Por Andy Lans
«Quien está vivo siempre aparece», reza un refrán popular. Dicho aforismo, refleja perfectamente la sorpresa de un servidor al conversar con Ronney Muñiz.
El fornido prospecto matancero de 1.92 metros de altura y 98 Kg de peso ha quemado 44 libras durante su estancia en República Dominicana. Representado por Yolfri Sánchez, Muñiz obtuvo la agencia libre el pasado julio. Su nombre copó la prensa deportiva cubana cuando `reventó a palo limpio´ la VI Serie Nacional Sub-23 en 2019. Inicialista, dotado de una fuerza descomunal a sus 21 abriles, Ronney busca impresionar a los scouts para comenzar su trayecto en la mejor pelota del mundo.
«Mi pasión por el béisbol inició a los nueve años. Al empezar no era bueno, pero me esforzaba. El ser corpulento desde pequeño nunca significó un obstáculo. Mi padre me inculcó el sacrificio, y me apoyó para lograr resultados». De este modo dio sus primeros pasos en el mundo de las bolas y los strikes el oriundo Manguito, una localidad enclavada en el yumurino municipio de Calimete.
«Aunque parezca difícil de creer, el primer equipo que apoyé fue Industriales. De niño, me identifiqué con Yoandry Urgellés porque a pesar de que no teníamos nada en común, Urgellés bateaba con oportunidad», manifestó a SwingCompleto.
¿Qué anécdotas atesoras de aquella sexta Serie Sub-23?
–Esa edición del Sub-23 constituyó mi renacimiento en el béisbol. Venía de perderme la temporada anterior de la Serie Nacional por una operación en la última vértebra de la columna. Pocos confiaban en mí, sin embargo, en una entrevista pronostiqué siete jonrones y cuarenta empujadas. Ya en el primer juego contra Villa Clara, pegué jonrón con bases llenas en extrainning para empatar la pizarra. A partir de entonces, me motivé para imponer marcas. Mi compañero Dariel Polledo me transmitió una gran ayuda durante el torneo.
Ronney Muñiz destrozó sus propias predicciones. Compiló en la competencia para .375/.519/.667 con siete cuadrangulares, 27 anotadas y 14 dobles en 156 comparecencias. Por si resultara poco, endosó nuevo récord de remolques en estas lides con 50, para superar el anterior registro de 45 implantado por el santiaguero Leonard Kindelan. Muñiz lideró la justa en tubeyes, slugging y OPS.
No obstante, Ronney no consiguió un hueco en el line up de los Cocodrilos de Matanzas a lo largo de la Serie Nacional 2019-20. El diestro toletero tomó apenas nueve comparecencias en el Clásico Cubano 59. Eso sí, pegó tres imparables para una ristra de .500, anotó par de rayitas y recibió una base intencional.
¿Qué enseñanzas extrajiste de tus dos participaciones en Serie Nacional?
-Quise jugar mucho más en el máximo nivel de Cuba. Creo que pudieron explotar más mis habilidades. Tenía fe en poner números en la Serie Nacional también.
»Con Matanzas aprendí a batear de emergente en momentos difíciles con las mismas ganas que si abriera de regular.
¿Por qué razones decides salir del país?
-Salí de Cuba un 8 de septiembre. Tomé la decisión en menos de 24 horas, tras una subserie contra los Tigres de Ciego de Ávila, porque no me convenció la respuesta que me dieron ante la falta de juego. Entonces, opté por probarme en otro nivel. Pero al final de todo, conservo la esperanza de volver a jugar con Matanzas. Mis compañeros me llamaron al lograr el título. Hasta lloré de emoción cuando lo vi en el televisor.
Desde su arribo a República Dominicana ¿Cuánto ha cambiado Ronney Muñiz como pelotero?
-Soy un atleta diferente. Más atlético. Con mayor poder y aceleración en el swing, mejor técnica de bateo y mejor defensa. Llegué de Cuba con una importante base de preparación, aquí solo pulimos algunos detalles.
Franquicias interesadas en ti.
–He realizado presentaciones para Los Ángeles Dodgers, Chicago Cubs y Houston Astros. Los Detroit Tigers casi me firman en marzo de 2020 para la Doble A, incluso me invitaron a su partido contra los Minnesota Twins en el Estadio de Quisqueya, pero no concretamos el acuerdo porque no tenía la agencia libre en ese momento.
¿Crees que firmes para 2021?
–Te lo garantizo. He trabajado bastante junto a mi equipo de preparadores, y cuando uno siembra, recoge los frutos con la gracia de Dios.