En febrero de 2020, durante una pelea celebrada en la arena del Hotel MGM de Las Vegas, el boxeador británico Tyson Fury derrotó por nocaut técnico en el séptimo asalto al estadounidense Deontay Wilder, considerado el más temible golpeador de la categoría pesada del Consejo Mundial de Boxeo (WBC, por sus siglas en inglés).
Fury propinó golpes a su rival de una forma que pocos anticiparon y, de hecho, llevó a Wilder a la lona en el tercer y quinto asaltos, para llevarse la victoria en la pelea y poner fin al reinado de cinco años que tenía Wilder como campeón de la división.
Meses después del combate, el peleador estadounidense rompió su silencio sobre lo acontecido en aquella velada y dio una serie de excusas sobre su derrota. Quejas sobre el traje que usó antes de la pelea, manipulación del agua que bebió, irregularidades en los guantes de su oponente y la actitud del árbitro principal, Kenny Bayless, fueron algunas de las “justificaciones” aportadas por Wilder.
Sin embargo, las declaraciones más fuertes hicieron referencia a su entrenador asistente Mark Breland, quien tiró la toalla en el séptimo acto, al ver la soberana paliza que estaba recibiendo su púgil, arrinconado en una esquina del ring.
«Ese hijo de p*** ni siquiera me hizo una advertencia. Si eres parte de esta trama, era algo que no le importaba hacer, tenía que cumplir con su obligación. Yo ya me estaba recuperando y de repente tira la toalla», aseguró Wilder.
Esta situación tan polémica, provocó el despido de Breland (campeón del mundo del peso welter y olímpico en Los Ángeles 1984) como entrenador de Wilder, acusado de deslealtad y de ser el responsable, de adulterar el agua que el boxeador consumió durante el combate. Desde entonces, la relación entre ambos ha sido muy tensa.
En días recientes, Breland respondió por vez primera a las acusaciones hechas por Wilder, en declaraciones ofrecidas a The Fight Is Right.
«Mucha gente me conoce, mi personalidad habla por mí misma. ¿Adulterarle el agua? Si ven los videos o lo que sea, nunca se ve el agua de él en mis manos. Alguien más es quien le está dando agua en todo el combate», dijo Breland.
Sobre la derrota de su entonces discípulo ante Fury, Breland responsabilizó al pésimo entrenamiento que hizo el boxeador estadounidense para el combate: «Nunca le pegó al costal ni tampoco brincaba la cuerda. El sólo tenía su poder y no iba a llegar muy lejos ahí. Es todo lo que tengo que decir al respecto».
Igualmente el entrenador puso en tela de juicio la calidad de Wilder cuando expresó: «Si yo hubiera boxeado contra los rivales que él boxeó, yo igualmente les habría ganado. Esa es la verdad. Solo tuvo un buen triunfo frente (al boxeador cubano) Luis Ortiz».
«La carrera de Wilder ya se terminó. Yo estoy acabado, pero él está acabado también. Le deseo el bien y es todo, pero ya terminé con él. Y a pesar de todo, estoy aquí para ayudarlo si me necesita», concluyó Breland.
La respuesta de Deontay Wilder a las críticas de su exentrenador asistente no se hizo esperar. Apenas 24 horas bastaron para seguir calentando las tensiones entre ambos.
«La única explicación que encuentro es que tiene celos de mí y de mi carrera. No encuentro otra razón, porque no tenemos ningún tipo de relación fuera del boxeo. Tal vez eso es todo, tal vez quería ser más cercano a mí. Pero él tiene que saber que no soy ese tipo de persona, soy callado e introvertido», dijo Wilder a 78 Sports TV.
El boxeador continuó: «No sé qué ha ocurrido con él ni de dónde ha salido tanta mier**. De pronto ha querido enterrar mi carrera, cuando ya muchos lo han ridiculizado y dudado de su trabajo. Él debería aceptar su culpa en lugar de estar apuntando a los demás».
Wilder opinó que lo que sucede con Breland es que tiene celos de su carrera profesional y del lugar que ha ocupado en el boxeo mundial, respecto a la corta trayectoria que tuvo su exentrenador. «Puede ser una cuestión de envidia. No puedo entender de donde viene, pero así tendrían sentido muchas cosas. Él me ha estado envidiando y ha tenido celos de mí. Nunca lo había visto, pero ha sido de esa forma», agregó Wilder.
Las declaraciones de Wilder concluyeron lanzando un reto a Breland: «Hablamos cuando quieras, sabes dónde encontrarme».
Lo cierto es que siguen bien tensas y ardientes las relaciones entre ambos: Deontay Wilder y Mark Breland, boxeador y entrenador.
¿Tendremos nuevas declaraciones al respecto? ¿Qué opina usted, amigo lector?