Abril en la pelota: El deceso de Cristóbal Torriente, el “Babe Ruth cubano”

Por Andy Lans García

“Era tan negro como una tonelada y media de carbón en un sótano oscuro.”
Babe Ruth

Así se refirió el ícono George Herman “Babe” Ruth a Cristóbal Torriente, al concluir un partido de exhibición entre los Alacranes del Almendares y los New York Giants. El duelo correspondía a las conocidas Series Americanas donde se veían las caras conjuntos cubanos y de Grandes Ligas. Vale la pena recordar que los equipos de la Gran Carpa solían hacer pretemporada en Cuba, entre otras razones, por la calidad de los rivales.

Pero aquel 4 de noviembre de 1920 ocurrió algo singular. Babe Ruth reforzó la plantilla de John McGraw, contratado por el empresario Abel Linares a cambio de 2000 dólares por juego. El “Bambino” venía de endosar una campaña récord de 54 jonrones con los Yankees.

Por otro lado, el Almendares Park II, lugar del encuentro, desafiaba a los más temibles toleteros de la época con sus 600 pies en el center field, por ello la mayoría de los cuadrangulares acontecidos en la instalación se daban sin volar la cerca (No se les podía llamar vuela-cercas).

Como podrá imaginar el lector, en aquel momento la expectativa de la afición cubana se concentraba en la actuación de Ruth, que al igual que Cristóbal Torriente, contaba con la capacidad de pichar.

Sin embargo, Babe Ruth falló en tres oportunidades ante el lanzador de origen catalán Isidro Fabré. La heroicidad de la tarde correspondió al cubano Critóbal Torriente, quien conectó de 5-4. Como reseñaría James D. Cockcroft en su libro Latinos en el béisbol: “la estrella cubana eclipsó al Bambino”.

Al pegarle Torriente dos jonrones en igual cantidad de turnos al diestro Joe Kelly, un indignado Babe Ruth decidió lanzarle a la altura del quinto inning. Cristóbal Torriente castigó a Ruth con un tubey. Dos capítulos después, el cienfueguero consiguió un batazo de vuelta completa dentro del terreno, otra vez frente a los envíos de Ruth. Al término de la Serie, Torriente superó en average al estadounidense 378×345. 

Aunque en un inicio, Ruth comparó a Torriente con una tonelada y media de carbón, luego admitió: “Si pudiera llevarme al lanzador José de la Caridad Méndez y al jonronero Cristóbal Torriente para mi equipo, ganaríamos el gallardete comenzando el mes de septiembre y después nos iríamos a pescar.”  

Lamentablemente, debido al color oscuro de su piel, Torriente nunca disputó ni un episodio en MLB. No le quedó más remedio que desempeñarse en Ligas Independientes de Color, circuito en el que estuvo al servicio de los Cuban Stars, All Nations, Chicago American Giants, Kansas City Monarch y Detroit Stars.

En 1920, Andrew “Rube” Foster fundó la Liga Nacional Negra. Los cuatro primeros años de esa competición, hasta la edición de 1923, Cristóbal Torriente, por aquel entonces en los Chicago American Giants, obtuvo el liderazgo de bateo con promedios de 411, 338, 342 y 412 por ese orden; en toda su trayectoria en las Negro Leagues rindió para 354. El nacido en la década de 1890 encabezó a los American Giants en la consecución de tres títulos. Completan sus números 427 choques jugados, 1502 veces al bate, 531 imparables, 89 dobles, 42 triples, 32 jonrones, 350 anotaciones y 343 impulsadas.

Torriente destacó por su potente brazo zurdo desde la pradera central, lograba darle con facilidad a lanzadores de ambas manos y también batear pelotas difíciles, poseía una gran maestría para las jugadas de bateo y corrido tanto con el madero como en las bases. Como lanzador en el béisbol afronorteamericano ganó 15 encuentros y perdió 7.

El “Babe Ruth cubano” participó en 12 versiones de la Liga Profesional Cubana y en dos certámenes independientes entre 1913 y 1927, sin contar el período 1917-1919. Vistió la franela del Habana, el Almendares, Marianao y Havana Reds.

Su primer champion bate en Cuba lo logró como almendarista en la gesta 1914-15 con porcentaje de 387, en ese torneo acumuló además la mayor cantidad de turnos oficiales (124), anotadas (33) e inatrapables (48). Repitió como mejor bateador en la 1919-20 (360), nuevamente con los azules.

En la Liga Cubana, Torriente disputó 358 desafíos con registro ofensivo de 352. Fue primero en hits y en almohadillas robadas en tres ocasiones, dos en biangulares, y cuatro en triples y jonrones. Nunca incursionó en la pelota del resto del Caribe.

El 11 de abril de 1938, Cristóbal Torriente falleció en Ibor City, Nueva York con solo 43 años a causa de una tuberculosis. Refugiado en el alcohol y empobrecido, Cristóbal no pudo trasladar a su vida privada la brillantez que mostró como pelotero. Como dijera Martín Dihigo:

“El mejor pelotero de su época fue el malogrado Cristóbal Torriente. Lo hacía todo bien, con una naturalidad asombrosa (…) jamás trató de impresionar a las gradas con aquellas facultades que le sobraban; el alcohol y la falta de descanso y alimentación, minaron su organismo y a los 32 años físicamente era un espectro.”

ÚLTIMA HORA: Descubren los restos de jugador cubano del Salón de la Fama de Cooperstown

Aunque la fecha oficial es la antes mencionada, en el 2018 el Consejo Nacional «Beisbol de Siempre» descubrió los restos del legendario pelotero cubano en el Cementerio de Colón, hecho que puso fin al misterio que del lugar donde descansan los restos de Cristobal Torriente, uno de los mejores peloteros cubanos de la historia (en teoría sus restos fueron trasladados a La Habana en 1940).

En 1939, apenas inaugurado el Salón de la Fama en Cuba, Torriente fue exaltado en él.

En 2006, sin haber pasado por las Grandes Ligas, pudo exhibir su placa en Cooperstown junto a José de la Caridad Méndez y Alejandro Pompez.

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