Por Andy Lans
¿Cómo definir en una palabra a Dayner Moreira? ¿Contacto? ¿Agilidad? ¿Defensa? Sí, pudiera ser. Pero también le asientan la sencillez, la entrega, la cubanía, y ese “no moja pero empapa” al que acostumbró a los que vieron su paso por nueve Series Nacionales del béisbol cubano (SNB).
Moreira formó parte de la última gran generación de los Indios de Guantánamo. Luego, como torpedero de los Cocodrilos de Matanzas, supo ganarse el cariño en la Atenas de Cuba.
“Me engurruñé para batear como Moreira, y vi mejor la chapita.” Escuché decir en una ocasión a un amigo de la secundaria, que al parecer, con la imitación del swing de Dayner, logró salir de un slump en la liga escolar. Su aseveración no carecía de sentido. Con su peculiar forma de pararse en el cajón de bateo, amada por muchos y criticada por otros tantos, Dayner Moreira solo se ponchó 176 veces en 3 mil 343 comparecencias, o mejor dicho, una vez cada aproximadamente 20 presencias en el rectángulo. Promedió sobre .300 en todas sus temporadas de SNB para un average de por vida de .314, solo le faltaron 33 imparables para arribar a mil en Clásicos Cubanos. Basta con mencionar que terminó con 100 hits o más en siete campañas consecutivas desde 2007 hasta 2014. Su BABIP (Average en función de las pelotas puestas en juego) de .330 demuestra las grandes posibilidades de inatrapable que existían una vez que Moreira chocaba la bola.
¿Cómo nace tú inclinación por el béisbol?
─Tenía un tío que jugaba pelota y mi papá me llevaba al estadio de Imías, en Guantánamo, para ver los juegos. Después, empecé a jugar en el barrio con los amigos.
››Con el tiempo me mudé para el municipio San Germán, provincia Holguín. Allí di mis primeros pasos en el béisbol. Jugué las provinciales holguineras, la Liga de Desarrollo hasta que regresé a Guantánamo para debutar en Series Nacionales.
¿Recuerdas tu primer turno al bate en SNB?
─Sí, ante Jonder Martínez de los antiguos Vaqueros de La Habana. Me ponché en ese turno.
Tú mejor momento con los Indios.
─Me quedo con las dos veces consecutivas que clasificamos a los playoffs.
¿Por qué los Indios del Guaso han pasado tanto trabajo para regresar a la postemporada?
─Pienso que se entrena fuerte en Guantánamo con buenos preparadores y peloteros, pero creo que necesitan más entrega en el terreno y amor a la camiseta. Las autoridades del Gobierno provincial y el Partido deben apoyar más para motivar al jugador.
¿Cómo surgió la posibilidad de venir a los Cocodrilos de Matanzas?
─Víctor Mesa influyó mucho, pero mi mamá también vive en Matanzas y quería estar con ella.
¿Qué le faltó a aquellos Cocodrilos para obtener el título?
─Creo que un poco de suerte. Todos dimos el máximo pero no lo conseguimos.
Tu compañero más cercano en Cuba.
─Luis Sánchez en Guantánamo, y más tarde en el Seleccionado Nacional, Yulieski Gurriel.
La velocidad de Dayner le permitió compensar en algo su falta de poder. Si bien podemos contar sus jonrones en Cuba con los dedos de las manos, los 99 dobles y 29 triples del guantanamero no resultan del todo despreciables.
En cambio, como hombre proa, quedó en deuda por su escaso porcentaje de embasado (OBP) de .357 y apenas 63 bases robadas en 123 intentos. Dayner empujó 278 carreras y anotó 495. Solo bateó para double play en 68 ocasiones.
Al momento de partir como refuerzo pinareño a la Serie del Caribe de San Juan, Dayner Moreira rendía para .332/.397/.368 en la 54 SNB con los Cocodrilos. Sus 82 indiscutibles en 60 juegos inducían otra zafra con un centenar de golpeos exitosos. Sus 74 rayitas producidas ratificaban su octavo torneo consecutivo por encima de 70.
Razones que te llevaron a escapar del Cuba en la Serie del Caribe Puerto Rico 2015.
─Pensé en la oportunidad de probarme en las Grandes Ligas, sin embargo, considero que me decidí muy tarde. Llegué aquí con 30 años, jugué en Puerto Rico, México y Ligas Independientes hasta que firmé con Seattle Mariners. Solo duré dos meses en la organización.
¿Qué gestiones realizaste para volver a la Serie Nacional?
─Viajé a Cuba para jugar por Matanzas. Hice mis papeles y ya estoy repatriado, pero la Comisión Nacional no me dejó jugar por haber abandonado al equipo. Llevé mi inquietud a La Habana, y me dijeron que tenía que cumplir una sanción de ocho años. Hasta hoy no me autorizan.
¿Sigues vinculado al béisbol allá en Miami?
─Participo en una liga bastante organizada los fines de semana. Todavía me preparo con mis ejercicios. Mantengo la forma para poder jugar.