Vicyohandri Odelín CONFESÓ porqué se tatuó el rostro de Castro

Por Pablo E. Díaz Vicyohandri Odelín fue, sin dudas, uno de los mejores lanzadores que dio Camagüey y Cuba, en lo que va de siglo. El campeón olímpico de Atenas 2004 y subcampeón del Primer Clásico Mundial 2006, siempre se mostró como un lanzador corajudo, de los momentos tensos, y nunca se ha escondido para […]

Por Pablo E. Díaz

Vicyohandri Odelín fue, sin dudas, uno de los mejores lanzadores que dio Camagüey y Cuba, en lo que va de siglo. El campeón olímpico de Atenas 2004 y subcampeón del Primer Clásico Mundial 2006, siempre se mostró como un lanzador corajudo, de los momentos tensos, y nunca se ha escondido para manifestar su admiración por Fidel Castro.

Siendo apenas un veinteañero, protagonizó una actuación memorable en la postemporada de la Serie Nacional XL, sobre todo, en el Play Off semi-final frente a la poderosa escuadra de Santiago de Cuba, la cual logró aglutinar uno de los equipos más sólidos en la historia de los torneos domésticos, donde se incluían Orestes Kindelán, Antonio Pacheco y Gabriel Pierre, entre otros.

Esa actuación lo llevó a integrar la selección nacional al Campeonato Mundial celebrado en Taipei de China 2001. Comenzaba así una fructífera carrera para el nacido en Guantánamo, pero que siempre representó a Camaguey dignamente.

Desde ese entonces se hizo un habitual en el conjunto de las cuatro letras como uno de sus lanzadores más efectivos, generalmente como relevista, aprovechando así su capacidad para enfrentar momentos cruciales del juego, aunque en algunas oportunidades actuó como abridor.

Fue justamente en esa etapa donde creció su admiración por Fidel Castro, de la cual en varias ocasiones se ha hecho eco, incluso en sus redes sociales, plataforma en la que ha mostrado un tatuaje de su rostro, el cual lleva con orgullo.

“Siempre lo admiré, desde que era un niño me llamó la atención sus acciones en favor del deporte cubano y el país de forma general. Tatuarme su figura, fue la manera que encontré para honrarlo, nunca lo olvidaré”.

“Él estaba pendiente a todos los detalles en cada preparación que hacíamos para un evento internacional, asistía a los entrenamientos con frecuencia y conversaba con todos los miembros del equipo Cuba de diversos temas, incluso de política”, expresó el mítico número 23 en una entrevista exclusiva para Swing Completo, en su hogar de la barriada “El retiro” en la capital agramontina.

El Viyo fue uno de los puntales indiscutibles del conjunto cubano que obtuvo el segundo puesto en el primer Clásico Mundial de Béisbol 2006, que vivió sus primeras compases en el estadio Hiram Bithorn de Puerto Rico.

Allí le propinó un ponche memorable al boricua, Iván Rodríguez, actualmente miembro del Salón de la Fama de Cooperstown, para sellar la victoria cubana en el choque que definía el pase a las semifinales del evento, que en ese momento reunió a buena parte de los mejores peloteros del mundo. Luego de retirar al legendario receptor con su lanzamiento más efectivo, el famoso “garabato” el “Pudge” Rodríguez no podía creer lo sucedido.

Al preguntarle en qué consistía el agarre de ese lanzamiento letal, al cual Ariel Pestano llamó el garabato, respondió:

“Cuando era niño vi en una revista el agarre utilizado por Greg Maddux y comencé a utilizarlo cuando jugábamos en los pitenes del barrio con pelotas confeccionadas con media, hasta que lo perfeccioné; ese era el lanzamiento que utilizaba en los momentos más complejos del juego”, comentó.  

Su carrera estuvo marcada por importantes triunfos frente a los de la Isla del encanto, además de la mencionada en el Primer Clásico, sumó la que le dio el pase a Cuba hacia los Juegos Estivales de Atenas, durante el torneo preolímpico celebrado, en Panamá, en 2003 con excelente labor monticular, aunque ese desafío terminó por nocaut a favor de Cuba.

Siendo ya un consagrado, asistió como refuerzo de Villa Clara a la Serie del Caribe de Islas Margaritas en 2014, allí le pidió la bola a Ramón Moré frente a los Indios de Mayagüez; resultado final:     lanzó completo con más de 120 envíos hacia el plato sin permitir carreras, un boleto y dos ponches, y firmar así la mejor actuación para un lanzador de la mayor de las Antillas desde que regresara a ese evento tras 54 años de ausencia en ese evento que fue fundado por Cuba.

Los dejamos con el video, que como siempre puede encontrar en nuestro canal de YouTube: