Stayler Hernández: «Muchas veces nos juzgan sin saber, somos seres humanos también»

Por Boris Luis Cabrera y Joan Carlos González Pérez

   «Stayler aprovechó una recta de Hinojosa y le botó la pelota por el right field dejando al campo a Guantánamo. La emoción que sentí en ese momento fue tan grande que me tuve que sentar para tranquilizarme, pues hasta temblores me entraron. Nunca me había sentido así en un juego de pelota», confesó el recientemente fallecido historiador Ismael Sené en su libro “Desde el césped de mi estadio”, en un capítulo dedicado a Stayler Hernández.

    Y es que ese zurdo del número 15 en la espalda, próximo a cumplir 38 años, le ha dado muchos momentos inolvidables a la afición azul a lo largo de las 17 campañas que se ha mantenido vistiendo los colores de los equipos capitalinos.

   «Mi momento cumbre fue cuando debuté con Industriales y conecté mi primer hit contra el mejor pitcher de Cuba en ese momento: Norge Luis Vera. Otros momentos claves fueron cuando integré el equipo a los Juegos Panamericanos donde lastimosamente no pudimos coger medallas y cuando decidí el campeonato nacional en Villa Clara en 2010, siendo este hasta ahora el último título azul», le confesó al colega Joan Carlos González en una entrevista hace unos días para el grupo Los azules de la capital.

   Dos veces campeón nacional con Industriales (2004 y 2010), se ha convertido en una figura icónica de la capital y a pesar de su veteranía, aun siente que pude seguir aportando a la causa de los Leones y quien sabe un poquito más allá.

   «Quiero volver a ser campeón nacional con Industriales e integrar el equipo Cuba. Tuve la oportunidad de estar con dos directores que son muy soñadores, hablo de Rey Vicente Anglada y Víctor Mesa. De ellos aprendí que hay que ir detrás de aquello que uno anhela porque nada es imposible», dijo en la citada entrevista.

   Y es que a pesar de los años y de varias lesiones que ha sufrido en el hombro durante su carrera, la personalidad de Stayler es su mejor aliada.

   «Yo tengo mi forma de jugar y la exploto lo más posible. Soy peleador como se dice en el ambiente deportivo, no me doy por vencido. Este deporte me ha enseñado que es del próximo turno al bate», aseguró.

   Siempre optimista, este león azul que ha conectado ya mil 215 imparables en su vida deportiva y que solo le restan un par de cuadrangulares para arribar a la centena, cree que es posible subir en esta próxima temporada a lo más alto del podio nacional.

   «Después del título del 2010 la mayor parte del equipo eran jóvenes o con poca experiencia en Series Nacionales. Muchos decidieron ir a probarse en Grandes Ligas, entre ellos casi todos los lanzadores y no hemos podido lograr el campeonato aunque hemos coqueteado con él. Sinceramente creo que podemos conquistarlo este año, de esa meta estamos conscientes todos», declaró.

   Para este año los Industriales capitalinos cuentan con un nuevo director: Guillermo Carmona. Un hombre que como bien dice Stayler tiene un segundo lugar nacional, ha trabajado en Italia y tiene un historial de respeto, además «dirigió el equipo provincial de La Lisa con guarismos positivos y eso lo impulsó para llegar a los resultados anteriormente expuestos».

   «Nosotros siempre salimos a ganar porque somos un equipo muy grande. Sin demeritar al resto de los equipos, cuando estamos en los playoffs somos diferentes. Es cierto que en los últimos años no hemos alcanzado el título nacional, pero estamos visualizando esa tan anhelada victoria porque en el tiempo que estuvimos entrenando todos estábamos enfocados en ganar», agregó.

   Esos entrenamientos como todos conocen fueron interrumpidos por el impacto de la pandemia, pero en estos tres meses de confinamiento, al igual que la mayoría de sus compañeros de equipo, se ha mantenido trabajando para cuidar su físico.

   «Estoy entrenando intensamente ya que debo mantener la forma deportiva bien arriba producto de la edad, tengo que hacer más esfuerzo porque para nosotros el cansancio viene más rápido. No estoy recuperado totalmente del hombro pero he avanzado satisfactoriamente gracias a mi amigo y entrenador Andrés Alomá, un muchacho que es estudiante del Fajardo», comentó.

   Junto a su hijo Yandro, pelotero del equipo Habana de la categoría sub 15, entrena a diario fortaleciendo los planos musculares y buscando una mayor capacidad.

   «Hacemos soga, trabajamos con la goma, la suiza, con pelotas medicinales, y con ligas. Además trabajamos la defensa, realizamos boleo y batting-tee. Eso es todo lo que podemos hacer en este momento a pesar de las limitaciones producto de la Covid-19», dijo.

   Stayler Hernández sabe que contar con el apoyo de la familia es fundamental para tener un buen rendimiento en el terreno de juego. A lo largo de su carrera, ese impulso nunca le ha faltado y vive orgulloso de ese privilegio. 

   «Mi madre Margarita es una hermosa mujer, es mi fan número uno. Anota todo mis turnos al bate el torneo que juegue. Tiene todos los periódicos donde yo salgo, desde la provincial hasta el equipo Cuba».

   «El Pity (mi hijo mayor), se ha convertido en mi asistente. Cada vez que hay juego por la TV lo ve y me dice lo que aprecia y así interactuamos. Mis hijas jimaguas me dicen: ¡Papá, batea, batea! ¡Duro dale!; y la más pequeña también se pone muy contenta», nos cuenta.

   Para Stayler «mi familia es mi apoyo cada vez que salgo al terreno. Pienso en ellos y me dan ese extra anímicamente necesario para enfrentar cada juego. Son incondicionales, siempre dándome aliento para que juegue más tranquilo».

   Antes de finalizar la conversación con los aficionados del grupo “Los azules de la capital”, este entregado atleta quiso dejarles un mensaje a los detractores de su equipo azul:

   «Somos seres humanos que tenemos problemas y situaciones al igual que ustedes y aun así salimos al terreno a entregarnos por lo que nos gusta y sentimos: el béisbol. Creo que nos juzgan de tal manera muchas veces sin saber. Si en ocasiones nos ven tomándonos una cerveza, dicen que por eso no ganamos y no bateamos, pero no se dan cuenta que todo no puede ser solamente la pelota. Nos pasamos mucho tiempo dedicándole horas al entrenamiento y después al juego. Cuando estamos con la familia o con amigos nos critican y no saben que ese es uno de los momentos felices que tenemos los deportistas, que con respeto lo disfrutamos también».

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