Jugadores “repatriados” queman la liga cubana de beisbol

Por Pablo E. Díaz      En la actualidad, son varios los jugadores llamados “repatriados” que están teniendo excelentes resultados en la edición 60 del clásico doméstico. Por otra parte, en las últimas horas ha trascendido por distintas vías, que para el juego 60 se incluirán en las nóminas, algunos peloteros con interés de jugar la […]

Por Pablo E. Díaz  

   En la actualidad, son varios los jugadores llamados “repatriados” que están teniendo excelentes resultados en la edición 60 del clásico doméstico. Por otra parte, en las últimas horas ha trascendido por distintas vías, que para el juego 60 se incluirán en las nóminas, algunos peloteros con interés de jugar la Serie Nacional. 

   Antes, digamos 10 años atrás, era impensable que jugadores que habían abandonado el país, regresaran a la Isla y pudieran representar a sus antiguos elencos en Cuba. Sin embargo, hoy, felizmente, eso se ha convertido en una rutina cada vez más frecuente, aunque en ocasiones los trámites no son lo suficientemente ágiles. 

   Si revisamos las actuaciones de varios jugadores que hoy están teniendo una actuación destacada en lo que va de torneo, nos percatamos que algunos de ellos son atletas que, luego de cumplimentar una estancia en el extranjero, están de vuelta con una imagen distinta a la exhibida cuando decidieron abrirse camino en el béisbol rentado. 

   Lisbán Correa, es uno de los que en estos momentos, resulta una pesadilla para los lanzadores rivales, se ubica puntero entre los jonroneros con 16, además de encabezar a los máximos impulsadores del torneo con 47, empatado con el mayabequense Denis Laza.

   «Los métodos de entrenamiento son novedosos y se utilizan ejercicios especiales que aquí nunca los realicé. El trabajo con las pesas es esencial, cuando tienes contacto con el béisbol rentado y posees la oportunidad de observar a peloteros con experiencia en esos circuitos, te das cuenta cuan importante es la dedicación y la disciplina en este deporte, ahora me siento un jugador más integral», declaró el recio toletero, Lisbán Correa, recientemente a SwingCompleto. 

   El vueltabajero, Yaser Julio González, quien ganara el Derby de jonrones en el recién celebrado Juego de las Estrellas, con récord incluido de 40 pelotas más allá  de los límites, es otro que se muestra visiblemente mejorado, ostenta al término del juego 42 del campeonato, un Slugging de 727, el cual lo coloca al frente de este importante departamento. Es igualmente quinto entre los impulsadores con 38 y segundo en cuadrangulares con 13; pero lo más sobresaliente es, su frecuencia de cuadrangulares por veces al bate 7,6. Algo de otra galaxia.

   Ejemplos sobran, Pavel Quesada, Rafael Viñales y Dayán García, por solo citar tres de los que cuentan con la divina mezcla de experiencia y calidad.  

   Pavel, marcha cuarto en average con 385 y es una bujía de los inspirados Elefantes. Viñales, recuperó su forma de la Serie 58, y vuelve a mostrar la pólvora que poseen sus muñecas al colocarse segundo entre los máximos jonroneros con 13, empatado con Yaser Julio González. Mientras, Dayán formó parte del elenco Estrellas del Presente en el All Star Game de esta 60 Serie, y en la anterior campaña se incluyó en la selección nacional que, finalmente, no asistió al preolímpico previsto a celebrarse en la ciudad estadounidense de Arizona. 

   En cuanto a los más jóvenes resaltan Luis Vicente Mateo (CFG), torpedero de buenas manos y bateador de tacto; Luis González Azcuy (CMG) es uno de los mejores prospectos del país, un pelotero que cuenta con las cinco herramientas. En este momento marcha al frente en dobles con 14 y recientemente igualó la marca de cuatro biangulares en un juego.

   Raico Santos (GRM) es un pimentoso jardinero que batea y tira a la zurda con muchas habilidades para entrar en circulación. Moisés Esquerré (MTZ), Adriel Labrada (SCU), Denis Peña (LTU) y Yandy Yanez (CMG) son atletas con características similares, buena defensa y con un desempeño ascendente en cuanto a la ofensiva, todos con un futuro promisorio en nuestra pelota. 

   Dos de los principales talentos del país, el patrullero Geyser Cepeda (SSP) y Alfredo Fadraga, máscara avileño de excelentes condiciones, fueron autorizados a jugar tras ser sorprendidos en el intento de abandonar la Isla. Al parecer la mentalidad va cambiando y las autoridades deportivas del país se están dando cuenta que lo más importante es que los muchachos jueguen pelota y le aporten su talento a la afición que tanto los apoya.

   Sin dudas la estancia de estos jugadores, por lo general en República Dominicana, contribuyó a que mejoraran sobremanera su mecánica de bateo. La mayoría coincide en que aprendieron muchos secretos del arte de batear, ganaron en materia de disciplina en el cajón ofensivo, y a la hora de discriminar los lanzamientos rompientes, algo que a muchos se le dificulta por el hecho que aquí en Cuba son cada vez menos los pitcher con un repertorio amplio. 

   En la Serie pasada vimos como Erisbel Arruebarruena se convertía en el primer jugador, que luego de jugar en Grandes Ligas, se incorporaba a las Series Nacionales; en esa oportunidad vistiendo la franela de los Cocodrilos campeones de Matanzas, tras ser rechazada su solicitud de representar a su natal Cienfuegos. 

   “El Grillo” como se le conoce, destrozó la liga conectando 20 estacazos de vuelta completa y mostrando sus impecables manos a la defensa, lo que lo llevó nuevamente a la selección nacional. 

   El agramontino Leslie Anderson, fue otro de los que decidió volver al sitio donde todo comenzó. Tras su pasó por las Ligas Menores de Estados Unidos, donde alcanzó buenos niveles de rendimiento enTriple A con la organización de los Rayos de Tampa Bay, y su posterior paso por la Liga Profesional Japonesa, retornó como lo que fue antes de partir, un jugador inspiración para los Toros de Camagüey. 

   “El Lele” como es conocido en su tierra, fue el hombre grande en la alineación, y en la cueva, de los dirigidos por Miguel Borroto. En el playoff semifinal frente a Industriales, fue determinante su aporte desde el rectángulo de bateo para llevar a los Toros a su primera final de la pelota cubana. 

   Desde la lomita, el espigado derecho Yankiel Mauri, quien lanza para los Gallos de Sancti Spiritus, se muestra como uno de los mejores lanzadores del torneo, lidera el PCL con porcentaje de 1,19 y se incluye en el pelotón de los más ganadores con 7.  

   Mauri, quien regresó de República Dominicana con un físico mejorado para enfrentar las exigencias encima del box, sin dudas, trabajó fuerte en su repertorio, pero sobre todo en el control. En la última semana fue seleccionado el jugador de la semana en la Serie Nacional. 

   Otro que retornó con el pie derecho fue el diestro tunero, Carlos Juan Viera, al que se le vio en excelente forma la temporada pasada llegando hasta el equipo Cuba y ocupando un puesto importante en el staff tricolor. Una recta sostenida, cómodamente, por encima de las 90 millas y un repertorio ampliado fueron, al parecer, varios de los aspectos que fueron mejorados durante su estadía fuera de Cuba.  

   Viera, quien en sus primeros años fue un relevista natural, ahora es uno de los abridores del elenco que comanda Pablo Civil y se ha convertido en uno de los mejores tiradores del país, actualmente marcha cuarto entre los máximos ponchadores de la Serie con 46. 

   En el área de los lanzadores quisiera destacar dos casos, ambos naturales de la tierra que baña el río Yayabo; el primero es Roberto Hernández, un portento derecho en su momento firmado por la organización de los Indios de Cleveland y decidió retornar a la Isla por cuestiones personales. Hernández desde el pasado año no puede lanzar debido a una lesión en su brazo de tirar. Quizá fue víctima de un sobreuso en el último torneo sub-23. Ojalá pueda incorporarse a sus Gallos próximamente ya que le pudiera aportar mucho a la tropa de Eriel Sánchez. 

   El otro es el jovencito, Luis Dany Morales, muchos aseguran que la recta le camina por encima de las 90 millas. Morales fue sorprendido, hace unos meses, intentando salir del país y fue sancionado por las autoridades del INDER. Finalmente fue autorizado a jugar y dado de alta por los Gallos en el juego 30, el muchacho ha tenido buenas salidas y se vislumbra como una promesa del pitcheo antillano.

   Ha trascendido por diferentes fuentes, incluidas las redes sociales de los propios protagonistas, la intensión de algunos peloteros de incluirse en los roster de sus equipos para el juego 60. Yadir Drake, jardinero yumurino que ahora mismo participa en la Liga del Pacífico en México, con su equipo los Algodoneros de Guasave. Desde hace tiempo el corpulento toletero ha hecho públicas sus ganas de jugar para su novena de Matanzas donde debutó como receptor hace ya 11 años.  

   Jorge Hernández, un derecho que formó parte de selecciones nacionales juveniles y lanzó para los Elefantes de Cienfuegos en seis campañas en las que obtuvo 31 triunfos, fue firmado por los Medias Rojas de Boston tras su salida de Cuba en 2013 y ahora desea retornar para ayudar a la tropa de Alaín Álvarez. 

   En la misma situación está, Rubén Paz, quien ya se encuentra en la Isla para realizar los trámites que le permitan incorporarse a los Leñadores. Paz salió de Cuba en 2016 y muchos recuerdan que ese mismo año debió ser nominado novato del año, como premio a su récord de average para un novato de 361, superando a Rolando Verde quien promedió 360 en su debut. Afortunadamente hoy tiene la voluntad de volver a formar parte de sus Leñadores, elenco que le dio la posibilidad de jugar en las Series Nacionales, luego de ser relegado en su tierra natal Granma.      

   Otros como el villaclareño Ramón Lunar, el ex grandes ligas pinareño Alexei Ramírez y el infielder matancero Dainer Moreira, han mostrado sus deseos de terminar sus carreras deportivas en Cuba pero hasta ahora no se ha concretado nada.   

   Por suerte no son pocos los que han decidido volver, para bien de nuestra pelota, son jugadores que en su mayoría cuentan con la experiencia necesaria, y aún tienen calidad para imponerse en la Serie Nacional.  

   Aportan muchísimo a las nuevas generaciones y sus vivencias son escuchadas por los más jóvenes; es una realidad, de todos los jugadores que toman el largo camino para alcanzar las Grandes Ligas, solo un pequeño por ciento logra el sueño de pisar un terreno de la gran carpa. Es un sendero marcado, en muchas ocasiones, por la suerte y las circunstancias. 

   Ojalá sean muchos más los que tomen la decisión de regresar a su tierra, al final todos son cubanos y defensores de la pelota cubana donde quiera que estén.