Equipo Cuba al Preolímpico: algunos datos interesantes

Jerry Díaz

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Por Salazar Benitez A pocos días de iniciar el Preolímpico de las Américas este 31 de mayo, comparamos la nómina del equipo cubano para este torneo con algunas de las que también han representado a la Federación Cubana de Béisbol durante el último lustro. Partiendo del conjunto cubano que participó en el Clásico Mundial de…

Por Salazar Benitez

A pocos días de iniciar el Preolímpico de las Américas este 31 de mayo, comparamos la nómina del equipo cubano para este torneo con algunas de las que también han representado a la Federación Cubana de Béisbol durante el último lustro.

Partiendo del conjunto cubano que participó en el Clásico Mundial de 2017 y observando los rosters de los Centroamericanos de Barranquilla 2018, Panamericanos de Lima 2019 y el Premier 12 también de 2019, examinamos algunos datos interesantes:

5 peloteros repiten en todas las nóminas: el receptor tunero Yosvani Alarcón, el jardinero granmense Roel Santos, el también alazán y lanzador Lázaro Blanco, el abridor matancero Yoenni Yera y el apagafuegos de los Vegueros Raidel Martínez.

4 jugadores repiten por cuarta ocasión: Yordan Manduley, Yordanis Samón, Frederich Cepeda y Liván Moinelo; otros 5 por tercera vez: Alfredo Despaigne, César Prieto, Guillermo Avilés, Yariel Rodríguez y Yudiel Rodríguez; en tanto Carlos Juan Viera, Erisbel Arruebarrena y Andy Rodríguez lo hacen en su segunda oportunidad. Los 9 restantes llegan por primera vez al equipo nacional. Como curiosidad adicional, el bayamés Guillermo Avilés es el único que ha repetido equipo como jugador de cuadro y jardinero indistintamente.

Al contrario de lo que muchos pudieran pensar a priori, la conformación del equipo evidencia una base con cierta estabilidad, algo que contrasta en buena medida con los seleccionados nacionales que salían a competir en el lustro anterior, cuando las renovaciones eran constantes. Se conocen los motivos: la mayoría de los peloteros cubanos preferían consolidarse en la isla y mostrarse de alguna manera en la arena internacional antes de buscar nuevos horizontes.

La diferencia ahora está dada por la evidente posibilidad de firmar contratos en ligas foráneas sin necesidad de abandonar la isla y el hecho de que muchos jóvenes talentos se marchan antes de dar el salto al equipo nacional. Baste decir que de las nóminas tomadas como referencia solo 3 peloteros pertenecen actualmente a equipos del béisbol profesional estadounidense: Yoelqui Céspedes, Víctor Víctor Mesa y Oscar Luis Colás. Si analizáramos datos de períodos inmediatamente anteriores, con seguridad esta cifra sería mayor.

A esa relativa estabilidad sumémosle que más de la mitad de los jugadores que asistirán al Preolímpico han sido campeones de la Serie Nacional de Cuba en alguna de las últimas 5 temporadas, tanto jugando con su conjunto como reforzando a otro.

Llama la atención, además, la presencia de 4 managers diferentes en las escuadras antillanas: Carlos Martí, Miguel Borroto, Rey Vicente Anglada y ahora Armando Ferrer; lo cual contrasta con la tónica que regularmente suele regir a los seleccionados de cualquier país, donde es habitual la permanencia durante algún período de tiempo de los directores de equipo.

También resulta revelador que la mayoría de los peloteros de este grupo (19 de los 26) han jugado en ligas profesionales alrededor de todo el mundo, tanto contratados a través de la Federación Cubana, como por su cuenta; así que ahora vemos algo que parecería insólito diez años atrás: peloteros que, luego de haberse visto impelidos a abandonar el país en busca de mejores oportunidades, regresan a la Serie Nacional y representan la casaca de las cuatro letras. En este caso resalta el nombre de Erisbel Arruebarrena, quien cuenta en su currículo con una efímera participación en MLB.

Es de sobra conocido que la situación de Cuba es un caso sui generis dentro del mundo del béisbol. La fragmentación de la pelota cubana, entre otras cosas, ha venido marcando irremediablemente el comportamiento de los seleccionados nacionales, sobre todo durante la última década. Aun así, como todas las veces, solo queda esperar. Como siempre, hasta que caiga el último out, cualquier cosa puede ocurrir en un terreno de béisbol.