Por Robiel Vega/@robielcuba87
Pocas veces una elección está tan clara como esta. En un territorio donde no hubo representantes en los Juegos Olímpicos, en el que no existieron medallistas en eventos importantes a lo largo del 2021, cómo es posible que el mejor jugador de la Serie de Campeonato de la Liga Americana, el cubano con más jonrones en las Grandes Ligas, el hombre que destrozó diversas marcas para cualquier jugador MLB en sus primeros 100 y 150 partidos, Yordan Álvarez, no sea elegido como el mejor atleta.
No demerito la labor de Carlos Juan Viera a lo largo de la temporada, tanto en la Serie Nacional como en los circuitos aztecas, tanto el de verano, con los Saraperos, como el invernal, con los Cañeros de Los Mochis; pero pongámonos serios, nada se compara con brillar y ser figura en el mejor béisbol del mundo, además de echarse al hombro la ofensiva de su equipo ante un trabuco como los Medias Rojas de Boston y ser pieza fundamental en que los Astros de Houston alcanzaran por tercera vez en cinco años la Serie Mundial.
Los números de Yordan Álvarez hablan solos: el Gigante de Ébano comandó a los cubanos y su equipo en cuadrangulares durante toda la etapa regular, con un total de 33, además, fue el segundo máximo remolcador del equipo y segundo entre los representantes de la isla, con 104, sólo superado por el fenomenal José Dariel Abreu.
Si esto no resultara suficiente, dejó una línea ofensiva de (.277/.346/.531/.877) (AVE/OBP/SLG/OPS), comandando a la armada cubana tanto en promedio de slugging como en el OPS. Disparó, además, 69 extrabases, anotó 92 carreras y conectó 149 imparables; casi nada.
Pero si aún quedan dudas, Yordan fue el primer cubano en conectar dos o más extrabases en partidos consecutivos en una postemporada y el único que ha disparado tres batazos de más de una esquina en un juego de play off. Además, se convirtió en el cuarto pelotero nacido en Cuba en recibir el premio al MVP en una Serie de Campeonato, uniéndose a Liván Hernández, quien lo hizo primero en 1997; Orlando “Duque” Hernández, nombrado en 1999; y Randy Arozarena, en la temporada del 2020.
Una vez más se demuestra que en Cuba el deporte y la política van de la mano, porque nadie, en su sano juicio, pondría en duda el hecho de que no hubo un deportista tunero en el 2021 más grande que Yordan Álvarez, su único pecado es no pertenecer a la Federación Cubana de Béisbol, cómo si por ello, su condición de cubano o tunero mermar a en absoluto.
Seguimos viviendo en tiempos donde la manipulación llega desde todas partes y el público está tan acostumbrado a que los premios en la isla sólo lo reciben los afiliados a sus organizaciones, que ni siquiera se cuestionan como es posible que a lo largo de los años, se hayan hecho tantas omisiones y se cometiera tantas injusticias.