Por Robiel Vega/@RobielVega
José Adolis García sigue mostrando todas sus armas en el terreno de juego; poder, velocidad, potencia en su brazo, pero hoy demostró una habilidad muy importante, estar 100 por ciento concentrado en todo lo que ocurre en el partido y tratar de sacar el más mínimo provecho para el objetivo final, que no es otro que alcanzar la victoria.
La primera entrada pintaba grande para los Marineros, quienes son, en este momento, los de peor bateo en todas las Grandes Ligas con pobre promedio de 203. Hombres en primera y segunda, hit de Kyle Lewis y boleto a otro Kyle, Seaguer, con un solo out, hacían saltar las alarmas en la directiva de los Rangers.
En turno el cuarto bate y designado, Ty France, quien con 250 tiene el segundo más alto average de los que hoy alinean, a pesar de su average, es un bateador que ha conectado 11 extrabases y ha remolcado 13 carreras.
La situación se complicaba, el abridor Mike Foltynewicz puso a France en conteo de 3 bolas y un strike, conteo peligroso ante un hombre de mucho poder. Mike decidió entrar en zona, pero lo hizo con una recta a 93.2 millas que el toletero de Seattle no pudo «llenar».
La conexión, con una velocidad de salida de 91. 0 millas por hora, cifra menor que la del lanzamiento, prueba de que no fue impactada con contundencia, salió de fly rumbo al center Field, hoy patrullando por el cubano Adolis García, posición en la que se ha desempeñado en 15 partidos.
El avileño ha sido un aliciente para el manager de Texas, pues le ha cubierto, con igual prestancia, los tres jardines, moviéndolo a conveniencia según las necesidades del equipo.
Volviendo a la jugada, luego de ser capturado el batazo por García, a una distancia de 347 pies del home, el corredor de segunda, Kyle Lewis, intentó salir en pisa y corre para tercera. Adolis no cayó en la trampa, intuyó que el corrido era demasiado suicida como para ejecutarlo, anticipó la indecisión del corredor y lanzó para segunda.
Tal y como había previsto, Lewis regresó a la intermedia de manera desesperada, pero ya era demasiado tarde, la bola, en el guante del camarero, lo tocó en su intento de enmendar el error.
Esta fue la segunda asistencia del avileño en la temporada, la primera, en aquel extrainning épico que sirvió para salvar el juego, aunque en aquella ocasión, estaba patrullando el jardín derecho. También fue su primer doble play, y no sólo de la temporada, sino de toda su carrera.
No los demoro más, disfruten de la jugada.