Por SwingCompleto / contacto@swingcompleto.com
Los vínculos de Cuba con el Presidente de la Confederación de Béisbol Profesional del Caribe Juan Francisco Puello fueron totalmente favorables hasta el día en que nuestro país no pudo seguir como invitado del evento que reúne a los campeones de las principales ligas latinas.
La responsabilidad por la que no hemos estado después de la cita de Panamá 2019 generó una controversia enardecida, porque si bien las autoridades cubanas culpaban a Puello, éste dejó claro que se le había dado tiempo y oportunidades sobradas a los directivos de la Isla para formalizar su presencia en la organización regional y así evitar la determinación de ciertos elementos injerencistas pero legales.
Además de lo profesional existió una relación personal muy cercana entre el dominicano y el expresidente de la Federación Cubana Higinio Vélez, quien para librar culpabilidades lo responsabilizó todo el tiempo y en todos los niveles incluido el público. La dureza de su discurso no solo lo hizo injusto e ingrato sino también falso. Y es que se trataba de alguien que por años había defendido a Cuba de dis ataques, además de haber sido el principal promotor de nuestro regreso temporal a las Series del Caribe en e2014. Y no solo de la vuelta, sino de mantenernos en competencia y tratar de convertirnos de invitados a miembros oficiales.
Aunque algunos señalan que a Puello y la Confederación le convenía la presencia de la mayor de las Antillas económica y deportivamente, en realidad el gran atractivo monetario solo fue al comienzo. En el balance de los años fueron más los gastos que las ganancias especialmente por el estatus de equipo invitado.
Pero en aquella polémica que trajo por consecuencia la pérdida de uno de los amigos más importantes y poderosos del béisbol cubano, hay muchos que han pertenecido al INDER y que con suficiente conocimiento han señalado con sinceridad la culpa real de aquel dilema que hoy nos vuelve a tener apartados de una competición en la que fuimos fundadores y también potencia.
Una fuente vinculada directamente con la Comisión Nacional de la disciplina y el INDER en general nos afirmó lo mismo que antes habían dicho hasta públicamente figuras que tuvieron acceso a estas y otras informaciones como sucedió con el árbitro Luis César Valdés.
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Un mal trabajo por la parte cubana al no hacer las cosas en el tiempo ni en la forma que llevaba fue la principal causa de todo, y la mejor manera de tapar eso fue utilizar absurdos elementos carentes de sustento real para poner al Presidente de la Confederación como villano. Y si a estas alturas algunos todavía dudan de esto recientemente salió a relucir que sigue presente el interés de la entidad caribeña para que nuestro país forme parte de la lid.
Mas la “seña desclasificada” no se centra en la culpa y la razón de la ausencia de Cuba en Series del Caribe porque cada vez son más los que están claros de quiénes fueron los buenos y los malos de esta película. El punto central del artículo es lo que pasó después y que tuvo en acción a los mismos protagonistas de las partes precedentes del filme.
Se dice que la muerte de una persona es algo extremadamente sublime y donde todos estamos en el deber de respetar y ser superiores a cualquier tipo de problemas y sentimientos negativos. Y así hizo Puello ante el deceso de Higinio en mayo pasado al enviar una carta oficial a la directiva del béisbol cubano con un mensaje de condolencia que algunos pudieron ver como un formalismo oportunista, mientras otros que tuvieron acceso a la misiva electrónica consideraron como un acto de caballero.
El mensaje del dominicano jamás fue publicado. Los directivos del INDER no solo desestimaron hacerlo, sino que prácticamente ignoraron aquellas palabras en el plano interno. Quizá hacer las dos cosas hubiese sido reconocer los valores de una persona y un funcionario al que ya se había metido en el saco de los enemigos sin derecho a salir del mismo hiciera lo que hiciera.
Aquella carta electrónica se diluyó de la misma forma que la relación con este hombre respetado enormemente en el mundo beisbolero gracias a una labor que lo convirtió en uno de los funcionarios más importantes en la historia de la pelota latinoamericana.
Ni tratándose de la muerte de un incondicional de la “causa revolucionaria” se tuvo una actitud consecuente y respetuosa con Puello. Simplemente no convenía hacerlo de ninguna manera, pues con ello se demostraría que ese hombre no está en contra del béisbol cubano.
Quizá pensaron que reconocer su pésame y darlo a conocer a la gente sería irrespetar la memoria de Vélez por la manera en que terminó esa relación. Ese es el problema, que en Cuba se piensa demasiado y muchas veces se es demasiado tarde para hacer lo correcto. Afortunadamente algún hombre digno respondió a Puello y así se evitó la afrenta absoluta hacia él, pero una vez los que deciden de verdad se quedaron lejos de cumplir como es debido con el béisbol y con gente positiva que por oportunismo convirtieron en enemigos fantasmas.