Por Yasel Porto
Hay realidades irrefutables en las que no importa la simpatía que tengan los fanáticos del béisbol cubano. No existe forma de ir en contra de la lógica y restarle trascendencia a determinadas figuras, equipos o momentos. Habrá quien se resista de ponerlo en la cima de todo, pero casi nadie se atrevería a ignorarlo en el grupo de los mejores.
En ese caso está el equipo Santiago de Cuba que entre 1999 y 2001 reinó en la Serie Nacional de Cuba, lo que unido al nivel individual y colectivo le ganó el inolvidable y famoso mote de la «Aplanadora Santiaguera».
Esa fue la primera versión porque después llegó la reencarnación sin que pasara mucho tiempo, aunque muchos señalan que por varias razones quedó un tanto por debajo. Y no tanto por el refrán de que «segundas partes nunca fueron buenas», porque ese generación dirigida por Antonio Pacheco fue estelarísima.
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Con la ayuda de Reutilio Hurtado, uno de los que formó parte de las dos versiones de la «aplanadora», he podido finalizar esta investigación en la que actualizo dónde están los principales miembros y a qué se dedica la mayoría de ellos. Vale decir que el estelar exjardinero es quien está al frente del equipo de atención de atletas retirados de Santiago de Cuba, por lo que sus datos no tienen margen de error.
Rolando Meriño: Fue el receptor titular los tres años y hasta llegó al equipo Cuba en 2000 y 2001 por su gran rendimiento. Tras dejar atrás sus mejores años emigró a Francia y España, y allí jugó un tiempo hasta que se dedicó a trabajar el talento de su hijo Patrick. Éste último es parte de los Rays de Tampa Bay y ya ha comenzado a demostrar su potencial como bateador y a la defensa.
Frank Tamayo: Era aprovechado por su defensa para que Meriño descansara en ocasiones. Es uno de los dos fallecidos entre los jugadores que estuvieron en alguno de los momentos del tricampeonato, luego de perecer en un accidente en su moto el 31 de diciembre de 2004, mientras aún estaba en activo y con solo 28 abriles. En ese accidente se salvó milagrosamente Rey Isaac.
Luis Enrique Padró: Aunque tuvo hechos importantes antes de 1999, como la Selectiva de 1992 y el superar los 100 jonrones de por vida, su protagonismo había quedado muy relegado por Meriño. Fue el que menos jugó de los tres receptores habituales de aquella etapa y solo estuvo en el primer título. Hoy trabaja en un combinado deportivo en su natal San Luis.
Orestes Kindelán: El estelar cuarto bate de la «Aplanadora», alternó como primera base y designado en aquellos certámenes. Su protagonismo estuvo a la altura de los mejores del conjunto con múltiples batazos claves en cada temporada, sobre todo en la fase de definición. Este 2022 debutó como manager fuera de Cuba con gran resultado en la primera parte de la Liga Francesa (Templarios de Sénart). Antes había dirigido par de años al equipo de su provincia.
Pedro Poll: El explosivo exjugador se ganó el puesto de regular desde el primer año de victoria gracias a su bateo sólido y una buena defensa en la primera almohadilla. Fue uno de los casos que participó en las dos generaciones brillantes de las Avispas, dejando escrito un momento memorable tras decidir con texas la final de 2005. Hoy forma parte del equipo santiaguero en la categoría sub23 como coach de la inicial.
Antonio Pacheco: El capitán y líder en todos los sentidos incluida la parte deportiva. Si bien su momento memorable fue su jonrón como emergente contra Lazo que dejó todo listo para la tercera corona consecutiva (andaba enfermo en esa final contra Pinar del Río), su rendimiento fue extraordinario en cada triunfo. Tras emigrar en 2014 y radicarse en la ciudad de Tampa, Estados Unidos, es miembro oficial de lo Yanquis de Nueva York como coach del equipo de la Clase A. De hecho, es el único de la «Aplanadora» que se vinculó oficialmente con una organización de Grandes Ligas.
Eddy Cajigal: Fue un jugador de cambio en esos tres años y su momento más relevante fue en el playoff de 2001 cuando tuvo que asumir por Pacheco. De hecho, fue sustituido por él en el citado turno del jonrón decisivo frente a Lazo. Es el manager de la selección sub23 de la provincia, con muchas posibilidades de debut en ese rol en Series Nacionales el próximo año.
Manuel Benavides: Tras el retiro forzado de Evencer Godínez se convirtió en el nuevo torpedero estelar de Santiago. Cumplió a cabalidad el rol que primer bate buena parte del tiempo, y en el aspecto psicológico fue otro de los peloteros que contribuía mucho a motivar a sus compañeros de equipo. El «Venado» trabaja en un combinado deportivo en Songo la Maya y aunque usted no lo crea a sus 55 años se mantiene activo dentro de los campeonatos provinciales.
Luis Miguel Navas: Estuvo desde el primer titulo cuando todavia era una estrellas en los juveniles. Su rol protagonico fue mayor en la segunda version de la Aplanadora, pero tambien tuvo sus momentos como suplente de Benavides. Despues de mucho tiempo en el beisbol cubano con presencia incluso en el equipo nacional, emigro legalmente a Dominicana.
Gabriel Pierre: Otra de las grandes estrellas del conjunto dirigido por Higinio Vélez, y entre los peloteros más populares y destacados de toda Cuba. Coincidió la etapa de la «Aplanadora» con el momento de mayor esplendor ofensivo de «Jimmy», a quien su físico y poder lo llevaron a la élite y hasta lo incluyeron en el equipo nacional. Emigró en 2014 a los Estados Unidos y hoy día enfrenta una situación compleja (nos hicimos eco en su momento) que lo ha obligado a tomar la decisión de mudarse de Atlanta a Miami. Su último trabajo fue pintando casas para una compañía.
Alexander Jorge: La presencia de Gabriel Pierre lo marginó de lucirse como sí pudo hacer después de la salida del extraclase slugger. Sobre todo en el año de debut de Pacheco como manager y que finalizó con el triunfo de las Avispas. Poco después emigró de forma legal hacia Estado Unidos donde ha hecho una vida bien tranquila alejada de las redes sociales. Vive en la ciudad de Katy, Texas.
Ariel Cutiño: Resaltó sobre todo por su gran poder al bate y por hacer tiros antológicos desde el jardín izquierdo fundamentalmente. Había sido lanzador y en ese rol participó hasta en una Copa Intercontinental (1991). Pero se hizo sentir con el bate y bastante cuando hizo la conversión, con impacto en cada gallardete alcanzado por los dirigidos por Higinio Vélez en ese tiempo. Su vinculación hoy día es con el plantel del territorio dentro de la categoría sub23.
Reutilio Hurtado: Brillante como bateador y a la hora de defender el jardín central. Resultó otra de las piezas esenciales y no solo en aquella etapa, sino en la que vino posteriormente y que fue conocida como la nueva versión de la «aplanadora». Dirigió un año a las Avispas (pudo haber sido más tiempo) y se ha dedicado oficialmente a la atención de deportistas retirados dentro de Santiago de Cuba.
Rey Isaac: Llegó a 1999 con el destacado antecedente de varios equipos Cuba, incluido los Juegos Olímpicos de Atlanta 1996. Aunque estaban Cutiño, Reutilio y Fausto, la calidad de Isaac lo mantuvo firme en la titularidad. Y no solo eso, sino que su nivel ofensivo fue contundente la mayor parte del tiempo. Ha estado en el cuerpo de dirección de las Avispas de Eriberto Rosales.
Fausto Álvarez: Jardinero y bateador zurdo que fue uno de los mejores año tras año de la «Aplanadora», especialmente a la hora de empujar carreras. Fue el primero de esta generación que emigró luego de radicarse en Holanda de donde adquirió los derechos civiles. Allí jugó unos años hasta que se retiró definitivamente. Hoy alterna su vida entre Holanda y, La Habana, así como Santiago de Cuba en menor medida.
Yoleisis Cisneros: Quizá muy pocos más allá de Santiago se acuerden de este jardinero y bateador zurdo. Su trascendencia principal la tuvo en el juego decisivo de la final contra Industriales en 1999. Ahí sorprendió a todo con su bateo desaforado que presagiaba un gran futuro que por desgracia nunca llegó. Trató de hacer equipo a Series Nacionales desde La Habana pero más nunca pudo acceder al nivel superior de la pelota cubana. Forma parte del grupo de entrenadores del elenco santiaguero categoría sub23.
Yoelmis Poll: De excelentes condiciones naturales, en realidad el ascenso de su carrera quedó truncado por varias razones entre las que estuvo la salud. No estuvo con la «Aplanadora» desde el inicio, pero la temporada del tercer título participó y con cierto protagonismo. Actualmente está como muchos de aquella etapa, en el staff de entrenadores del equipo sub23 de Santiago.
Norge Luis Vera: El líder del staff de lanzadores y uno de los mejores pitchers de Cuba en aquel tiempo, y posiblemente en los anales de las Series Nacionales. Fue parte de muchos de los juegos más trascendentales en cada título de Santiago de Cuba. Aunque tuvo situaciones delicadas de salud se mantiene vinculado al béisbol dentro de un combinado deportivo en la capital provincial, mientras su hijo impresiona en su temporada de debut dentro de las Ligas Menores en la organización de los Medias Blancas.
Ormari Romero: El otro gran monticulista entre el grupo de abridores que en varias ocasiones formó parte del equipo nacional (Juegos Olímpicos 1996, Panamericanos 1999 y Clásico Mundial 2006, entre otros), fue imprescindible en el resultado obtenido por la «Aplanadora». Ganó el juego decisivo para conseguir el primero de los títulos, en 1999, y como pasó con Vera también, formó parte igual de la otra gran etapa con Pacheco como manager. Ha acompañado a Rosales como entrenador de pitcheo en estas últimas Series Nacionales.
Osmel Cintra: No llegó a la altura de Vera y Ormari, pero el natural de El Uvero y que ahora vive cerca del «Guillermón Moncada» tuvo muy buenos resultados en las dos etapas doradas. Fue un abridor bien estable en los tres años en los que se ejerció el dominio, aunque en 2000 y 2001 tuvo un rendimiento tan bueno que estuvo a nada de hacer el equipo Cuba. Ahora mismo se encuentra en fase de recuperación tras haber visto en peligro su vida por una grave infección.
Wilson López: Reforzó el cuerpo de abridores de Santiago de Cuba después de haber jugado un gran rol en Holguín. Su temporada dorada a nivel colectivo fue en 1998-99, en la que aportó como el tercer pitcher más importante. Previo a la siguiente campaña fue suspendido por intento de salida ilegal de la Isla, perdiéndose las dos Series Nacionales siguientes. Desde hace tres año vive en la ciudad de Miami, Estados Unidos.
Danny Betancourt: Llegó a la selección santiaguera en 2000-01, pero en esa tercera campaña de éxito se ganó el protagonismo y la confianza de Higinio Vélez a base talento y resultados. Luego participó con enorme peso positivo en cada triunfo con Antonio Pacheco de director. Pese a tener una veintena de temporadas encima, es el único sobreviviente en activo de la primera «Aplanadora».
Alexis Rodríguez: Hoy muchos ni se acuerdan de él, pero en 1999 sorprendió al colarse en la selección cubana que viajó a Baltimore para el tope contra los Orioles y luego asistió a la Copa Intercontinental de Australia. Después de eso más nunca este zurdo se hizo sentir. Y peor aún, se desapareció del béisbol rápidamente. En la actualidad forma parte del grupo de entrenadores en el combinado deportivo de Songo la Maya.
Jorge Tissert: Principal relevista del equipo la mayoría de esa etapa, con la responsabilidad de lanzar en el cierre de los partidos. Llegó a ser hasta líder en juegos salvados en el certamen. No duró prácticamente nada después de la consecución del tricampeonato. Se ha mantenido ligado al béisbol con su trabajo como entrenador dentro de un combinado deportivo en la principal ciudad santiaguera.
Alexis Pagán: Comenzó como un pitcher más y al cierre de 2001 se había convertido en un relevista de mucho importancia. Incluso en esa tercera corona alternó el protagonismo en el pitcheo de segunda línea con Jorge Tissert. No tuvo una carrera extensa por las lesiones y años después del retiro emigró a España donde todavía reside junto a su familia.
Félix Rivera: Poco a poco fue emergiendo como un lanzador de excelente dominio sobre el contrario. Aunque en esa etapa Tissert y Pagán tuvieron más presencia dentro del grupo de relevistas. Sus mejores años llegarían después, aunque sin que el físico lo ayudara a durar demasiado. Desde hace tiempo trabaja como entrenador en el municipio Palma Soriano.
Rubén Rodríguez: El zurdo de Contramaestre no sonó mucho a nivel nacional en lo mediático, pero no solo tuvo un brillante año 2000 (11-3, 1.58 PCL) que llevó a la preselección Cuba, sino que fue capaz de ganar más de un centenar en partidos en Series Nacionales. Estuvo en los tres títulos y luego en el primero de la otra versión de la «Aplanadora». Se retiró y luego regresó por breve tiempo en la llamada Serie de Oro (2010-11). Se ha vinculado a la pesca de un modo sumamente destacado. Casi a la altura del béisbol.
Elizardo Guillart: Estuvo sancionado por vinculación a una salida ilegal del país y por eso solo estuvo con la «Aplanadora» en el título de 1998-99. Su talento estuvo por encima de los resultados, los que permanecieron inestables sobre todo después que le permitieron volver. Pero sí se desarrolló mucho como entrenador de pitcheo, y desde hace años ha estado inamovible en ese rol dentro de las Avispas en la Serie Nacional.
Hubo otros integrantes pero con mucho menos incidencia. Algunos que trascendieron años después fueron el jardinero e inicialista Edilse Silva (fue lanzador en el 2000), el manager de las Avispas en los últimos años Eriberto Rosales (jardinero en los triunfos de 2000 y 2001), el principal pitcher de Alemania por muchos años, el todavía activo Enorbel Márquez (estuvo en el 2001). Agregar al lanzador Osmani Tamayo, fallecido en 2012 por un paro cardíaco con apenas 30 años de edad.
Del cuerpo de dirección muchos han fallecido algunos. Además de su manager Higinio Vélez, tampoco están con vida ya los entrenadores Francisco Escaurido, Antonio «Titi» Sánchez y Oberto Núñez.
Por su parte, Felipe Diez Siré (preparador), Luis Danilo Larduet (coach), Mario Ferrer (entrenador de pitcheo), Braudilio Vinent (entrenador de pitcheo), José Luis Alemán (entrenador de pitcheo) y Pedro Pablo Pileta (cargabates) sí sobreviven en su tierra de origen y casi todos se mantienen ligados al desarrollo del béisbol. En el caso de Pileta está en la misma función dentro de las Avispas.
Espero santiagueros y no santiagueros hayan quedado satisfechos con este artículo, el cual perfectamente puede ser el punto de partida para otro tipo de investigaciones que contribuyan a que los fanáticos conozcan el destino de quienes una vez llegaron a ser los grandes protagonistas de nuestra película beisbolera. Y que en muchos casos, después de retiro casi que no se habla o se conoce su realidad profesional y social.