Por Boris Luis Cabrera
Pulgar abajo, fue la seña que dio el Rey Anglada desde la banca de tercera para que sus Leones capitalinos se abalanzaran sobre los Cocodrilos matanceros y en una épica batalla los dejaran dos veces tendidos en el campo, desatando una locura colectiva en los graderíos del estadio Latinoamericano.
Los felinos, quienes al parecer evacuaron todos sus demonios por tierras orientales, se levantaron como caminantes muertos de sus tumbas y bajo una multitud hambrienta de béisbol que coreaba “si se puede”, se repartieron los protagonismos individuales e hicieron trizas las aspiraciones yumurinas en una jornada que ha vuelto a avivar el fuego azul en la hoguera de los optimismos.
A primera hora, un bambinazo monstruoso a la segunda sección de gradas del coloso del Cerro de Yordanis Samón y un cañonazo impulsor de Yasiel Santoya a la hora de recoger los bates y las pelotas, eran todas las acciones ofensivas que habían permitido Erlys Casanova y Yosvani Torres desde trincheras opuestas, enfrascados en un duelo tremendo que enfrío los maderos de sus contrarios durante todo el choque.
El abrazo se rompió para siempre cuando Jorge Enrique Alomá se ajustó sus grados de capitán y conectó su tercer imparable matutino, Frank Camilo Morejón disparó otro y Oscar Valdés recibió pelotazo que congestionó las almohadas y le sirvió la mesa a Alberto Calderón para que se vistiera de héroe, con un imparable impulsor que congeló la pizarra y le prendió fuego a las tribunas, para dejar al campo a sus adversarios.
Andy Rodriguez, quien había retirado al único rival que enfrentó para cerrar el séptimo episodio, se alzó con su quinta victoria de la temporada.
En el segundo turno, los Cocodrilos sortearon baches psicológicos y apoyados en vuelacercas de Erisbel Arruebarruena y Jefferson Delgado y en el brazo izquierdo de Yoanni Yera, llegaron al último episodio mandando 4-0 en el marcador, pero el destino tenía guardada algunas sorpresas para las postrimerías del desafío.
Cuando Yhosvani Peñalver sonó un cohete que remolcó la primera carrera de los Leones y le dinamitó el box a Yera, los más fieles soñaron con una remontada y los escépticos aplaudieron con timidez, pero cuando Samón volvió tocar “a degüello” con un largo tubey que trajo otra a casa frente a los envíos del relevista Vladimir Garcia y Yoandry Urguellés dejó caer un elevado detrás del diamante que emparejó las acciones; no hubo dudas en las gradas que solo un milagro podría salvar a los visitantes.
El resto ya es viral en las redes: Andy Rodriguez en entrada extra otra vez “matando canallas” y el “Torito” Barcelán desapareciendo la esférica por encima de los colchones para estremecer la capital y pintar de azul la idílica jornada.