LA ESTRELLA OLVIDADA: JM Fernández rompe la liga en Corea

Por Alexander García

   Al decir su nombre, tal parece que se mencionara a un asesino en serie o al último criminal de moda; al menos para los medios oficiales en Cuba luce como la variable esencial, el método determinante y hablo, como siempre, de los medios oficiales porque son los que dominan el contexto informativo en la Isla, establecen sus verdades, dictan sus pautas y manejan a su antojo los hilos noticiosos.

   El caso de José Miguel Fernández no es nada nuevo, ya desde su llegada a las Grandes Ligas, salvo algunas minucias emitidas sobre todo en algunas emisoras de radio, su nombre no se escuchaba para nada; sale a jugar en la nómina grande de los Angelinos y nada, de orgullo en paria, como tantos.

   Una vez más, el tema de malos y buenos se asienta con fuerza, es el tema usado como regla de oro para determinar cualquier matriz de opinión; hoy José regresa por acá, como en lo hace en otros medios alternativos, pues el pueblo necesita saber y es algo denigrante escuchar la pregunta: ¿Qué fue de Fernández, el segunda base de Matanzas?

   Esto último no es invento, pues en persona lo viví cuando el domingo 17 de mayo se proyectó el partido Cuba vs Japón correspondiente al Tercer Clásico Mundial de béisbol y el matancero regresó a las pantallas de Tele Rebelde.

   Si Fernández la rompe en la Liga Coreana, (KBO), no importa, tal parece, como tantas veces, que no existe otra cosa que la Serie Nacional, la Liga Mexicana de Verano, la Can-Am o por el estilo; es el mal de nunca acabar y el vacío se agiganta hasta volverse un abismo insondable.

   Cuando uno mira a la figura José Miguel, cierto halo de leyenda ya la ronda; pues desde su salida de Matanzas junto a su primo Lázaro Herrera, muchas cosas se hablaron, si hubo un juicio, si Víctor los sacó porque le dio la gana y no los dejó entrar, si trataron de salir del país y los cogieron en Holguín, si después lo intentaron y fallaron, si José cayó en la mala vida y tal parecía que no iba a jugar más; en fin, miles de rumores convertidos en hipótesis, teorías, dogmas que todavía no se han aclarado.

   Como ven señores, un secretismo atroz rodea al asunto y a la figura de José Miguel Fernández, para aquel entonces Víctor Mesa era intocable y luego con la salida del colombino, los hechos parecían darle la razón; pero, como decía el célebre Marco Aurelio: «lo que escuchamos son opiniones, no hechos, lo que vemos no es la verdad, sino una perspectiva».

   El tema no viene de ahora, la censura, la oquedad, el vacío informativo, data del mismo momento en que José Miguel es separado de la Serie Nacional y en este punto la contradicción toma un cariz mayor, pues cuando el yumurino es noticia en cada página deportiva de medios digitales -no oficiales- en la contraparte, ya saben quién, ni por asomo se ve y sí lo hacen es con un temor atroz que sobre todo, da lástima.

   Estos son los nuevos tonos de esta realidad que emerge, por encima de todo lo que si resulta irrefutable es que José Miguel Fernández es un orgullo para la fanaticada criolla.

   Nos vemos a la vuelta.

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