Sonidos de hierros rechinan, sudor corre como río abundante, la vista está fija, pero no en algo del salón, sino en la meta de seguir mejorando para mantener el sueño de competir en Grandes Ligas. Así comienza y termina el día para el utility de los Rangers de Texas, Andy Ibáñez.
El pinero, quien tuvo su debut en la temporada 2021 de Grandes Ligas, accedió a darnos un tiempo valioso de su entrenamiento, para hablar de algunas de sus experiencias personales en su trayectoria como pelotero.
-En 2021 fue tu debut, ¿fue difícil llegar a Grandes Ligas para ti? ¿Sentías que años antes merecías y estabas listo para dar el salto al equipo grande?
-Para mí si fue difícil, pasé cuatro años en las Ligas Menores, teniendo buenos años, de hecho los dos últimos fueron dos años buenísimos en bateo y defensa, pero no me dieron la oportunidad. Luego llegó la pandemia de COVID en 2020 y estuve en el sitio alternativo por si existía alguna disponibilidad para el equipo grande, pero nunca llegó. Ya en 2021 me dieron un chance y tuve buenos resultados. Por supuesto agradezco a Dios y a muchos entrenadores que hicieron porque eso pasara. Lo más importante, mi familia que fue mi apoyo durante esos cuatros años de sacrificio y entrega.
-Antes de jugar en el equipo grande fuiste invitado a entrenamientos primaverales, pudiste hablar alguna vez con Adrián Beltré, tuviste consejos, pudiste hablar o solo lo viste de lejos, o algún otro jugador de renombre se te acercó a ti.
-En el último año de Adrián Beltré fui invitado al entrenamiento primaveral, y mi casillero estaba entre el de ese grande y Elvis Andrus, siempre les hacía preguntas a ambos, y siempre Beltré me dio muchos consejos. Es que siempre me gusta preguntar y saber de primera mano como ellos superaron obstáculos hasta llegar donde llegaron. Recuerdo que Beltré me dijo: No te rindas que esto es un trabajo duro, pero de todos los días. Otro que me sorprendió fue el coreano Shin-Soo Choo, por la disciplina que tenía haciendo su trabajo de preparación, además de llegar temprano, era bien puntual para hacer las cosas y eso me impresionó mucho.
-Llegó el llamado, ¿cómo fue esa experiencia, dónde estabas, a quién fue la primera persona que le dijiste, qué te pasó por la cabeza, qué sensaciones recuerdas de ese momento que tanto esperabas?
-Estaba en Minnesota de jugador suplente, siempre viajábamos dos o tres jugadores extras por si alguna eventualidad, aunque no formaba parte del roster activo. El tercera base Brock Holt estaba lesionado hacia tres días, y no se sabía si iba a durar mucho en la lista de lesionados. La noticia me llegó en la práctica, yo me fui donde estaban los lanzadores haciendo bullpen para hacerles sombra y ver unos cuantos lanzamientos, y al regresar al banco, me estaban esperando todos los compañeros y el manager.
Ahí el manager me abrazó y me dio la noticia, mi primera reacción fue que no me lo podría creer, todos mis compañeros me arroparon y felicitaron, y acto seguido llamé a mi casa hable con mi esposa y mis padres para darle la noticia de que lo había logrado después de tanos años de sacrificio. Sabes esa es la segunda meta cuando sales de Cuba, una es firmar y otra poder jugar en Grandes Ligas, y ambos se me cumplieron. Me sentí privilegiado por ser parte de un equipo de Grandes Ligas, porque muchos quedan en este camino tan difícil y había cumplido mi sueño después de tanto sacrificio y entrega.
-Una vez en el equipo grande, ¿cómo fue tu relación con José Adolis, te hizo sentir tranquilo, qué otro jugador se te acercó, cómo fue esa primera experiencia con tus compañeros en el equipo grande.
-La verdad muchos de los jugadores del equipo grande fueron mis compañeros en ligas menores, y su apoyo fue muy bueno y me sentí muy bien desde el primer día. Como ya te decía yo viajaba con el equipo y eso me facilitó estar entre ellos, además de los entrenamientos primaverales. De José Adolis recibí muchos consejos y apoyo, incluso me hacía bromas para sacarme la presión. Encontrarme a José Adolis fue bueno, porque estar en un equipo con un cubano te hace sentir más tranquilo y apoyado.
-En tu primer mes tu rendimiento no fue el mejor y fuiste bajado a Triple A, ¿qué pasó por tu cabeza en ese momento, perdiste el enfoque, hiciste ajustes, o el cuerpo de dirección te dijo que volverías?
-La primera vez que me activaron me costó un poco, a pesar que conecté de hit en mi primer turno de emergente y empujé mi primera carrera en el segundo juego, me fueron quitando de jugar y al estar acostumbrado a jugar con regularidad me empecé a sentir sin confianza. Luego alineaba, me quitaban, es decir no había estabilidad. En verdad me costó alrededor de dos semanas acostumbrarme al papel que tenía en el equipo. Yo me sentía un poco falto de confianza, pero el motivo de que me bajaron es porque salió de la lista de lesionado el tercera base Holt. Los directivos me dijeron que siguiera trabajando duro que tendría otra oportunidad pronto. La linda experiencia que había tenido me dio un plus para seguir trabajando, con más ganas de volver.
Estuve en las ligas menores 10 días y volví a trabajar muy bien, al punto que estuve al mismo nivel que años anteriores. Tengo que agradecer a los coaches del equipo de ligas menores y compañeros que me devolvieron esa confianza para regresar. Siempre creí y mantuve mi mente en regresar, no podía rendirme, ya había probado ahora tocaba mantenerme.
-Cuando te volvieron a dar la oportunidad, ahí tu rendimiento aumentó hasta el Andy que todos conocemos. ¿Dónde te sentiste más cómodo en la defensa y qué turno al bate disfrutaste más?
-La posición del turno en el lineup nunca me importó, lo importante para mí era jugar. Cuando fui activado de nuevo ya estaba lista mi cabeza en cual era mi rol en el equipo, que me podía tocar jugar en cualquier posición del campo. De hecho jugué por todo el infielder y en Boston jugué en el jardín izquierdo. Yo me mentalicé porque ya había estado allí y había interiorizado cual era mi función y me dieron confianza y empecé a jugar a diario.
Te cuento, cuando me subieron la segunda vez, estaba descansando y me fue a despertar el manager del conjunto de Triple A, y sus palabras fueron: “No te quiero ver más hasta el año que viene”.
Salí en coche y tuve que manejar tres horas desde Austin hasta Dallas, incluso llegué tarde al entrenamiento que empezaba a las 2pm, llegué a las 4pm. Antes Adolis me llamó y me dijo: ¿socio por donde tú estás?, y me dijo que estaba en el lineup regular de quinto turno, eso me sorprendió porque siempre te dan un día de descanso. Entrené rápido, me bañé y a jugar.
Salí en mi primer turno y conecto jonrón con dos compañeros en base. Todo el mundo que me pregunta le digo que una de las experiencias más bonitas que me han pasado, pero a la vez me dio esa voz interior que me decía, ¡vamos que tú puedes!
Sin duda ese jonrón me marcó y me dio toda la confianza que yo necesitaba para creerme que mi lugar era allí en Grandes Ligas.
-Luego en tu mejor momento te lesionas en una estirada jugando primera base, ¿te sientes cómodo en esa posición? ¿En el momento de la lesión te saltó el miedo a perder todo lo logrado? ¿Qué pasó por tu cabeza en ese momento, cuando sabes que si no rindes te pueden bajar a ligas menores? Cuéntame qué te motivó a regresar mejor, y mantener el ritmo que llevabas antes de la lesión, ¿no sentiste presión al regresar?
-Luego de pasarme ese estirón hice una carrera fuerte a primera, y ahí vino el tirón. El manager se me acercó y me dijo te pasó porque yo sé que tu juegas fuerte el béisbol. Son cosas que nos pasa a todos los deportistas de alto rendimiento, pero yo doy 100% cada vez que juego.
Estuve casi dos semanas antes que me activaran, y participé en tres juegos antes de volver a ser activado. Te digo mentalmente me puse bien fuerte, porque es un proceso muy difícil, porque estaba muy bien al bate, de hecho el más ajustado del equipo en ese momento de la lesión era yo. Había llegado al punto exacto de la confianza y se estaba traduciendo en resultados excelentes todos los días.
Una vez que tuve que parar seguí todos los consejos de los doctores y le tengo que dar gracias a ellos porque me recuperé muy bien. Nada más que pude hacer algo me iba hasta el bullpen a mirar lanzamientos, porque no podía perder la forma, tenía que regresar igual o mejor.
Tanto fue así, que cuando regresé el primer día fue contra Lance Lynn de los Chicago White Sox, que era el lanzador más en forma le logré dar dos hits. Me sentía bien al bate, solo un poco inseguro al correr, pero me sentí igual de fuerte al regreso.
-Una vez en el equipo tuviste la oportunidad de coincidir con José Adolis García, Lowe, Kiner-Falefa, Joe Gallo y otros más. ¿Quién fue tu patrón para tomar como ejemplo?, o solo buscaste no fijarte en nadie y ser tú mismo.
-Te voy a decir algo, yo respeto a todo el mundo, pero he creado el mecanismo de confiar mucho en mí, en lo que debo hacer y no tomo como patrón a nadie, sino que intento mejorar yo mismo cada día. Además que no puedes ir cambiando la rutina, porque los lanzadores aquí están bien nasty, y si cambias en medio de la temporada te cuesta tres o cuatro semanas volver a ajustarte. Por eso yo hago mi rutina y no la he cambiado, no te digo que me fijo en lo que pueden hacer los demás si algo me beneficia lo tomo, pero no hago grandes cambios fijándome en lo que hacen otros. Siempre es la misma rutina y me ha dado buenos resultados.
-Cada vez que conectaste jonrón o batazo importante señalabas a alguien en tu club house, ¿Era para alguien en particular o solo un gesto para no irrespetar a los lanzadores como hacen algunos bateadores?
-Señalaba a José Adolis García, que era como un motor impulsor que nos imponíamos ambos, era mucho apoyo que nos dábamos ambos. Siempre nos ayudábamos y gracias a Dios por darnos la posibilidad de coincidir en el mismo equipo, porque la ayuda fue mutua. No dejábamos que uno u otro bajara la cabeza en los momentos malos.
-Luego del excelente debut y con buenas proyecciones para 2022, ¿cómo te sientes desde lo personal con la contratación de dos jugadores top como Marcus Semien y Corey Seager, sabiendo que juegan en el cuadro? ¿Sientes que es una señal para tener menos protagonismo en la temporada 2022, que en la 2021?
-Contento porque se fortalece el equipo. Son dos grandes bateadores y tengo que seguir trabajando duro para seguir con mi rol de utility. Por eso me estoy preparando duro aquí en Miami y así cuando llegue a Arizona tratar de estar bien para quedarme con ese rol de utility, ya sea para jugar en el cuadro como en los jardines. Con la mente enfocada para tener un gran 2022.
-Conozco de tu enfoque ganador desde niño. ¿Algún momento a lo largo de estos años de sacrificio y entrega sentiste que se te acababan las oportunidades? Sabiendo que estabas rindiendo en ligas menores y no te daban un chance. ¿Qué le aconsejas a los cubanos que están en Triple A, y le pasa lo mismo que tu experimentabas?
-Es difícil, porque sentía más que se estaba acabando, que me estaban retrasando porque tenía años buenos y subían a otros atletas. Mi consejo es que no se rindan que siempre el momento llega si trabajas duro, el momento llega.
Sobre todo mantenerse enfocado, porque si no tienes la mente bien fuerte, te quedas en el camino. Hay que trabajar duro y seguir para adelante sin dejarte caer. El día a día siempre trae buenos resultados.
-Si bien la temporada 2022 está detenida por el cierre patronal te estas preparando muy duro, ¿que metas tienes?
-Como te he dicho estoy trabajando duro, sobre todo en mi defensa, porque tengo varias posiciones que jugar si soy el utility del equipo. Mi meta es aprovechar cada oportunidad, y ya a mitad de temporada veremos qué pasa. No voy a perder el enfoque, pues sé que no es fácil pero no imposible, y ya la experiencia del año anterior cuenta. El apoyo de mi familia y entrenadores siempre será con la mente puesta en lograr buenos resultados.
Es una temporada larga y difícil, pero trabajando para mantenerme saludable que tiene que ser lo primero para poder asimilar todo lo que viene. Y te digo el hambre está bien grande de aumentar los números y el rendimientos, para así ayudar al equipo de Rangers y hacer sentir orgulloso a la fanaticada de aquí y a la de Cuba.
-¿Qué le falta al pelotero cubano cuando es firmado para subir rápido, qué se te hizo más difícil: el idioma, las costumbres americanas, el entrenamiento? ¿Qué consejos les puedes dar a los cubanos que pretenden pisar un terreno de Grandes Ligas, viniendo desde abajo?
-El idioma, el enfoque y disciplina, creo que esos son los tres aspectos que te puedo decir que deben tener presente. Mi primer consejo es que deben aprender el idioma, el segundo hay que mantener una disciplina dentro y fuera del terreno, cumplir los horarios. Esos dos factores son fundamentales si quieres triunfar. Si llegas pensando en otras cosas y descuidas estos aspectos, puede ser que quedes en el camino.
Hay que acostumbrase rápido, pues esto se mueve rápido, si no te ajustas rápido a todas sus costumbres, te costará trabajo. Hay que captar y asimilar los entrenamientos y todos los aspectos que se deben dominar dentro del juego. Por lo tanto debes cambiar los hábitos y costumbres traídos de Cuba.
-Pudiste enfrentarte a algunos de los cubanos que ya están establecidos. ¿Alguno te dio un mensaje, un consejo, o tomó su tiempo para llamarte y hablar contigo? ¿Crees que a los cubanos nos falta unirnos como hacen los dominicanos por ponerte un ejemplo?
-Muchos me escribieron y felicitaron por Instagram. El Yuli, Heredia, Arruabaruena, y otros que habían jugado conmigo en los equipos nacionales y en La Isla.
De que los cubanos deberíamos unirnos más, te digo que igual lo pienso. Yo siempre ando con Yoan López, pero nos falta eso de unirnos más, de tener un espacio donde podamos ser cubanos, no imitar a los dominicanos, pero si unirnos, ayudarnos. Eso es un tema que deberíamos intentar mejorar todos.
-Antes de despedirme y darte las gracias, quería preguntarte: ¿Volverías al Cristóbal Labra a jugar con tus amados piratas de La Isla?
Andy – Yo con mucho gusto, para mí sería un honor muy grande volver a la tierra donde me hice pelotero, la tierra donde nací y le debo mucho al Cristóbal Labra. De igual manera a mis entrenadores que me ayudaron muchísimo y tienen que ver mucho con la persona que soy hoy. Para mí fuera un privilegio, te repito volver a jugar allí. Muchos de nosotros lo deseamos de igual manera. Pero ya eso no depende de mí, eso se queda fuera de nuestras manos, pero si pudiera jugar claro que lo haría con mucho gusto.
-Te queda algún mensaje para los fans del pinero Andy Ibáñez.
-Darles gracias al pueblo cubano que apoyan a todos los peloteros cubanos que nos encontramos por aquí o en cualquier liga del mundo. Que nos sigan apoyando y en especial a mi (risas). Sabes nosotros somos cubanos y estamos representando desde aquí a la tierra nuestra. Ojalá algunas cosas cambien y un día podamos representar a nuestros equipos de la serie nacional, y nuestra bandera de nuevo en un evento internacional.
Gracias por acercarse y permitirme que los fanáticos conozcan una parte de mi historia, además de agradecer a Swing Completo por toda la cobertura que da de todos los cubanos que estamos jugando en todas partes. De verdad que no pierda esa manera de hacerlo, pues nos hace acércanos a los fanáticos y sepan de nosotros de primera mano. Gracias y que Dios los bendiga a todos.