Por Juan Páez
José Israel Barrero y Cionel Pérez brillaron por el Louisville Bats, la sucursal Triple A de los Rojos de Cincinnati. Pero ese lustre lamentablemente no se tradujo a éxito en las Grandes Ligas, como los Rojos quizás esperaban. De hecho, el relevista zurdo y el parador en corto tuvieron, hasta cierto punto, una decepcionante actuación en la zafra 2021 de la Gran Carpa.
Empezando por sus números en Ligas Menores, Barrero descosió la bola entre Doble A y Triple A. En 85 juegos totales, cosechó 100 imparables, con 19 dobles, un triple, 19 cuadrangulares, 66 carreras empujadas, 62 anotadas, 16 bases robadas en 20 intentos, 36 boletos, 84 ponches y una línea ofensiva de .303/.380/.539. Todo esto estuvo acompañado por un OPS de .919.
Pero cuando le llegó su momento, esa gran actuación ofensiva se pausó. José Israel recibió el esperado llamado a Grandes Ligas y apareció por primera vez en 2021 el 16 de agosto. Lamentablemente, nada fue como esperaba Cincinnati. Lo que comenzó como una posibilidad de dejar una buena impresión pensando en el torneo de 2022, terminó como otra oportunidad perdida para el promisorio y poderoso torpedero.
Barrero, a lo largo de 21 choques, pegó únicamente 10 hits. Lo positivo es que, de esa decena de indiscutibles, cuatro fueron dobles y uno resultó triple. Remolcó solo tres carreras, anotó cuatro veces y se ponchó en 17 ocasiones. En 56 apariciones al plato, dejó frecuencias de .200/.286/.320, con un OPS de .606. Tales estadísticas resultan muy inferiores a las que dejó en las Menores durante esta temporada y podrían dar a entender que el shortstop, de 23 años, aún está listo para tomar la titularidad del campocorto con su equipo en las Mayores.
Desde la loma
En el caso de Pérez, este zurdo tuvo un comienzo diferente. Él, a diferencia de Barrero, comenzó la campaña 2021 en las Grandes Ligas con los Rojos. Sin embargo, no aprovechó el chance que le brindó el mánager David Bell.
Al cabo de sus primeras 10 presentaciones con Cincinnati, el relevista siniestro había recibido seis hits y 10 carreras (ocho limpias) en 8.2 innings de labor. En tal cantidad de entradas, dio ocho bases por bolas y ponchó a ocho contrarios, una relación bastante pobre y de mucho descontrol para cualquier lanzador. Como resultado de esos números, su efectividad escaló a 8.31.
Al término de su décimo relevo, fue enviado a las Menores, donde solo vio acción una vez antes de ascender nuevamente a MLB. Y así fue la campaña de Pérez, un sube y baja entre Triple A y la Gran Carpa debido a sus altibajos en el montículo.
Si bien es cierto que dejó efectividad de 3.26 en 30.1 episodios lanzados en la categoría que antecede a las Grandes Ligas, su actuación no fue la misma con los Rojos. En el escenario más exigente del béisbol, permitió 21 hits y 21 rayitas (17 limpias) en apenas 24.0 capítulos sobre la loma. Su descontrol fue su peor enemigo, pues dio 20 pasaportes y, en promedio, fueron 7.5 boletos por cada 9.0 innings.
Pérez ya no está con los Rojos, pues fue reclamado de waivers por los Orioles de Baltimore, con quienes intentará ganarse un puesto en la venidera campaña. En el caso de Barrero, este tratará de, ahora sí, quedarse en el equipo grande y mostrar lo mejor de sus condiciones.
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