Por Reynaldo Cruz
En 22 partidos de la temporada presente, el infielder dominicano de los Pittsburgh Pirates Rodolfo Castro promedia apenas .189 con un cuadrangular, cuatro empujadas, seis anotadas y par de bases robadas. Nacido en Los Llanos, el jugador de 23 años está en su segunda campaña en las mayores, pero su ofensiva de por vida se encuentra por debajo de la Línea Mendoza.
Sin embargo, Castro se llevó la atención de las cámaras en el partido del lunes 9 de agosto, y no precisamente por una jugada ofensiva o defensiva, sino por algo muy simpático que tuvo lugar en el partido.
Enfrentándose los Pirates a los Arizona Diamondbacks en el Chase Field, el quisqueyano llegó al cajón de bateo en el principio del cuarto episodio con dos outs, y negoció un boleto con cuenta completa ante el abridor Tommy Henry. Compareció entonces Oneil Cruz, y en una bola y dos strikes envió el siguiente lanzamiento de Henry hacia el left-center. Como había dos outs, Rodolfo salió con el batazo y se dirigió a la tercera almohadilla.
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Fue entonces que sucedió lo que nadie esperaba. En el momento de deslizarse de cabeza y llegar safe, su teléfono celular se salió de su bolsillo trasero por la inercia y cayó al suelo. Castro ni siquiera se percató, y quien le hizo saber fue el árbitro de tercera base Adam Hamari quien le señaló que había dejado caer el dispositivo móvil. Luego de recogerlo, el jugador se lo entregó a su coach de tercera Mike Rabelo, quien en un principio se mostró con duda, pero terminó guardándolo en su bolsillo trasero.