Por Alexander García Milián
Hace unos días en televisión nacional, en Mi béisbol, vi a hablando otra vez a Germán Mesa.
El “ Mago”, hablaba con soltura, sin reparo, sin miramientos en cuanto a exponer los más variados criterios- el trabajo que paso al comenzar en Series Nacionales, el ejemplo de Pineda, su labor como director- de todo, pero disparando directo…
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Es el año 2002, comienza el mes de junio, la Serie Nacional de Béisbol ya está en fase Play Off, y en Occidente, Industriales enfrenta a su bestia negra, Pinar del Río.
En el estadio Latinoamericano, Amaury Sanit enfrenta a Daniel Lazo; Enrique Díaz, segundos antes había pifiado y entonces el fornido slugger pinareño le da jonrón por el right field a Sanit y los vueltabajeros ganan el partido y pasan a semifinales.
Pocos recuerdan, casi todos olvidan que en ese partido, momentos antes del batazo de Daniel Lazo, Omar Linares había conectado un fly detrás de segunda y en espléndida corrida, Germán Mesa atrapaba la bola.
Esa jugada, fue la última acción defensiva de Mesa en Series Nacionales…
Es Germán Mesa, el símbolo del campo corto, quizás aunque muchos no deseen verlo así, desechando la frialdad de las estadísticas; no hay un referente como Mesa…
- Pineda me dio toda la confianza del mundo, me permitió confiar en mí cuando nadie lo hacía- alega Germán durante la entrevista en televisión.
Pero la historia que parece comenzar ahora, hace cinco años o diez, no… empezó en 1985, hace ya 34 años; cuando Germán Mesa debutó con Metropolitanos.
Para aquel momento, Mesa tenía 17 años y en 50 turnos oficiales al bate, pegó 8 hits e impulso solo 3 carreras; anémica producción, un lastre que caería sobre Germán por el resto de su carrera deportiva- no batea- afirmaban muchos en aquellos años;- fue bueno solo a la defensa- acotan otros ahora.
Pero Germán, con los años, demostró que la cosa es más un mito, un eslogan gastado que a veces como pérfida brujería no lo abandona nunca. Al día de hoy, en 16 Series Nacionales, 9 Selectivas y 1 Copa Revolución, acumuló 1239 imparables- uno de los 14 capitalinos con más de mil incogibles en torneos domésticos-. Además Germán, conectó 112 cuadrangulares y promedió para un average de 285.
Es Germán Mesa, el de las increíbles jugadas con Padilla y con Pacheco; Germán el que durante los Panamericanos del 91, atrapa un rolling tendido por encima de segunda a Charles Johnson, un hit seguro que muere cuando la bola cae en el guante del primera base y se decreta el out… Ajete respira hondo, sonríe, todos sonríen, al final la jugada selló el triunfo ante Estados Unidos.
- Me hubiera gustado haber coincidido en el terreno con German; juntos hubiéramos hecho grandes cosas- expresa medio sonriente rey Vicente Anglada en una entrevista televisiva.
Cuando en 1996, durante aquel período de purgas que mancilló la carrera de varios peloteros; suspenden a Mesa de modo sorpresivo, siendo el hombre del campo corto, siendo figura; todos quedan perplejos… A los años, en 1999, al anunciarse su regreso al elenco azul dirigido por Guillermo Carmona; en su primer turno al bate durante la inauguración de la Serie… el Latino fue un manicomio, ¿quién no recuerda eso?, los pelos se ponen de punta cuando rememoro el suceso.
Para rematar al retirarse- casi obligatoriamente- con 35 años, al retirarse Germán se va a Panamá y estando allí, lo llaman para dirigir a Industriales, Mesa acude y en su primer año se le van 14 peloteros, se vuelve un mago, busca jugadores de la Liga de Desarrollo y acaba la Serie…
- Ahora hablan, que si Vargas, que si Javier, que no ganaron por los jugadores que se les fueron pero lo que me paso a mí…- Germán comprime sus labios, enarca sus cejas, toma aire, lo suelta y cuenta la historia de esa primera temporada como director, la de los 14…
Al año, en el campeonato 2009- 2010, Germán clasificando de modo agónico, le gana 4-1 a Sanctis Spiritus en primera ronda de Play Off; luego vence a La Habana 4-2 en semifinales y por el título, viniendo de abajo, le gana 4-3 a Villa Clara; es el último campeonato de Industriales y toda la gloria sea por esos instantes para los capitalinos.
Es una historia, una que se fragmenta en miles, como ocurre siempre con las personalidades, una que evoqué cuando vi a Germán Mesa de nuevo en televisión. Yo en lo personal, soy fanático a Eduardo Paret pero ahora mismo, luego de teclear esta última letra, pienso que en verdad el tipo es él… sin dudas la figura; hay que ser objetivos, ¿No?
Nos vemos a la vuelta.