Danel Castro…¿El retiro pa’ cuándo?

Por Alexander García Milián Cuando este domingo Danel Castro le dio jonrón de línea por el left a Erlys Casanova en el Latino, todos quedamos boquiabiertos- ¡Clase de batazo!- me digo, tal vez dijeron muchos, la mayoría. Con esa línea de Danel se pueden tejer muchas analogías, la más sensata, la del vuelacercas que todos […]

Por Alexander García Milián

Cuando este domingo Danel Castro le dio jonrón de línea por el left a Erlys Casanova en el Latino, todos quedamos boquiabiertos- ¡Clase de batazo!- me digo, tal vez dijeron muchos, la mayoría.

Con esa línea de Danel se pueden tejer muchas analogías, la más sensata, la del vuelacercas que todos disfrutan, la de esas conexiones que siempre queremos ver y sí es un tipo que a sus más de cuarenta años parece tener veinte y no es verborrea barata, miren a ver quién le pega a la bola como el tunero.

Es Danel, un hombre que se clava ahí en home, luce más chiquitico todavía pero se clava y se la da a cualquiera, a Raidel Martínez, a Moinelo, a Lázaro Blanco, a Freddy Asiel, a cualquiera, Danel no cree en algoritmos infundados ni numeritos sutiles; todos eso es frío, en el terreno, en la caliente, donde hay que darla, siempre lo hace.

Hoy en Las Tunas, como segundo madero, como tercero, Danel es figura, es pieza clave y Civil le pide a todo el mundo para que el “viejito” este al quilo siempre, es su piedra de la buena suerte, el mago, el santo, todo.

Es Danel que a finales de los 90 y principios de los 2000 logró llegar al equipo grande, al Cuba, cuando estaban los grandes, cuando Baltimore, cuando Winnipeg, Danel estaba ahí, luego se pierde, vino aquello de fatalismo geográfico y demás cuestiones, entonces de a poco empieza a regresar a planos estelares; la vida siempre recompensa, a su manera pero siempre recompensa.

Ya la temporada anterior, en la serie 58, Danel dejó entrever la posibilidad del retiro, de terminar por la puerta ancha como muchos, como Pestano recuerdo ahora, pero a tono personal deseo que se quede al menos tres años más, pues el hombre ni a los 50 dejaría de dar palo.

Con Danel el béisbol cubano toma algo de aire, se llena de vida; en su figura se palpan los matices de viejos anhelos, de épocas pasadas donde todo fue mejor.

Nos vemos a la vuelta.

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