Alexeis Bell: “Higinio no tenía (…) de decirme que no hablara con esa gente”

Jerry Díaz

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Por José Alejandro Rodríguez Zas Jugar en las Grandes Ligas, es la meta de todo atleta que practique ese maravilloso deporte que se llama béisbol. Para cualquier profesional, independientemente del área en que se desarrolle, quisiera probarse al máximo nivel y para el caso de la pelota, ese tope se encuentra ubicado justo en Las…

Por José Alejandro Rodríguez Zas

Jugar en las Grandes Ligas, es la meta de todo atleta que practique ese maravilloso deporte que se llama béisbol. Para cualquier profesional, independientemente del área en que se desarrolle, quisiera probarse al máximo nivel y para el caso de la pelota, ese tope se encuentra ubicado justo en Las Mayores.

Los peloteros cubanos no son una excepción a esa regla. Con el paso de los años, son más y más los prospectos y jugadores establecidos, procedentes de la Mayor de las Antillas, que llegan a Estados Unidos para probarse en la MLB. Unos triunfan, otros no, pero al menos lo intentan y eso también se vale.

Existe otro grupo de peloteros que nunca quisieron probarse al máximo nivel o quedaron en la disyuntiva de si lo hacían o no y prefirieron “jugar a la segura” y no arriesgarse demasiado. Pero algunos, quizás con deseos de hacerlo, simplemente no pudieron ni intentarlo, tal vez por no aprovechar oportunidades o por ni siquiera buscarlas.

El pasado día 2 de abril, el Show de Swing Completo, espacio estelar de nuestro canal de YouTube, en cual se transmite de lunes a viernes a las 8:30 pm, hora de Cuba, contó con la presencia del estelar jardinero santiaguero Alexeis Bell como invitado especial.

Dentro de los temas que se conversaron con “El Tato”, como se le conoce al indómito en el mundo del béisbol, se le preguntó sobre el tema de las Grandes Ligas, sus encuentros con los scouts en los distintos eventos internacionales a los que asistió y, luego de su salida definitiva de Cuba, por qué no pudo finalmente concretar su llegada a Las Mayores.

“Ya en el clásico no, después de la olimpiada (…), yo como que eso de Grandes Ligas lo desconecté. Pero en la olimpiada los scouts me tenían loco y yo decía que ojalá hubiera algo bueno para decidirme, pero había muchas cosas que ocurrían si tú te quedabas, tu familia en Cuba, que si eras un desertor, que si te vas en lancha”, dijo Bell en el programa.

“Todas las posibilidades que se han abierto a través de los años, ojalá hubiese sido en ese tiempo para mí. Mucha gente tomó su decisión, fue la que Dios le puso en su camino y lo lograron, felicidades, mi forma en esos momentos era pensando así”, agregó el destacado pelotero santiaguero.

“Después de la olimpiada, todo el mundo me empieza a hacer los cuentos de los scouts que van (…) a todos los torneos. Ellos empezaron a hablar conmigo constantemente: “Oye brother, tu hacías tiempos de Grandes Ligas, todos los triples que tu dabas eran de Grandes Ligas”, me decían. Los scouts te cogen todo (…) a mí me gustaba nutrirme de ellos, yo hablaba con ellos normal”, explicó.

“Había veces que Higinio pasaba y me veía conversando con ellos y no tenía (valor) de decirme que no hablara con esa gente. Yo hablaba con ellos, pero yo no me iba a quedar en ningún lado. Me gustaba nutrirme de (conocimientos), porque cuando yo llegaba a Cuba, quería acercarme a lo que ellos piden en Grandes Ligas”, dijo “El Tato”.

“Ellos (los scouts) piden mucho. Desde que tú sales del dogout, tienes que ser profesional. Si estás conversando afuera, tienes que ser profesional. Yo tenía esas cualidades, pero es muy bueno oír de las personas que tienen experiencia en el mejor béisbol del mundo”, agregó el pelotero indómito.

Sobre el nivel de los lanzadores que enfrentó en la arena internacional, Bell dijo en el programa:

“En la olimpiada yo me enfrenté a mejores pitchers que en el clásico. En el clásico había peloteros buenos en ese tiempo, pero nosotros no llegamos a pasar a ese nivel de eliminación para poder enfrentarnos a ese verdadero pitcheo dominicano, de Puerto Rico, etc. Nosotros nos enfrentamos a un pitcheo que tenía calidad, pero no ese pitcheo como se enfrentaron los peloteros que fueron en el 2006, que se enfrentaron a buenos pitchers, y también en el 2009.”

“En la olimpiada si me enfrenté a buenos pitchers, que hoy por hoy son estrellas en las Grandes Ligas. Desde ahí desconecté de eso, pero la gente seguía insistiendo. Yo tenía mi vida tranquila en Cuba, quería tratar de buscar un contrato en Japón o México. Eso sí lo pensé, pero jugar y virar.”

Luego de salir de Cuba y llegar a los Estados Unidos, Bell se vinculó a la organización de los Rangers de Texas. Sobre sus inicios en la franquicia, el santiaguero expresó:

“Era uno de mis sueños, estar en una organización de Grandes Ligas, pero estaba consciente que a esa edad era un poco difícil. Los de Texas se reunieron conmigo, me miraron como pelotero de experiencia de Grandes Ligas, porque tenía muchos años en la selección nacional con experiencia en olimpiada y en el clásico.”

“Yo tenía algunos meses sin jugar. Me pusieron a jugar cuatro juegos en la Rookie y de ahí me mandaron a Doble A, que es candela. Ahí le di tubey a uno de los mejores derechos de San Diego hoy en día, no recuerdo el nombre, era dominicano, con 95 mph la recta sinkeada. Entonces me dije: “este pitcheo es cabrón para batearle”, pero en una semana me adapté, hice los ajustes y me adapté rápido.”

Bell expresa que su rendimiento en Texas fue bueno y recibió oportunidades de demostrar su talento, pero la edad le jugó una mala pasada.

“Al año siguiente (2017), me dicen que les gustó mi trabajo y me invitan al spring training, con contrato de Ligas Menores. Firmé el contrato y fui a jugar el spring training. Ahí nos ponen a los pitchers de Grandes Ligas a lanzarnos. Hacen dos equipos con los jugadores más destacados y ponen a “los caballos” a picharnos a nosotros.”, explicó.

“Al pitcher que José Bautista le da jonrón en Toronto, que tenía una sinker a 98 mph, se “la metí” a un kilómetro por el center field. Yu Darvish (lanzador entonces de los Rangers de Texas) dijo: “olvídense del chiquitico ese, que ese sí batea”, contó Bell.

Sin embargo, a pesar de su empeño y deseos, “El Tato” no pudo materializar su sueño de llegar a las Grandes Ligas. Sobre el tema, explicó:

“Allí había mucho talento de chamaquitos. Empezamos a jugar bien entre nosotros, pero yo tenía 32 años. Mi entrenador tenía esa misma edad. Un día me llaman a la oficina y me dicen: “¿Por qué no viniste antes? Nosotros lo que queremos es que te quedes con nosotros, todo el mundo habla muy bien de ti, queremos que te quedes con los latinos. Incluso, los americanos hablan más bien de ti que de los gringos”. Ahí supe que no tenía opciones”.

“Recuerdo que yo llegaba y saludaba a todo el mundo, ellos iban y me saludaban, como diciendo: “este tipo es veterano, viene y saluda”. Porque se estilaba mucho que los rookies tenían que ir a saludar a los veteranos, pero yo siempre he sido así, saludaba todo el mundo”, concluyó Alexeis Bell.

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