Yosvani Alarcón: «No hago caso a las críticas…mis números hablan por sí mismos»

Kiara Gonzalez

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Por Boris Luis Cabrera con la colaboración de Elidia González    Me resulta increíble que Yosvani Alarcón nunca haya querido dar una entrevista a los medios. Un hombre sensible, de muy buena dicción, tranquilo, coherente y con una tremenda humildad, que además es receptor del equipo nacional desde hace más de una década.    Nada…

Por Boris Luis Cabrera con la colaboración de Elidia González

   Me resulta increíble que Yosvani Alarcón nunca haya querido dar una entrevista a los medios. Un hombre sensible, de muy buena dicción, tranquilo, coherente y con una tremenda humildad, que además es receptor del equipo nacional desde hace más de una década.

   Nada que ver con ese hombre agresivo en el cajón de bateo que estamos acostumbrados a ver, inquieto en las bases, de personalidad agitada y que siempre da la sensación de estar jugando el último partido de su vida.

   Alarcón es un receptor atípico. Pocas veces en el béisbol un defensor de esa posición puede presumir de su fuerza al bate y de la velocidad de sus piernas en una combinación perfecta. Con el tiempo, además, ha calzado los arreos con dignidad y se codea con orgullo con los mejores exponentes defensivos del país, para darle un valor extra a su currículo.

   En 15 Series Nacionales promedia para 323 de average con 137 cuadrangulares y 563 carreras impulsadas y solo le restan nueve imparables para arribar a la marca de mil indiscutibles en su carrera.

   A la defensa ha cometido 85 errores en 4 mil 321 lances (980 AVE) y ha cogido robando a 245 corredores de los 458 que le han salido, números estos que han ido mejorando por temporada.

   Es todo un privilegio que aceptara conversar con SwingCompleto y abriera su alma a los aficionados que tanto lo admiran y lo respetan.

¿Qué haces en estos días de inactividad?

   -Lo primero que he hecho en estos días es descansar. Lo necesitaba después de muchos años de entrenamientos y juegos continuados.

   »No hubiera querido que fuera de esta manera y mucho menos porque estaba a punto de participar en el importante Pre-olímpico de Arizona, pero la verdad es que me hacía falta.

   »También llevaba muchos años sin poder estar con la familia tantos días y eso es algo muy lindo y bueno.

   »He jugado mucho con mis hijos. En medio de este confinamiento cuando hemos tenido un segundito visitamos a un familiar. Es un momento de estar juntos.

¿Y con respecto a los entrenamientos?

   -Después que cumplí con el descanso necesario me acerqué a los entrenadores de mi equipo de Las Tunas, en los cuales confío mucho y me dieron un plan de pesas y ejercicios para la ofensiva. Comencé a entrenar poco a poco manteniendo la comunicación con ellos que siempre están al tanto de todo. Entreno de lunes a viernes. Por la mañana bateo y hago pesas y luego corro un poco.

¿Qué haces en tu tiempo libre cuando no hay béisbol?

   -Lo que me gusta es compartir con la familia, reunirnos todos: mis hijos, mis hermanos, mi esposa y mi mamá. Me gusta jugar mucho dominó y me encanta escuchar música. Nos turnamos y compartimos en diferentes casas para comer todos juntos. Esas conversaciones de familia y esos recuerdos de cuando éramos niños, eso nos hace felices a todos.

Tus herramientas para jugar al béisbol son excepcionales, las mayores críticas hacia ti están en la poca paciencia que muestras en el cajón de bateo. ¿Qué piensas de esto?

   -Me han criticado por mi poca paciencia en el home pero no hago caso a las críticas. Creo que el que quiere hacer bien no critica. Es verdad que tengo poca paciencia pero estoy conforme con mis resultados, te lo digo de corazón.

   »Todos quisiéramos ser como Osmany Urrutia, Michel Enríquez, Omar Linares, Ariel Pestano, Danel Castro o Ermidelio, por solo mencionarte alguno de los grandes, pero no todos podemos ser como ellos.

   »Pero si te fijas en mis números, ellos hablan por sí solos, son buenos y no es que me compare con nadie. Estoy consciente que no soy un pelotero paciente pero no todos somos perfectos en el home, siempre tenemos alguna deficiencia pero si los resultados son buenos creo que eso tampoco me ha afectado tanto. Por eso las críticas al respecto no me interesan, no me afectan y no les hago mucho caso, lo que me interesa es tener buenos resultados y los he tenido a pesar de ese problema.

   »Llevo once años en el equipo nacional. Para hacer equipo Cuba no es fácil pero más difícil es mantenerse. Estoy muy orgulloso de eso, he tenido resultados satisfactorios, regulares y malos, todo eso es parte la carrera de un deportista. Todavía no he visto un pelotero que pueda tener un gran resultado todo el tiempo, comprendo que nadie puede estar al 100% siempre, eso es normal, es algo humano.

Tu defensa detrás del plato ha ido mejorando con el tiempo. ¿Cómo has podido lograr eso?

   -Cuando comencé mi defensa era mala porque es una posición donde entré tarde y demora mucho para uno dominarla a la perfección. Lógicamente el resultado no podía ser bueno de inmediato pero sí creo que he ido mejorando año tras año. A muchos se les ha quedado esa imagen del principio y ha quedado aquella mala fama de mal defensor.

   »Me costó mucho y he tenido que sacrificarme muchísimo para mejorar bruscamente y borrar esa imagen que los aficionados tenían. En estos momentos quizás mi defensa no es de las mejores pero es buena, eso lo he demostrado en eventos internacionales, muchas veces poniéndome a la altura de los mejores y haciendo todo lo que ellos son capaces de hacer. Puedo coger robando a los mejores corredores del mundo, parar bolas difíciles, etc. Eso lo he demostrado en todos los torneos donde he estado.

   »Cuando reviso mis números defensivos veo también buenos resultados, no son números tan malos como piensan algunos. Cuando los comparo con los mejores receptores de Cuba en la actualidad veo eso, no crea que sea ese mal receptor que muchos piensan porque son bastante parecidos.

¿A quiénes tienes que agradecer por esa mejoría?

   -Tengo que agradecerle un mundo a Ariel Pestano. Cuando comencé me ayudó mucho, mucho, mucho y todavía cuando nos vemos por ahí en la Serie Nacional lo sigue haciendo con sus consejos. Siempre me dijo que cuando él no estuviera quería que yo estuviera ahí por él.

   »Siempre me he sacrificado y sé que nunca voy a ser como él y tampoco quisiera serlo porque le tengo mucho respeto. Para mí es el mejor receptor de todos los tiempos en Cuba. Siempre he tratado de llevar al terreno todas sus enseñanzas y consejos.

   »También tengo que agradecerles a los entrenadores de Las Tunas y a Fernando Corrales que trabaja muchísimo. Es un entrenador magnífico que ahora está con el equipo de los Toros de Camagüey. Al cargabates Hubert Brito también le debo mucho que a pesar de esa función que realiza es tremendo entrenador.

¿Contra qué equipo te gusta más jugar en la Serie Nacional?

   -El béisbol es mi pasión. Cuando hay que jugar lo hago contra cualquiera. Lógicamente siempre llama más la atención jugar contra Industriales en el Latino, contra Santiago en el Guillermón o contra cualquier otro de los que más calidad tengan en ese momento como Matanzas.

   »Jugar contra ellos, tanto en sus estadios como en el Mella es una locura que te exige al máximo. Lo mío es jugar pelota contra quien sea, es una sensación única jugar en esos estadios llenos.

¿Quién es el lanzador más difícil que has tenido que enfrentar?

   -Hay muchos lanzadores que se me han hecho difíciles. He jugado ya varias Series Nacionales pero te puedo mencionar a Norge Luis Vera y a Pedro Luis Lazo. En aquellos tiempos cuando yo empezaba eran lanzadores bien difíciles al igual que se me hacían incómodos los lanzadores holguineros de aquellos tiempos.

   »Ahora está Freddy Asiel, Lázaro Blanco, Liván Moinelo, Raidel Martínez o Vladimir Garcia. Son lanzadores muy difíciles y no te puedo decir uno ni dos porque son varios. Uno se para ahí y sabes que será un momento duro, aunque me imagino que ellos también piensen lo mismo.

Muy amargo ese momento en el juego final de la Serie 57 cuando te sorprendieron en bases en la novena entrada. ¿Cómo viviste esos momentos?

   -Muchos piensan que me afectó mucho más, pero te digo que lo asumí como una jugada normal. Mirándolo después me doy cuenta que era una jugada que no se podía hacer en ese momento pero es una jugada normal. Lo hice con el corazón y dando mi vida por ser campeón, por mi equipo, por mi provincia, por mi familia y por mi gente. Estaba defendiendo todo a capa y espada. Es cierto que venían detrás buenos bateadores y que estaban en un buen momento pero Raidel Martínez estaba muy difícil, nadie pensaba en ese momento que íbamos a conectarle tantos hits seguidos.

   »Después de conectarle de hit en esa entrada me sentía muy bien, me sentía rápido y en condiciones y estaba seguro que si le cogía el tiempo podía ponerme en segunda y entonces tendríamos más posibilidades de anotar. Pero te digo, muchas personas me vieron llorar ese día y pensaron que se me iba a acabar el mundo o que podía dejar de jugar el béisbol, pero nada. A mí lo que me afectó es no poder ser campeón en esa oportunidad, ese es el sueño de todo atleta. Quizás no era el momento de salir al robo pero es una jugada como otra cualquiera.

¿Recibiste mucho rechazo de la afición tunera?

   -No tuve mucho rechazo, te lo digo de corazón. Quizás dos o tres personas, pero eso no me afectó en nada. Tuve tremendo apoyo de la afición. Casi todos los días lloraba en casa porque no sabía que tenía un pueblo tan grande que le gustaba como yo jugaba al béisbol y me apoyaba tanto.

   »Mi casa se llenaba todos los días de niños, ancianos, de gente fanática al béisbol para darme su apoyo y eso lo agradezco con la vida. Todo eso me obligó más para seguir dando lo mejor de mí y seguir esforzándome y luchando para cuando empezara la próxima temporada salir a tratar de conseguir la medalla de oro que tanto el pueblo quería y así ocurrió.

   »Si aquello no me afectó tanto es porque no soy tan débil, he pasado por muchas cosas en el béisbol. Algunas veces en el transcurso de mí carrera me dieron baja por pobre rendimiento y siempre me he levantado y he seguido luchando, tratando de superame a mí mismo.

   »Una mala jugada no podía acabar con mi carrera, así lo vi. Para algunos fui el culpable, acepto que digan que no fuimos campeones por mi culpa pero hice muchas jugadas buenas y ayudé con mi rendimiento a llegar hasta allí, esa jugada no podía ser el fin.

Al año siguiente logran al fin la ansiada corona. ¿Qué sensaciones nuevas se viven?

   «Ser campeón es lo que anhela todo atleta, lo mismo con tu país que con tu provincia. Defender tu bandera y ganar es lo más grande que uno puede sentir. Vivir aquello fue tremendo. Ese recorrido y esa cantidad de personas reunidas en la plaza, aquel recibimiento lo tengo aquí presente cada día. Se me salen las lágrimas solo de recordar ese momento por el tremendo orgullo que siento al ver a tantas personas alegres y agradecidas por ese resultado de un equipo. Fueron miles y miles de personas agradeciendo a un equipo de 40 personas. Nunca pensé que pudieran darnos ese recibimiento que se ha quedado en el corazón de cada uno de nosotros. Es lo más grande que he vivido en el béisbol hasta el momento.

¿Crees que Cuba pueda lograr el boleto para los Juegos Olímpicos?

   -Creo que podemos lograr ese boleto, aunque no sea nada fácil porque todos los equipos están bien duros. Es verdad que no estamos pasando por un buen momento como equipo a nivel mundial, pero los cubanos siempre sacamos un buen equipo. No hemos tenido los resultados que el pueblo quiere, que nosotros queremos, pero estoy seguro que se puede más y creo que se puede logar la clasificación olímpica que tanto desea el país.

¿Qué le puedes decir a esa afición tunera que quiere recuperar el título en la próxima serie? ¿Es posible eso?

   -Al pueblo de Las Tunas que nos sigan apoyando como siempre lo han hecho. Para mí es sin dudas la mejor afición de todo el país. Cuando estábamos en los últimos lugares el Mella se llenaba increíblemente y nos apoyaban. Nosotros vamos a dar siempre el máximo.

    »No podemos asegurarles que vamos a ser campeones porque eso siempre es muy difícil y dependerá de muchas cosas, entre ellas la forma en que lleguemos a los playoffs. Un equipo para ser campeón tiene que tener en óptima forma a la mayor cantidad de atletas posibles en esos momentos. Pero sí le podemos asegurar que siempre vamos a luchar y a darlo todo en el terreno porque eso es lo que más deseamos y sabemos que es lo que más desea el pueblo. Confíen en sus Leñadores que siempre salimos a ganar cada juego con el corazón.

   »Nosotros nos sentimos orgullos del pueblo que tenemos y ellos deben sentirse orgullosos del equipo que tienen. Unido, combativo, que nunca se da por vencido y siempre va a estar luchando por el campeonato porque ya sabemos lo que es eso y lo que se siente y lo queremos volver a sentir nuevamente.

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