Por Darien Medina
Hassan Pena ha asumido cada error en su vida sin temores, los ha reconocido y enfrentado como pocos. Al final nadie le ha regalado nada, todo lo que ha ganado y lo que ha perdido ha dependido de él, cada reclamo de lo que le faltó lo tiene a él como único culpable.
«Tuve una infancia un poco difícil pues mi padre estaba preso y era mi madre sola para todo, pero a pesar de eso fue una etapa donde aprendí a valorar desde pequeño muchas cosas», comentó a SwingCompleto el lanzador capitalino sobre sus inicios y continúa: «Mi madre me contaba que desde muy pequeño me gustaba ver el béisbol y que, incluso, en la calle lo jugaba muy bien».
Durante dos temporadas lanzó en el béisbol cubano, primero para Metropolitanos y luego llegó su oportunidad con Industriales en la temporada 2004-2005, fue su mejor año con cuatro victorias, una derrota, la misma cantidad de salvamento y un promedio de carreras limpias de 3.15, mientras, los oponentes le batearon para 226.
«Sin duda algo que nunca se me olvida fue mi primer juego en el Guillermón Moncada cuando fui con Industriales por primera vez. Fue algo de locura cómo se vivían esos juegos en Santiago de Cuba y en cuanto a los momentos menos agradables que guardo es alguna que otra mala salida», recuerda con agrado aquella etapa dentro del béisbol cubano.
En el año 2005, Pena tomó la decisión de salir del país de manera ilegal. Tras un primer intento fallido, lo logró en la segunda oportunidad. «No solo fue por motivos deportivos sino también económico; yo vivía con mi madre en un albergue en Lawton y la verdad salí buscando mejor futuro ya fuera jugando o no béisbol. Es algo muy difícil, el mar de noche no tiene comparación. Creo que a cualquier ser humano le daría miedo».
Dentro del béisbol en Estados Unidos tuvo un amplio recorrido por el sistema de Ligas Menores, siete temporadas en total después de haber sido seleccionado por parte de los Washington Nationals en la decimotercera ronda del draft amateurs en el 2006. «Creo que el mayor reto en esa etapa fue el idioma, pues en el tiempo que yo jugué en Cuba había un talento increíble y pienso que en esa etapa allí se jugaba una categoría de nivel AAA sin duda alguna».
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Pena nunca llegó a hacer su debut en las Ligas Mayores, no le da rodeos al tema, define y acepta. «Lo que me faltó fue actitud que no era la mejor en el sentido de que yo creía que por tener el talento me lo sabía todo, no fui muy disciplinado y eso siempre me lo señalaban los coaches, sólo me pedían cambiar mi actitud pues las condiciones y los números siempre estuvieron, daría lo que no tengo, por haber tenido en aquel tiempo la mentalidad que tengo hoy».
Su experiencia se extendió por varias ligas del Caribe como la de Puerto Rico, México, pero ha sido en Venezuela donde ha dejado la huella de su calidad. En la liga de este país se convirtió el único cerrador en alcanzar en cuatro temporadas consecutivos el liderazgo en salvamentos.
Durante la temporada 2015-2016 implantaría récord de juegos salvados en el torneo venezolano con 23, la marca anterior era de 21 y fue impuesta en la campaña 1997-1998 por el panameño Santos Hernández.
«Creo que influyó el recorrido por Ligas Menores donde aprendí mucho y la verdad me sentí realizado como lanzador desde que llegué a la Serie Nacional fue un sueño cumplido», asegura.
Representando a los Navegantes del Magallanes en la Serie del Caribe de 2014 en Islas Margarita tendría una salida frente a Villa Clara, algunos pudieran pesar que para ese momento él pidió la pelota pero Hassan explica que «fue algo completamente casual, lanzar contra mi país fue un poco extraño traté de no pensar mucho y concentrarme en mi trabajo, pero las emociones fueron muchas incluso le lancé a peloteros que había enfrentado desde la categoría 11-12, así que imagínate».
A las puertas del quinto título consecutivo como mejor cerrador de la Liga Venezolana de Béisbol Profesional, Pena vivió un polémico episodio al ser sancionado por el consumo de sustancias prohibidas que lo privó de la obtención del premio y la separación por un año del torneo. En este punto, Pena tampoco se esconde y reconoce que «fue un error pues es algo prohibido lo que hice. Estoy consciente de mi fallo y no me siento avergonzado, pues cómo siempre he dicho no hice trampa y no engañé al béisbol, hay también factores emocionales en un deportista, somos seres humanos que fuera del terreno también tenemos nuestros problemas».
Tras el cumplimiento de la sanción, regresó a Venezuela, lo hizo el pasado año lanzando para los Tiburones de La Guaira.
«El trato allí fue excelente, en Venezuela me conocen y me quieren mucho, pero como en todos lados hay personas que mal interpretan lo qué pasó y piensan que yo me ponía algo para mejorar el rendimiento, los que sí saben conocen que no fue así y no siento que tenía que demostrar nada, todo lo logrado en ese país ha sido a sangre y pulmón».
Los arrepentimientos están ahí, vive con ellos justo cuando sabe que le queda mucho por demostrar en el deporte. «Por lo que más me arrepiento ha sido por lo que dejé de lograr por mi actitud equivocada, que no me permitió llegar al mayor nivel del béisbol y creo que todavía me queda por hacer, estoy bien de salud y trabajo a diario para seguir rindiendo al máximo».
«Ahora mismo lo que queda es seguir entrenando pues con el COVID-19 se ha detenido el béisbol en muchos lugares incluso en las ligas donde participo, los planes son continuar jugando hasta que la salud lo permita».
Y en esos planes aparece Cuba, resulta una necesidad, no es el único. «Cuba es mi tierra, me siento súper orgulloso de ser cubano y donde quiera que esté siempre la representaré y mi gran sueño es volver a lanzar allí, no quiero retirarme del béisbol sin haber regresado, espero algún día cercano volver a subirme sobre el box del Latinoamericano. Pido que se nos vean como cubanos que somos, nos fuimos por X o por Y pero no dejamos de serlo», concluyó.