Por Kiara González
Si bien la disciplina es uno de los factores determinantes para conseguir el éxito en todas las esferas de la vida parece ser que, al capitalino Lázaro de la Torre, la fórmula de hacer siempre lo correcto no le ha funcionado, al menos, luego de retirarse del deporte activo y dedicarse por completo a la dirección en el béisbol.
Y digo que parece no funcionarle pues, aunque con méritos para ello se le ha hecho esquiva la dirección de Industriales aun cuando muchos seguidores de la capital aprueban su candidatura. La sequía de títulos en los últimos 10 años para el elenco citadino ha provocado la improvisación. Entre tanto cambio, pudiera parecer que De la Torre tendría posibilidades de llevar las riendas de los azules.
Sin embargo, a falta de un chance con el equipo grande, en 2018 se le entregó el mando del conjunto sub-23 que participaría en el Campeonato Nacional de la categoría. Pero, el conjunto no llegó muy lejos. Ni siquiera pudo clasificar a los playoffs. Tras este resultado fue sustituido de sus funciones y hoy se mantiene al frente de Plaza de la Revolución en la Serie Provincial.
«Para mí el sub-23 fue una equivocación de ellos, una prueba que quisieron hacer por tanta efervescencia del público que quería que yo dirigiera y lo decidieron en contra de su voluntad», nos comenta De la Torre en entrevista exclusiva para el segmento Swing Caliente de nuestro Canal de YouTube.
El Brazo de Hierro, un hombre que ha vivido para el béisbol asegura que «a ellos (dirigentes de la provincia) no les gusta la disciplina mía. Dicen que soy demasiado disciplinado». Y es que, al parecer, exigir el cumplimiento de las normas, el respeto a la camiseta, el amor al juego, se volvió en su contra, cuando en la práctica esa debiera ser la filosofía de quienes se dediquen a la dirección en cualquier deporte.
«No sé si dijeron: “Mira vamos a probar ya y démosle el sub-23”. No sé bien por lo que ellos habrán decidido darme la dirección. Fíjate si es así, que yo llegué, no como Víctor (Mesa) sino como soy yo y muchos cambios que hice ahí en el Changa (Estadio de la Ciudad Deportiva), cosas que debían ser normalmente», asegura.
Quienes conocen a De la Torre y los que han seguido su carrera como director saben que es un hombre recto y exige muchísimo, pero a la vez defiende los intereses de sus jugadores y busca siempre tener las mejores condiciones posibles, pues de eso también depende el resultado competitivo. A todas luces, eso molesta a los “jefes”.
«Hubo un momento en que me hicieron una entrevista y yo dije que no teníamos las condiciones, ni implementos, ni terreno, no íbamos a jugar en el Latino aun estando vacío. Tampoco podíamos estar en el hotelito cuando había hospedaje disponible. Yo hablé con los compañeros que había que hablar y me resolvieron el hotel. Claro, yo no lo pagué sino la provincia. Ya yo hice bastante con resolverlo para que los muchachos no estuvieran en Mulgoba. Entonces, se aparece el Director Provincial de Deportes a decirme a mí, que Mulgoba estaba muy buena. Yo le respondí: “Si está muy buena para usted, pero no para unos atletas que tienen que descansar. En el hotel van a descansar más”. Yo me ocupé de que así fuera.
La cuestión de la sede de los juegos de la categoría en la Habana es un asunto contradictorio. Y es algo de tiempo. El estadio Latinoamericano ha sido y es considerado la casa de Industriales y del equipo Cuba, mientras en las otras provincias no sucede igual. «Nos decían de jugar en el Changa Mederos y está bien eso, pero por qué no en el Latino si el resto de los equipos juegan en los estadios principales», cuestionaba De la Torre, pero esta era una interrogante también de atletas y aficionados en sentido general.
Los problemas no fueron pocos. «Antes de terminar el Campeonato sub-23 me llaman a la Dirección Provincial para hacerme un juicio», explica De la Torre y se pregunta: «¿Cómo un juicio? Había unos metodólogos con el director y el del Partido que atendía el béisbol en ese momento. Él ni me conocía, yo lo conocí justo ahí», aclara.
«Fue cuando el director me dijo que yo había subido unos comentarios a lo que respondí que yo no había hecho eso. En primer lugar, porque no sé usar las redes sociales, simplemente me hicieron una entrevista y contesté lo que era y lo que es», subraya.
«No es mentira lo que dije. El equipo entrenó con mis pelotas, las cuales traje de Japón, compradas con dinero que podía emplear para mí y lo gasté en implementos y para vestir a mi equipo. Como mismo dije que no teníamos merienda y no la tuvimos hasta después de no sé qué tiempo por gestiones que hice, hasta que después apareció la que correspondía. ¿Transporte? Tampoco tuvimos… Lo resolví yo personalmente», declaró con esa sinceridad que lo ha caracterizado durante años y que le ha hecho ganar el respeto de muchos.
A continuación, el video del episodio 8 del segmento Swing Caliente (miércoles, 8pm) de nuestro canal de YouTube. Recuerde suscribirse y activar las notificaciones para otros estrenos. Déjenos sus comentarios que su opinión siempre nos interesa.