Por Gian Franco Gil
Indiscutiblemente, al prospecto cubano Miguel Antonio Vargas le queda poco para vestir el uniforme de Los Angeles Dodgers en las Grandes Ligas. Su talento, fuerza y capacidad sobre los diamantes devienen llaves perfectas que, de un momento a otro, pudieran abrirle las puertas del Big Show. De hecho, esas son las pretensiones de la gerencia del equipo, es cuestión de tiempo
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Empero, más allá de su fuerza al bate, tacto, fildeos o capacidad física, en el vástago del otrora antesalista de los equipos Industriales y Cuba resalta su capacidad de “sacar la cara”, mostrarse guapo en los llamados momentos “clutch”. Sí lo hizo este domingo, cuando decidió el partido en favor de los Oklahoma City Dodgers, filial de Triple A de los campeones 2020 de la Serie Mundial.
Ante los Round Rock Express, sucursal de Triple A de los Texas Rangers, los Dodgers marchaban igualados a una anotación por bando a la altura de la quinta entrada, hasta que Vargas le cambió la decoración al encuentro y decidió a favor de su equipo.
En cuenta de dos bolas y un strike, Miguel Antonio se mostró sereno, frío en el home plate, cual veterano en las Mayores, se dejó cantar el primero, se metió en conteo favorable y no perdonó al lanzador rival. Una soberana línea que salió del madero del cubano, terminó estrellándose más allá de la valla entre los jardines izquierdo y central.
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Como segundo en la tanda y jardinero izquierdo, Miguel Antonio Vargas ratificó su excelente estado de forma y, aunque consiguió un indiscutible apenas se encuentra en una racha de nueve partidos consecutivos bateando, al menos, un imparable.
Referido a la producción de largo metraje, el habanero lleva 12 para la calle en las Menores, con 51 carreras impulsadas y en 70 juegos de pelota acumula 79 hits, para un average de .285 en la campaña de Triple A.
