Por Boris Luis Cabrera
De los escombros se levantaron los Leones capitalinos para salvar la honra en el segundo de los dos partidos de esta jornada de sábado. Sucios y desalentados, en plena fase recuperativa por los destrozos psicológicos que los Huracanes de Mayabeque habían infringido a su tropa, recogieron del suelo la bandera azul con las letras góticas y por primera vez en esta temporada, lograron izarla en el adverso y difícil terreno del Nelson Fernández de San José de las Lajas.
Los anfitriones dieron una lección de entrega sobre la grama. Mientras los Industriales jugaban unos partidos más de su fase clasificatoria, ellos estaban inmersos en su pequeño y particular play off y como tal, se comportaron ante su hambrienta y fiel fanaticada.
El bambinazo de su cuarto madero Yasniel González en la entrada extra del partido sellado en la jornada anterior, para dejarlos tendidos en el césped, llevaba impreso moralejas y fue el colofón de una historia tantas veces vista donde el pequeño David golpea con una piedra disparada con su honda en el ojo del gigante y lo derriba.
Sin embargo, en medio de vergüenzas y fuegos artificiales humillantes, los Industriales del “Rey” supieron despojarse de falsos orgullos y salir media hora después al campo de batalla, para en el último duelo, con sus últimas fuerzas, en entrada extra y con apenas seis imparables en todo el trayecto, llevarse la victoria 6-4 para dejarles un mensaje a sus fieles pidiendo confianza y apoyo.
Con apenas un indiscutible impulsador de Yoandry Urguellés y aprovechando las debilidades defensivas de sus contrarios, los azules le fabricaron tres carreras al estelar Yadián Martínez en el mismo primer episodio en lo que parecía el preludio de un partido con marcadores desproporcionados.
Pero los de casa, en medio de un festival de bolas malas lanzadas por el abridor Adrián Sosa y su sustituto Elder Nodal, lograron pisar dos veces la goma del plato para mantener caliente el play de pelota.
En la cuarta, un jonronazo de Orlando Lavandera seguido de cañonazo de Rangel Ramos y triple de Edaín Román le dio un vuelco al marcador y comenzaron a salir escobas por los graderíos.
De momento, con la entrada de Eddy Abel Garcia al box se calmaron los vientos del este y se apagaron de súbito los ímpetus y las magias de los adversarios en el terreno de juego.
La dirección del conjunto lo percibió cuando mandó al suicidio para el home-plate a Lisbán Correa con un elevado a lo corto del jardín derecho, pero ya nada podía impedir el empate, estaban en el ojo del Huracán y el sol había salido por el malecón habanero.
Un doblete remolcador de Oscar Valdés en la octava entrada y un incogible del prospecto Nalber Cruz que trajo a casa la última anotación del partido, pusieron fin a esta serie particular que será difícil de olvidar por aquellas tierras.
El tiempo se agota, las hojas del calendario regular caen impulsadas por la entrada del otoño y los Industriales continúan fuera de la zona de comodín. Restan 13 partidos y la garra felina aparece a destiempo. ¿Podrán pasar a la segunda fase?