 3B | HR | CI | BA | OBP | SLG | OPS |
2019 | Pawtucket | 120 | 460 | 63 | 128 | 25 | 1 | 17 | 64 | .278 | .321 | .448 | .769 |
Lo de Rusney es uno mas de los absurdos en las GL, bastante frecuentes con los cubanos y que no tienen explicacion por los rendimientos ni por las habilidades del jugador ni por aquellos que logran jugar en lugar de los nuestros.
Si aun no lo creen, preguntenle cuanto le pagaban a Camilo Pascual (7 Juegos de Estrellas, 2 temporadas de 20 ganados o mas y 3 lideratos de ponches) uno de los lanzadores mas dominantes de la decada del 60, y cuanto ganaban otros lanzadores estadounidenses que coincidieron con el habanero, y que nunca se acercaron a esos numeros y premios.
Por supuesto que no son los tiempos del racismo declarado que sufrieron Minoso o Tiant, pero la resaca de aquellos tiempos aun esta presente y es lo unico que explica que esas dos glorias no esten el Hall de la Fama, o que Tany Perez fuera elegido por los pelos cuando casi se le acababan las oportunidades.
No crean que las imposiciones, las piñas y los favoritismos son exlcusivos del empobrecido beisbol de la isla. No solo los directivos de los equipos sino tambien la prensa que los cubre, tienen un alto grado de parcialismo a favor de determinados peloteros que aun siendo mediocres (con la sabermetria y sin ella), son tratados con guantes de seda.
Busquen en las noticias y los articulos de google sports como trataban a Rikimbili, Escobar, Kendrys o Alex Guerrero cuando no lograban la perfeccion. Pues bien, no muy diferente a como tratan ahora a Rusney, Tomas o Iglesias. Despues lean como cubren a Heyward, Swanson y decenas de peloteros de un nivel inferior al de los cubanos.
Para ser justos, no ocurre en todas las organizaciones ni son todos los periodistas anglos, pero es relativamente comun. Las injusticias (favoritismos) han llegado a tal nivel que Kendrys perdio casi 3 anos de su carrera en Ligas Menores para darle paso a un mediocre como Casey Coachman. Yunel, un solido infielder a la defensa y al bate, no encontro equipo aun cuando venia de temporadas buenas y estaba en forma. Tampoco Jose Iglesias que este ano solo pudo recibir un contrato de Liga Menor y que por casualidad (lesion de un Don Nadie como Peraza) logro jugar en el equipo grande. Luis Robert y Andy Ibanez siguen perdiendo tiempo en las ligas menores, mientras otros bastante inferiores a ellos son llamados a los 20 o 21 anos.
Por ahora, es lo que toca y por eso cuando un pelotero cubano recibe la oportunidad (casualidad) de jugar en GL no tiene otra opcion que brillar a un nivel 4 veces superior al de los otros candidatos a la posicion, especialmente si son nativos.
Asi y todo, solo el azar de encontrar una organizacion y unos directivos sin prejuicios que no los releguen, puede abrirles las puertas los peloteros cubanos que generalmente se les exige y se les evalua en forma muy diferente a otros.