Por Robiel Vega / @robielcuba87
En lo que puede catalogarse como la mejor noticia del balompié nacional en lo que va de 2022, la Federación Internacional de Asociaciones de Fútbol, FIFA, por sus siglas en francés, certificó al Estadio Antonio Maceo, de la ciudad de Santiago de Cuba, como apto para celebrar partidos internacionales.
El documento oficial fue firmado por el presidente de la FIFA, Gianni Infantino, y emitido en Zúrich la mañana de este miércoles 5 de enero. En el mismo se declara que el terreno enclavado en el corazón de la llamada Ciudad Héroe de Cuba, ha sido probado y certificado según los estándares de calidad de la organización rectora del fútbol internacional.
De igual manera se puede apreciar en el sitio oficial de la FIFA que el Estadio Antonio Maceo, según el número de autorización 1014369, queda certificado con el nivel de calidad FIFA Quality PRO durante todo el 2022.
«Pretendemos que lo realizado en el Antonio Maceo no sea meta, sino punto de partida para mejorar paulatinamente otros estadios del país por el bien de nuestro fútbol» dijo al diario digital JIT José Yulier Herranz, jefe de la oficina de desarrollo de la Asociación de Fútbol de Cuba (AFC) y jefe de competiciones del fútbol cubano.
La certificación es resultado de una inversión conjunta de la FIFA con la AFC, en la que el órgano rector donó cerca de 700 000 euros, y que se vio demorada por cerca de tres años, desde el 2018 hasta el 2021.
El remodelamiento fue total, desde el emparejamiento del terreno natural con más de 7 000 metros cúbicos de arena y su compactación sin precipitaciones, la aplicación del césped sintético, con una capa de el granulado de caucho que, además de simular la capa vegetal del césped, contribuye, por su peso, a la adhesión de este al piso y, dada su blanda textura, a evitar en las caídas o deslizamientos de los atletas lesiones de consideración; hasta el sistema de regadío especializado con aspersores de tecnología de punta, así como la terminación del drenaje del estadio.
La inversión de la FIFA incluyó, además, una pizarra digital de tecnología LED, las casetas y banquillos, mientras que por la parte cubana, se aportaron cerca de un millón de pesos para reparar el edificio administrativo, la cubierta, el graderío, las redes eléctricas, la pintura en general y el cercado perimetral.