Por Andy Lans
«A los 17 años recibí mi primera intervención quirúrgica maxilofacial. Me recuperé satisfactoriamente después de 17 horas en el salón. En total, he afrontado cinco operaciones en mi rostro».
De este modo, aclaré mi incógnita respecto a la cicatriz facial de Danger Guerrero. Esa, que despertaba la curiosidad de todo el que le observaba sin su careta de receptor.
Un average de 279 a lo largo de 16 Series Nacionales, acompañado de 59 jonrones, 144 dobles y 422 carreras impulsadas, arroja una apariencia engañosa sobre lo que verdaderamente significó Danger para los desaparecidos Vaqueros de La Habana y los Huracanes de Mayabeque.
Hay peloteros que son más que números. Danger Guerrero, atesora muchas razones para sentirse orgulloso de su carrera: par de finales de Serie Nacional, un título, un Guante de Oro, y el privilegio de acompañar a uno de cuerpos de pitcheo más tenaces de los circuitos cubanos, aquel staff de los Vaqueros donde confluía el brillo de Yulieski González, Jonder Martínez, José Ángel García, Yadiel Pedroso, entre otros.
Durante 6 mil 544 y un tercio de entradas a la defensiva Guerrero acumuló un promedio de 986. Capturó a 264 robadores de base para un porcentaje aproximado de 47%. Cometió un 82 pass balls, uno cada 80 capítulos.
«Debuté en la Serie 40. En mi primer turno al bate, le pegué hit entre tercera y torpedero al pinareño Orestes González, jugábamos en el Estadio Capitán San Luis», recuerda Danger su primer estacazo en nuestros clásicos domésticos.
¿Cómo lograste controlar tus iniciales problemas de disciplina?
—Mis amigos y mis padres jugaron un papel fundamental. También, mi hijo llegó en un momento oportuno. Puse mi cabeza en su lugar y me mantuve seis años sin ser expulsado de un partido.
Tengo entendido que, entre todos los libros, sientes preferencia por la Biblia ¿Practicas el cristianismo?
—Bueno sí. A cada rato converso con el pastor de una iglesia cercana a mi casa. Voy a los cultos de vez en cuando. Gracias a Dios guío por un buen camino a mis niños.
Perdiste una final contra las Avispas de Santiago de Cuba en 2005 y ganaste otra contra los Azucareros de Villa Clara en 2009 ¿Cuánto crecieron los Vaqueros de una final a la otra?
—Recuerdo en especial la final de 2005 porque ganamos el primer choque en Santiago de Cuba. Luego, permanecimos una semana sin jugar debido al luto por la muerte del Papa. Durante ese lapso de tiempo, soportamos interminables apagones.
»Contra el conjunto de Villa Clara, conseguimos un campeonato muy ansiado por la afición. No nos estimularon como pensábamos, pero los peloteros cubanos no viven de estímulos. Queríamos disputar otra final, pero dividieron a los Vaqueros en Cazadores de Artemisa y Huracanes de Mayabeque. Para mí, resultó una separación injusta, sin embargo, no quedó más que asumirla.
¿Cómo valoras cada una de tus experiencias como refuerzo con las provincias Santi Spíritus, Artemisa y Matanzas?
—Al arribar a los Gallos de Santi Spíritus, mantuve una buena relación con el director Yosvani Aragón. Cuando él lanzaba para los Gallos, le decidí un duelo de playoff.
»Con los Cazadores, entro en sustitución de Yosvany Alarcón. Este se lesionó y el ya fallecido Dany Valdespino me solicitó. Defendí a los Cocodrilos de Matanzas en mi última campaña, teníamos un gran plantel mas no alcanzamos la corona. Víctor Mesa y su esposa hablaron mucho conmigo.
¿Debió Danger Guerrero asistir al Clásico Mundial de 2013?
—Todavía no tengo respuesta para esa pregunta. Quizás asistir al Clásico era pedir demasiado dado que lo tenía difícil con receptores como Ariel Pestano, Eriel Sánchez, Frank Camilo Morejón y Alarcón. No obstante, creo que merecí la confianza para integrar la preselección.
»Al momento de conformar el equipo al Clásico, Dayron Varona y yo discutíamos el liderazgo de bateo por encima de los 400 puntos de average.
»Yo me encontraba en el estadio. El árbitro de tercera me dice que dieron los preseleccionados. Escucho la lista por el audio ambiente y me doy cuenta de que mi nombre no aparece. Me cayó encima un cubo de agua fría. No comprendí de qué forma eligieron cinco catchers sin considerarme. Realmente, troncharon mi carrera deportiva.
¿A qué se dedicó Danger Guerrero después del retiro?
—Entrené un tiempo en Colombia a las edades infantiles. Ahora, atiendo una academia de receptores. Trabajo con par de muchachos de la categoría 9-10, que deben representar a Mayabeque. Vivo feliz con mi familia, y esa felicidad, busco transmitirla a las nuevas generaciones.