La dualidad de altos promedios y poder al bate es algo que no es habitual en el beisbol. En las Series Nacionales de la pelota cubana los sluggers Jose Abreu y Alfredo Despaigne son los únicos que han llevado esto a la máxima expresión y ambos lo hicieron en la misma etapa, durante la segunda década del presente siglo.
Tanto el cienfueguero como el granmense alcanzaron, en una misma temporada, la marca de .400 de average de bateo y la cifra de 30 cuadrangulares. En esa época todavía el pitcheo promedio de la Serie Nacional no era tan deficiente y la calidad de ambos se demostró luego en circuitos de mayor calidad. En el caso de Jose Abreu, en las Grandes Ligas y Alfredo Despaigne en la Liga Japonesa (NPB).
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Para que se entienda lo difícil que es alcanzar estos números en el beisbol cubano, les digo que sólo seis bateadores han logrado despachar 30 o más jonrones en cualquier Torneo Nacional; dígase Serie Nacional, Series Selectivas, Copas Revolución, Súper Ligas, Serie Especial de los 10 Millones y Liga Élite. De ellos, únicamente dos lo han hecho bateando para un average de .400 o más.
En el marco de la Serie Nacional 49 (2010), el nacido en Contramaestre, Santiago de Cuba, Alfredo Despaigne, logró la friolera de 31 batazos para la calle. Con un average de bateo de .404, producto de 128 hits en 317 veces al bate. Aquello fue un acontecimiento insólito, ni siquiera con bate de aluminio se lograron tales números.
Un año después, en la Serie de Oro, el Novato del Año del 2014 y MVP de la Liga Americana del año 2020, Jose Abreu logró una marca aún mejor. En esa contienda despachó 33 batazos de vuelta completa y completó un promedio astronómico ofensivo de .453, con 96 inatrapables en 212 turnos oficiales al home plate.
Lo que hace aún más espectacular la marca de Jose Abreu, es que, además de todo lo antes expresado; tuvo una frecuencia jonronera de un cuadrangular cada 6,42 veces al bate: de otro planeta. Sin dudas una de las mejores temporadas ofensivas para cualquier bateador en Series Nacionales. En la opinión del que suscribe; la mejor en lo que a bateo se refiere.
Para que se tenga una mayor dimensión de lo extraordinario de la hazaña de Jose Abreu y Alfredo Despaigne, voy a agregar que sólo otros dos peloteros en nuestros torneos domésticos llegaron a conectar, no 30, sino 20 jonrones y batear para 400; ambos fueron leyendas del beisbol del patio.
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Jugadores que quedaron cerca de Jose Abreu y Alfredo Despaigne
En 1989, en la Serie Nacional 28, Orestes Kindelán, máximo jonronero de la pelota cubana, logró lo que ningún bateador cubano logró hasta entonces, la triple corona de Bateo, en su caso en la llamada Liga Oriental. En ese torneo su average fue de .404 y conectó 24 jonrones.
El otro en lograrlo fue el llamado niño prodigio del beisbol cubano, Omar Linares, pero en su caso; por partida doble. En 1990, durante la XVI Serie Selectiva, igualó la hazaña del nacido en Palma Soriano. En esa ocasión bateó para .411 y conectó 20 bambinazos. Seis años después, pero en una Serie Nacional, la número 35, logró promediar .403 y volvió a despachar 20 para la calle. Sin dudas un reto solo para extraclases.
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