Por Swing Completo
En Cuba hay un refrán que cuando un dirigente es sustituido de su cargo por un mal trabajo termina beneficiándose de la consecuencia. En otras palabras: “explota para arriba”.
Claro está, existen unos cuantos ejemplos del efecto contrario, como es el caso del pinareño Heriberto Suárez, el hombre que inauguró en 2014 el cargo con el nombre de Director Nacional de Béisbol (antes se conocía básicamente como Comisionado Nacional).
Por espacio de dos años estuvo Heriberto en esta función después de desempeñarse como Director del INDER en su natal Pinar del Río. Para mucha gente su gestión fue altamente cuestionable, y quizá su principal aporte estuvo en defender la celebración del primer y hasta ahora único coloquio del Salón de la Fama del béisbol cubano que permitió la selección de diez miembros al virtual recinto.
No obstante, al año siguiente con él al frente de la Comisión, fue cuando se suspendió indefinidamente este proyecto que hasta el día de hoy sigue sin retomarse por cuestiones meramente políticas.
Sin los conocimientos suficientes en la materia de béisbol, con falta de organización, serias divisiones internas, falta de valor para afrontar problemáticas de todo tipo y lograr un buen debate con sus superiores frente a decisiones injustas, se combinó con otros elementos como la falta de transparencia en su trato de peloteros, entrenadores y periodistas.
Para 2017 el cargo de Director Nacional de Béisbol había quedado desierto con la decisión del INDER de apartar a Heriberto, que si bien muchos pensaron se trataba de un castigo por su deficiente gestión, poco después se evidenció que la opinión “arriba” era diferente. Suárez fue escogido para dirigir la misión de colaboradores cubanos en Perú, nada menos que en medio del ciclo rumbo a los Juegos Panamericanos que acogería precisamente la capital del país andino.
Pero Heriberto no duró mucho en su nueva función y poco tiempo después retrocedería considerablemente en la típica escalera de niveles de cuadros y dirigentes. Algunos entrenadores señalan que en tierras peruanas lo persiguieron muchos de los errores cometidos desde Cuba, y pese a que en teoría puede parecer más sencillo este tipo de deberes foráneos, hubo un decrecimiento en la mayoría de los parámetros que tenían su responsabilidad directa.
Después de haber salido de Pinar del Río con sus promociones a DNB y Jefe de Misión en Perú, el controvertido funcionario volvió a vuelta abajo en un cargo inferior al que tenía antes de dirigir la pelota cubana.
Se trataba del puesto de comisionado provincial en una provincia que, si bien cuenta con una enorme tradición, no escapa de grandes complejidades socio-económicas que tornan el panorama sumamente difícil y ahora con menos posibilidades de todo tipo para tratar de mejorar en la inmensa mayoría de los aspectos.
Mucha gente hoy puede preguntarse cómo con tantas opiniones adversas y errores consabidos en sus diferentes funciones, Heriberto sigue dando vueltas en el entorno del INDER.
Desgraciadamente ésta ha sido una realidad de Cuba, y también está el hecho totalmente verídico que no abundan aquellos que están dispuestos a asumir puestos de dirección, porque el beneficio es limitado en la mayoría de las ocasiones mientras la honestidad esté por el medio, y como muchas veces eso va quedando en el camino hay quienes temen un final nefasto por corrupción. Muchos problemas, eso sí, es la mayor garantía de tener responsabilidades en la Isla, por lo que aquellos pocos con algo más de preparación que exdeportistas de bajo y medio nivel cultural (el porciento es elevado) son reubicados una y otra vez aunque muchas veces caigan en una especialidad de la que no saben demasiado.
Así pasa con Heriberto Suárez y con muchísimos más, por lo que no es de extrañar que mañana lo veamos dirigiendo de nuevo más allá de Pinar del Río. Quizá no dentro del béisbol, pero nadie quita que lo haga en cualquier otra disciplina o vuelva a coger avión para intentar una jefatura de regular a buena en algún país con vínculos con Cubadeportes. Con él y con el INDER, prácticamente todo es posible.