Por Franco Miguel Alvariño
Las Grandes Ligas son para los grandes jugadores. Eso está más que claro. No obstante, todavía no dejamos de sorprendernos con la espectacularidad de este deporte que, en manos de los mejores, resulta fuente inagotable de emociones y jugadas de magnífica factura.
Así sucedió durante el enfrentamiento entre los Texas Rangers y los Astros de Houston cuando, en la apertura del quinto capítulo, el infield de los locales se combinó para conseguir el segundo out del inning de manera excelente.
José Trevino, por la escuadra de los Rangers, entró a empuñar con uno fuera en la pizarra del Minute Maid Park. Con una bola en su cuenta, abanicó un envío de Framber Valdez y pegó rodado hacia territorio del campocorto.
La conexión le exigió a Carlos Correa moverse unos pasos hacia su derecha y, guante de revés, se hizo de la pelota en dos tiempos y no pestaño siquiera antes de enviar las costuras al mascotín del inicialista Yuli Gurriel, quien levantó el tiro para completar la jugada.
Houston derrotó en ese partido 4×1 a Texas. El pitcheo de los siderales mantuvo a raya a sus rivales durante todo el choque. La única anotación de los Vigilantes llegó en la novena entrada, por intermedio de cuadrangular en solitario de Andy Ibáñez por todo el jardín central.
Como defensor del primer cojín, “La Piña” ha cometido cinco errores en lo que va de temporada que, teniendo en cuenta sus 713 oportunidades, ostenta average defensivo de .993, puntero entre quienes juegan su posición. Asimismo, ha intervenido en 55 combinaciones de doble play.