Por Boris Luis Cabrera
Cuando vi a Frank Ernesto Herrera encaramarse en el box ardiente del estadio Latinoamericano en pleno playoff semifinal para enfrentar a unos desbocados Toros camagüeyanos, lo confieso, sentí pena.
Me solidaricé con ese muchacho alto y de apariencia pacífica cuando lo vi salir a ese ruedo perturbador para tratar de frenar al mejor equipo del campeonato hasta ese minuto, en medio de una afición descontrolada y delirante que buscaba culpables por la decepcionante actuación de sus azules, a punto de ser eliminados de la competencia.
«Mi arma fundamental creo que es la ecuanimidad, me han dicho en más de una ocasión que picheo con mucha calma y hay quienes lo ven como un defecto. Yo, sin embargo, creo que es mi mayor fortaleza», le confiesa Herrera a SwingCompleto.
En efecto, mientras se estremecían los graderíos, volaban bajo los demonios y los dioses del béisbol estaban sentados en la banca de los visitantes; ese muchacho nacido en el municipio de Plaza de la Revolución lanzó cuatro entradas y un tercio con una calma espantosa sin permitir libertades a una tropa sumida en un frenesí histórico y se ganó el respeto de la exigente afición capitalina, mientras mi pena se convertía en admiración.
«Desde que estábamos en el hotel sabíamos cómo encontraríamos las gradas. Muchos grandes atletas coinciden en que en estos escenarios no se debe mirar hacia el público para no apresurar la aparición de los pre-arranques. La verdad es de suma importancia familiarizarse con el entorno para que no te sorprenda cuando te toque trabajar. Eso fue lo que hice, del ómnibus directo al terreno, vi con mis propios ojos como estaba todo y después me fui al club house a prepararme», nos dice.
Según nos cuenta al rememorar aquel momento, ya tenía el antecedente del primer juego y un reporte detallado hasta lo más mínimo de los contrarios.
«Siendo consecuente con lo que había estudiado, seguí el guión y salió el resultado. Además de contar con el ritmo, que es fundamental para poder lanzar. Tener consecutividad en el trabajo te hace más controlado y seguro de ti mismo».
Frank Ernesto Herrera no estaba en la nómina de Industriales al comenzar esta última campaña. Muchas veces lo vi sentado en las gradas durante la primera parte del campeonato como un aficionado más siguiendo a sus azules y quien sabe con qué pensamientos azotándole la cabeza.
«Fue una decisión de los técnicos. Tuve una muy buena preparación desde el punto de vista físico al encontrarme muy bien. Fue una etapa difícil para la familia y para mí. Lo más importante vino después y les estoy agradecido por ello», comenta.
Herrera fue llamado a filas en la segunda parte de la serie y su actuación no pudo ser mejor. En 18 salidas (todas como relevo) ganó cinco partidos y no tuvo derrotas, permitió 3.09 carreras limpias por juego de nueve entradas y sus oponentes solo le promediaron para 258 de average.
Con una velocidad en su recta que ronda las 91 millas por hora y mucha observación de sus rivales como una de sus armas fundamentales, supo aprovechar muy bien el tiempo fuera para hacer cambios en su repertorio:
«El tiempo fuera sirvió para perfeccionarme mediante un radar llamado RAPSODO al que tuve acceso, ajustar mis picheos e incorporar la slider al repertorio, la cual tenía un mejor aprovechamiento rotacional que la curva y a la postre fue determinante en mi rendimiento».
***
¿Cómo comenzaste en el béisbol?
-Comencé a jugar béisbol a finales del sexto grado en el terreno conocido como Ciénaga en Nuevo Vedado, bajo la dirección de los profesores Eduardo, Sergio y Yuséff. En ese entonces era alto con respecto a mis compañeros, así que decidieron colocarme en la primera base. Jugué varios torneos provinciales hasta la categoría juvenil. Después no lo hice más hasta los 20 años.
¿Cómo te convertiste en lanzador?
-Eso fue gracias al profesor Lázaro de la Torre, quien organizaba un torneo para aficionados en el Estadio 50 Aniversario (DESA), quien se me acercó y me invitó a buscar un puesto como lanzador en el equipo de Plaza de la Revolución de la primera categoría, debido a que él consideraba que tenía buena potencia en el brazo. Bajo su liderazgo y la del profesor Alfredo González Franco fue que empecé a lanzar en los torneos provinciales.
¿A que otros profesores le debes tu desarrollo como lanzador?
-Al ingresar a la UCCFD Manuel Fajardo conozco al profesor Enrique Rojas Duque-Estrada (Pipo), con amplia experiencia en la rehabilitación y entrenamiento de atletas del más alto nivel en el país. Considero que sin su ayuda hubiese sido imposible llegar a la Serie Nacional. Junto a él y con el profesor Pablo Terry, empecé a entrenar en el mes de diciembre y ya en el mes de abril integré el equipo sub 23 de La Habana como uno de sus abridores. Igualmente agradezco al profesor Norge Heredia y a Frank Javier Menéndez por haber confiado en mí.
***
¿Cómo mantienes el estado físico por estos días de confinamiento?
-Desde que se suspendieron los entrenamientos he estado realizando junto a mi padre quien es el que me recibe; diferentes planes de tiro bajo la supervisión de Enrique Rojas y Alfredo Ríos Fuentes (Máster en ciencias del entrenamiento deportivo y sabermétrico).
»El objetivo es perfeccionar la mecánica de picheo desde el punto de vista biomecánico, a través de análisis de videos para el fortalecimiento del brazo de lanzar y con la utilización del Pitch Tracker, las PlyoCares Balls y la Weighted balls (pelotas de sobrepeso) las cuáles creo deberían ser adquiridas e incorporadas a las rutinas de entrenamiento de los equipos a todos los niveles, ya que traen consigo grandes y sustanciales cambios tanto en la mecánica de lanzar como en el rendimiento físico del lanzador comprobados todos científicamente.
¿Crees que estás listo para abrir juegos después de tu demostración en la serie pasada?
-En mi corta carrera he jugado casi todos los roles. Antes del pare por la pandemia, los entrenadores me dijeron que iba a seguir como relevo y en ese rol me estoy preparando. Trabajaré donde ellos me asignen con la premisa de dar lo mejor de mí en cada salida.
Es el talón de Aquiles el picheo en el equipo Industriales para la próxima campaña. ¿Qué tienes que decirles a los aficionados que tanto se preocupan por esto?
-La mayoría somos inexpertos pero con muchas ganas de comernos el mundo, se los aseguro. Cada cual está entrenando como puede, pero con la convicción de que se lograrán las metas propuestas. Con el talento, la oportunidad a todos, la guía de nuestros entrenadores y el apoyo de la afición, creo que tendremos mejores resultados. Eso es lo que hacemos los industrialistas, el que lo dude que revise la historia.