Por Juan Páez
Mucha expectativa hay alrededor de lo que será la temporada 2023 de las Grandes Ligas en Houston, con unos Astros que tienen al cubano más poderoso de la actualidad (Yordan Álvarez) y contrataron a José Abreu.
Abreu, quien firmó por tres años y 58.5 millones de dólares, unirá fuerzas con Yordan en la alineación para crear una pareja cubana verdaderamente dominante y temible, como pocas veces se ha visto. El poder desmedido de Álvarez se combinará con el bateo exquisito y excelso de Pito, ganador del premio al Jugador Más Valioso en 2020.
De entrada, hay una marca que estará en el horizonte de ambos: más jonrones para una pareja de compañeros cubanos en una misma temporada.
Tal récord lo comparten dos dúos, aunque ambos lo hicieron en 2019.
Por el lado de los Astros de Houston, Álvarez y Yulieski Gurriel se combinaron ese año para registrar 58 batazos de vuelta completa. El primero de ellos sacudió 27 bombazos en su temporada de novato, mientras que el Yuli sacó la bola del parque en 31 ocasiones, su única campaña hasta ahora con 30+ vuelacercas.
Por los Medias Blancas de Chicago, Abreu y Yoán Moncada también fusionaron su poder para totalizar 58 estacazos. Pito la mandó a volar 33 veces y Yoyo conectó 25 bambinazos para la causa de los patiblancos.
NUEVA OPORTUNIDAD
La marca de 58 este año tendrá una seria amenaza, gracias a la pareja conformada por Abreu y Álvarez.
Yordan es un candidato perenne a los 40 jonrones: dio al menos 30 cuadrangulares en cada una de las dos últimas temporadas y fueron 37 cañonazos el año pasado, un torneo en el que sufrió de problemas en una mano y sufrió un bajón de poder en la última parte de la ronda regular.
En relación a Abreu, Pito solo dio 15 cuadrangulares en 2022, pero sacó 30 pelotas del parque en 2021. Quedará por verse si puede recuperar su tendencia a los vuelacercas en su primera temporada con los Astros, ya con 36 años de edad.
Al menos en teoría, y sobre todo si Abreu puede aumentar su número de jonrones conectados, esta nueva pareja de compañeros debería al menos poner en peligro el récord de más bambinazos en una temporada de Grandes Ligas por un dúo de cubanos. Veremos.