Por Gian Franco Gil / @Gian_Gil98
Pasaron 21 años en las Grandes Ligas de Estados Unidos para que debutara otro jugador con la estirpe de David “Papi” Ortiz. En el 2019, desde Las Tunas, Cuba, llegó un poderoso zurdo a la Gran Carpa. Los Astros de Houston hicieron debutar a Yordan Álvarez en su primer equipo y el slugger rindió tanto que se convirtió en Novato del Año de la Liga Americana.
El parecido del pelotero cubano al dominicano es increíble. El joven talento emula al que por muchos años defendió la camisa de los Medias Rojas de Boston, tanto en el físico, como en sus funciones sobre el terreno del juego. Con solo 24 años se prevé que el antillano se encuentre en las próximas temporadas entre los mejores bateadores designados de la liga.
Álvarez, evidentemente, nació para batear y, sobre todo para hacer volar la esférica enormes distancias. Sus extremidades largas, movimientos coherentes y un swing cada vez más poderoso y marcadamente buscando las cercas de los estadios del mejor béisbol de Estados Unidos lo hacen un bateador temible, como lo fue el “Big Papi” en su momento.
Su último premio conseguido en la postemporada de las Grandes Ligas, en la que resultó Jugador más Valioso de la Serie de Campeonato entre Boston y Houston llamó poderosamente la atención del ex ligamayorista. Ortiz confesó durante su participación en un programa de Fox Sports que: “Llamaré a Yordan Álvarez a la resurrección de Big Papi”.
Asimismo, reconoció que el cubano tiene similitudes con él, pues son bateadores poderosos que no temen a conectar batazos en los momentos de alta tensión en la postemporada de la MLB, reflejó en su sitio web Fansided.
David Ortiz comenzó su carrera en el primer nivel del béisbol estadounidense con los Mellizos de Minnesota. En sus primeras temporadas la producción de cuadrangulares estuvo limitada, no fue hasta la séptima campaña que superó la cifra de 25 batazos de vuelta completa, llegando a hasta 31 cuadrangulares. Luego, estabilizó su paso jonronero, para llegar a promediar aproximadamente 27 jonrones por contienda de MLB.
Por su parte, el inicio de Yordan fue más explosivo. En su primera campaña desapareció 27 bolas, en la segunda sufrió una lesión comenzando, y en el 2021 disparó 33 vuelacercas, acumulando 61 jonrones en 233 desafíos.
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El futuro del “Ébano de Las Tunas” es muy prometedor. De mantener el poder de su madero y el temple para conectar en momentos oportunos, se convertirá –si no lo es ya- en uno de los bateadores más cotizados en MLB. Por ahora, el simple hecho de que acapare la atención de un hombre que hizo historia en ese béisbol es un buen síntoma. El reto está lanzado. Lo que suceda en su futuro estará definido por su esfuerzo. Su talento no tiene “techo”.