Por Andy Lans / @DeportesAndy
Durante el tramo regular de sus cuatro primeras temporadas de Serie Nacional de Béisbol (SNB) en Cuba, Geisel Cepeda Lima disparó tres jonrones y robó siete bases en 18 intentos. Sin embargo, solo en la clasificatoria de la versión 60 del clásico local, pegó ¡ocho vuelacercas! y robó siete bases en 10 intentos. Una estadística simple, pero ilustrativa. El espigado jardinero de 25 eneros decidió fugarse del Equipo Cuba que disputaba un Mundial Sub 23 en México. En ese momento se encontraba en pleno progreso de dos habilidades fundamentales: fuerza y velocidad.
“Empecé en la pelota a los nueve años en el estadio del reparto, en la misma ciudad de Santi Spíritus, con Yunier Rondón como mi primer entrenador. Siempre fui un gran aficionado al béisbol desde chiquito. Tuve como referencia a mi primo Frederich Cepeda y a Yulieski Gurriel” recuerda Geisel en exclusiva para SwingCompleto.
“Muchos dicen que la Serie Nacional no enseña, pero yo sostengo lo contrario. Ahora mismo la competencia no tiene el nivel que requiere la pelota mundial, pero si te deja bastante adelantado a la hora de jugar en otro béisbol. De la Serie Nacional se me quedó el correr fuerte hacia las bases, ser disciplinado dentro y fuera del terreno, respetar a los entrenadores, y otras enseñanzas,” añade el prospecto sobre su paso por circuitos cubanos.
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¿Es sinónimo de presión tener en la familia a un histórico como Frederich Cepeda?
– Para mí, es sinónimo de querer jugar más, de ser mejor cada día. Tienes en el espejo a uno de los más grandes bateadores de la historia de Cuba y el mundo. Tampoco me presionaba si me comparaban con él. Solo salía a hacer mi trabajo.
Recientemente, el reconocido narrador dominicano Ernesto Jerez pidió que Cuba convoque a Frederich al quinto Clásico Mundial. ¿Qué opinas al respecto?
– Creo que Frederich Cepeda tiene que ir a este Clásico. Se lo ha ganado. Como te decía, es una personalidad histórica en la pelota mundial. Merece ese respeto. Y si tiene la voluntad de ir, hay que guardarle el puesto como sea. Si él dijera que no se siente en condiciones, es otra cosa. Más allá de que sea familia mía y más allá de todos los consejos que me ha dado, todos sabemos de la calidad de Frederich.
El dorsal 10 de los Gallos de Santi Spíritus pesa. Verlo con un apellido distinto al Gurriel todavía resultaba raro para algunos devotos de las bolas y los strikes. No obstante, a lo largo de cinco campañas en el conjunto yayabero, Geisel Cepeda le hizo su merecido honor. Después de 532 comparecencias al bate con corredores en circulación, durante los tramos regulares de la SNB, Geisel mostró su oportunidad.
En dicha situación, compiló para .339/.414/.416 con 17 dobles, un triple y cinco cuadrangulares, acompañado además, de 35 ocasiones en las que el versátil guardabosques trajo el empate o la ventaja. Por si fuera poco, su porcentaje de ponches (K%) con compañeros a bordo quedó en 5.6%. Lo cual, unido a su formidable BB% de 11.3%, arroja pruebas infalibles sobre su enorme facilidad de contacto y brillante distinción de la zona de strike, cualidades heredadas de Frederich Cepeda que no pasaron desapercibidas cuando los Texas Rangers firmaron a Geisel.
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¿Cómo ha sido tu estancia en México y República Dominicana?
– Cuando me quedé en México, mi agente asignó una persona que me guió en todos los aspecto de la vida cotidiana. Al llegar a República Dominicana (RD), ya me tenían una casa donde vivo hasta el día de hoy con mi mujer, mi niña y mi hermano más grande. En suelo dominicano he mejorado mucho, y he aprendido muchas cosas sobre este país. Entreno por las mañanas en un estadio a unos 40 minutos de la casa. Por las tardes hago gimnasio. Hace poco entré en la academia de los Rangers en RD hasta que me vaya a Estados Unidos.
¿Cuáles han sido tus principales progresos como pelotero fuera de Cuba?
– Desde que me quedé en México hasta el momento de mi firma he ganado mucho en fuerza y masa muscular sin perder velocidad, mejoré la precisión de los tiros hacia las bases y también he avanzado en cuanto a mi mentalidad. Tengo otras metas en las que enfocarme.
Tu sacrificio más grande a la hora de buscar la firma con una franquicia de MLB.
– Sacrifiqué todo. Dejé atrás a mi gente. En este momento me conforta tener a mi mujer y mi hija conmigo, pero hay miembros de mi familia que no sé cuando volveré a ver. No puedo entrar a Cuba en varios años. Tenía que escoger entre eso o firmar con una organización de Grandes Ligas. Por eso, al firmar los primero que vino a mi mente fueron mis padres, como los tengo lejos, me acordé más de ellos. Han sido todo para mí. Me han ayudado a levantarme en momentos duros. Han vivido mi carrera desde pequeño.
Vimos una foto tuya en las redes con Vladimir Guerrero Sr. ¿Nos cuentas como surgió esa instantánea?
– Uno de los hijos de Vladimir firmaba el mismo día que yo. Una vez acabado el protocolo, aproveché para tener mi foto con un jugador exaltado al Salón de la Fama en Cooperstown. No intercambié mucho con Guerrero. Él me felicitó. Me dijo que siguiera adelante. Es una de las tantas alegrías que me trajo este mes de enero. El 17 fue mi cumpleaños y el día 19 me casé.
Háblame del ambiente en la concentración cubana durante aquel Mundial Sub 23 desarrollado en México en 2021 donde se quedaron 12 peloteros de las Cuatro Letras.
– Había un poco de presión de parte de los directivos y de los muchachos. Algunos jugadores querían quedarse pero no sabían como dar ese paso. Preocupaba el hecho de que el equipo quedara descalificado por falta de peloteros.
¿Te sorprendió hacer el equipo al Mundial Sub 23, a pesar de acumular en tu historial un intento de salida ilegal del país?
– No me sorprendió. Antes hablaron conmigo sobre aquel intento de fuga y me advirtieron de cosas que no podía hacer. Pero fuera de eso, siempre fui el tercer bate en la Preselección. Tenía esa responsabilidad y la decisión era que yo fuera.
Disciplina, respeto y sacrificio. Son los valores que incorpora Geisel Cepeda a su incalculable talento para alcanzar la élite en este deporte. ¿Cuál es su techo en el béisbol? La respuesta a dicha interrogante subyace bajo el constante movimiento de las manecillas del reloj. Pasarán varios años después de la lectura de estas líneas para saber que deparó el destino a una de las promesas más completas de la pelota cubana. Sin embargo, solo podemos decir que una respuesta positiva depende en gran parte de una sola persona: el propio Geisel Cepeda.