Por Kiara González
Si hay un día especial para el pelotero Lázaro Junco Nenínger, es precisamente el 27 de abril; pues en una fecha como esta, tuvieron lugar dos hechos que este destacado slugger guarda como momentos cumbres de su carrera deportiva.
En 1984, el recio toletero matancero arribó a la cifra de 100 vuelacercas en Series Nacionales frente al sobresaliente serpentinero capitalino Lázaro de la Torre durante un juego en el Estadio Victoria de Girón.
Curiosamente siete años después (1991) y en la misma instalación, bautizada hoy como el Palacio de los Cocodrilos, el jardinero de los equipos Citricultores, Henequeneros y Matanzas, se convirtió en el segundo bateador cubano en arribar a los 300 jonrones en los clásicos criollos pero en esa ocasión el batazo de Junco fue contra el lanzador habanero José Ibar.
Esta hazaña sólo había sido lograda anteriormente por el inicialista villareño Antonio Muñoz.
Junco llegó a ser por varios años el líder histórico en cuadrangulares con un total de 405, hasta que el santiaguero Orestes Kindelán dejó atrás su primado y lo llevó hasta 487.
Pareciera que este espigado atleta estuviera programado para sacar la pelota del parque puesto que en 18 temporadas consiguió el liderato de ese departamento en 10 ocasiones. Aun así coincidió con otras luminarias de nuestra pelota y muy pocas veces fue tenido en cuenta para integrar los equipos Cuba.
Más de una vez el número 32, oriundo de Limonar, ha referido que su objetivo eran los 500 jonrones; sin embargo, el retiro llegó cuando apenas tenía 33 años, en plena juventud y gran estado físico. Fue uno de los atletas forzados a cerrar su carrera como jugador activo por un supuesto “ciclo olímpico” que sacó masivamente a los “veteranos” de nuestros clásicos domésticos.
No obstante, entre los logros en su trayectoria deportiva conserva el haber sido el primer pelotero cubano en arribar a la cifra de 400 batazos de vuelta completa en Series Nacionales. De hecho, fue el primero en conseguir tal resultado en cualquier béisbol del mundo.
Pero hay más. Esta fecha parece tener algún tipo de atracción por los grandes resultados. El propio 27 de abril de 1991 Gabriel Pierre pegó su vuelacercas número 100 de los 306 que conectó de por vida y es el segundo mayor jonronero en la historia del equipo de Santiago de Cuba, superado sólo por Kindelán.
Resulta que también un 27 pero de enero de 1996 Junco firmó su bambinazo 400 ante Alberto Pavón de la Isla de la Juventud. El 27 pareciera ser un número interesante para más de un pelotero pero para Junco sí que es el de la suerte.