Por Swing Completo
Uno de los peloteros industrialistas más populares ha sido sin dudas Yasser Gómez, quien después de haber estado incluso en la selección nacional decidió acogerse al camino de la emigración desde hace más de diez años y comenzar su carrera como profesional.
Después de salir por mar en 2008 su vida deportiva y social no fue nada sencilla en el exilio, junto con el dolor de separarse por mucho tiempo de su familia en Cuba con la cual siempre tuvo un vínculo bien especial. Muy fuerte fue sin dudas dejar atrás a personas tan importantes en su vida como sus padres Richard y Lola, sus hermanos y sobre todo su niño Yasser Patrick.
El castigo de no poder volver a la Isla por ocho años fue bien fuerte para él, que ni siquiera pudo despedirse de su papá antes de su deceso, y lógicamente, aunque en California comenzó una nueva familia, el hecho de no poder volver a abrazar por ese tiempo tampoco a su primogénito fue algo que tuvo que afrontar hasta que le fue permitido pisar territorio cubano.
Y después volvió a pasar un tiempo sin verse con la pandemia y los problemas políticos entre Cuba y Estados Unidos como responsables principales en el nuevo distanciamiento físico que por fin terminó y por un tiempo indefinido.
Según publicó el propio ex jardinero, su hijo que hace rato dejó de ser un niño acabó de llegar a territorio estadounidense, lo que sin dudas ha desatado la alegría desmedida del tres veces campeón nacional con Industriales, además de su medalla olímpica en Sydney 2000 y el título mundial en Taiwán 2001.
Yasser Patrick, fruto de la alianza del jugador ya retirado del béisbol profesional con la hija del destacado actor Manolín Álvarez, trató de seguir en Cuba los pasos de su padre con su presencia en las categorías menores en las que lució bastante bien.
Desde que Yasser fue a Cuba en 2017 no veía al junior. Con 17 años y un talento indiscutible por tradicion y por propias habilidades, es posible que muy pronto haya noticias de su vinculación con el béisbol norteamericano.
Llamado Patrick por ser el nombre de un australiano que entabló una gran amistad con Yasser Sr. a raíz de la Copa Intercontinental de Sydney en el año 1999, comenzará ahora una nueva vida junto a quien fuera uno de los mejores guardabosques de Cuba entre 1998 y 2008.
Bautizado como “La Espuma” o “La Espada”, Yasser Gómez irrumpió con éxito desde su debut mismo en Series Nacionales tras su designación como Novato del Año en 1997-98 en su única participación con Metropolitanos. El oriundo de Centro Habana fue transferido a Industriales al año siguiente y eso lo catapultó definitivamente a planos estelares aún cuando su presencia en el equipo nacional principal apenas duró tres años.
Defensivamente tuvo en su poder todas las herramientas para descollar en cualquiera de los tres jardines. Un brazo de lujo, junto a su seguridad y desplazamiento de élite, se combinaron con una ofensiva donde el único punto débil fue su falta de poder para cifras de jonrones a un plano medio o no ser un buen robador para la rapidez de sus pierdas. Pero su formidable tacto y alta capacidad para dirigir la pelota para cualquier zona del terreno lo convirtió en uno de los mejores a la hora de embasarse. En 11 campañas dejó excelente average de 355 con 1152 hits.
Diferencias entre Yasser y la dirección del béisbol en el país, llámese Comisión Nacional o determinados entrenadores, lo marginó después de 2002 a regresar a un evento internacional de primer nivel. Tal tratamiento a pesar del rendimiento destacado casi año tras año lo hizo tomar la decisión de irse de la Isla ilegalmente por el mar junto al lanzador Yadel Martí.
Quizás en la actual época hubiera encontrado más opciones para subir al escalón mayor en el sistema de Grandes Ligas, pero era una época diferente en la que los bateadores cubanos tenían de brillar completamente en las Menores o estar en una organización con muchas necesidades. Nunca fue más allá de la AA de los Bravos de Atlanta hasta que quedó sin contrato en 2011 y se vio obligado a pactar con diversas Ligas Independientes.
En el año 2013 jugó un torneo internacional de mucha trascendencia pero de un modo diferente, pues su ascendencia española le permitió representar a la escuadra ibérica en el Clásico Mundial en la que hubo otros cubanos, entre ellos el también industrialista Bárbaro Cañizares.
Hace mucho tiempo se radicó en Los Ángeles, California, donde ha mantenido una vida bien tranquila y en contacto perenne con muchos de sus compañeros de equipo en el béisbol cubano.
