Por Yasel Porto
No hago este escrito solo porque se trata de un cubano. Ni tampoco por ser uno de los peloteros con los que más he simpatizado desde que irrumpió en el béisbol con esa recta que lo convirtió en una figura tan mediática como estelar.
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A eso hay que incluirle la falta de sentido común a la hora de criticar algo con adjetivos crudos, injustos e irrespetuosos por algo que es normal en el béisbol y que el propio sitio dominicano llega a reconocer que quizá ni sea Chapman el responsable de lo sucedido.
El tema es que la plataforma digital “Al Medio” emitió un artículo en 2021 que ahora vuelve a replicare sobre un boleto intencional entregado por el “misil cubano” al estelar jardinero quisqueyano Juan Soto. Algo que consideran un gesto de cobardía por parte del relevista de los New York Yankees.
Pero el propio escrito llega a un punto de contradicción tal, que un poco más abajo señalan que tal vez la decisión fue tomada por el manager Aaron Boone. Aunque de todos modos en esa variante también queda machada la imagen del holguinero, porque para ellos debió negarse a transferir al entonces jugador estrella de los Nacionales de Washington.
Si todo hubiera quedado en ese año que pasó, ni yo me hubiera enterado de este escrito. Mas facebook me mostró un publicación de hace dos días de una polémica página con un nombre bien sugerente pero nada beisbolero: “Dile no a la mala ortografía”.
En dicha plataforma replicaban nuevamente el desafortunado artículo de “Al Medio”, sumándole un post en el que insisten con la palabra cobardía y ponen a sus seguidores a debatir. Por fortuna para Chapman y los que admiramos su carrera como pelotero la inmensa mayoría de los comentarios fueron censurando a estos malintencionados “periodistas” dominicanos.

Artículo de “Al Medio” sobre Aroldis Chapman
Todo porque según citaban ahí, el boleto intencional a Soto era el primero que daba el cubano a un bateador zurdo en su trayectoria dentro de las Grandes Ligas. Como si eso fuera nuevo, y a alguien la restara nivel por decidir eso o estar de acuerdo con la determinación de su manager.
No es la primera vez que algunos colegas y fanáticos de ese país se ponen a cuestionar de una u otra forma a los peloteros cubanos y al béisbol de Cuba en general para enaltecer lo suyo.
Una verdadera pena, porque después de Estados Unidos, la principal potencia histórica de este deporte ha sido Cuba, que llevó el béisbol a Dominicana, que lo desarrolló, y luego potenció sus campeonatos.
Gracias al scout cubanoamericano Alex Pompez de los Gigantes comenzaron su andar por la MLB en 1956 los dominicanos, cuando más de un 200 de cubanos (si contamos Ligas Negras) había pasado por ahí desde la primera liga profesional nada menos que en 1871 en la que solo jugaban norteamericanos. Sin contar el impacto en muchos de los cubanos.
Cuba tuvo dos franquicias en Ligas Menores (Havana Cubans y Cuban Sugar Kings), ganando estos últimos todo el nivel Triple-A en 1959, como antes hicieron en las Ligas Negras con los New York Cubans (1947).
A la isla viajaron desde inicios de siglo XX los mejores equipos y jugadores para ganar y perder contra los criollos, tanto en series de exhibición como lo que pasó con esa infinidad de peloteros negros y blancos que fueron parte de la Liga Cubana, con un porciento notable de los que hoy pertenecen al Salón de la Fama de Cooperstown.
Ojalá esos que llamaron cobarde a Chapman, y se aprovechan de cuanta situación negativa haya con un pelotero cubano para resaltar a los suyos en detrimento de los cubanos, sean un poco más serios, justos y hasta agradecidos.
El béisbol dominicano es buenísimo y merece gran respeto. Pero el cubano también, y aquí resalto negativamente lo que pasó en la última ceremonia de exaltación a un Salón de la Fama de Cooperstown en el que Cuba es el país foráneo más representado.
Cuando habló David Ortiz en las dos conferencias de prensa, los cinco periodistas de origen cubano estuvimos presente, cosa que no pasó con Tony Oliva. Al cubano lo acompañó menos del 25 % de los incontables periodistas quisqueyanos, quienes estaban en la sala contigua. Muchos de ellos sin hacer otra cosa que conversar y reír.
Dominicanos y latinos en general. No solo se trata de pasado, que a Cuba la favorece y por mucho. Lo que pasa es que ha habido una situación política en las últimas seis décadas hayan sido un obstáculo grande para que el protagonismo cubano en Grandes Ligas hubiera sido o sea mucho mayor de lo que es. Que por suerte, cada día crece más pese a los tantísimos pesares.
Cuba y sus peloteros, los de ayer y los de hoy, merecen el respeto que nosotros siempre le hemos profesado en general al resto de los países. Sean de donde sea. Resaltamos lo nuestro, pero sin avasallar ni desacreditar a los demás.