La pelota es el bochorno nacional, ¿Higinio Vélez se queda o se va?

Por Alexander García Milián Ya se ha comentado sobre el asunto de cambiar o no a las autoridades del béisbol en Cuba. Los criterios han sido muchos, unos más, otros menos radicales y a veces de un modo ingenuo creemos que la solución está ahí en una palabra que salga de nosotros, los de abajo… […]

Por Alexander García Milián

Ya se ha comentado sobre el asunto de cambiar o no a las autoridades del béisbol en Cuba. Los criterios han sido muchos, unos más, otros menos radicales y a veces de un modo ingenuo creemos que la solución está ahí en una palabra que salga de nosotros, los de abajo… entonces…

En unos días serán los hechos, las personas, el fanático quien hable respecto a la necesidad de transformar las cosas en la Federación Cubana de Béisbol.

El equipo de Swing Completo saldrá a las calles a recoger opiniones sobre el tema y las interrogantes salen solas, ¿Hacen falta mentes frescas para dirigir nuestra pelota?, ¿Sigue Higinio Vélez o se va?

Con el bloque de concreto que significaron los Panamericanos de Lima, la cuestión toma más fuerza hoy; ello a pesar de que las caras sean las mismas y el río siga su cauce como si nada.

Cuando escuchamos en cualquier lado- me refiero a países y deportes en específico, como el fútbol-respecto a una actuación deplorable de un elenco en un torneo y; enseguida el entrenador y las autoridades en relación asumen culpas, incluso algunos esgrimen su renuncia.

En resumen, la relación causa – efecto se impone por sí sola, por la dimensión de un hecho con índole de desastre pero en Cuba al parecer, las cosas se tornan diferente, existe un sello de exclusividad para este tipo de acontecimientos; no importa que desde hace más de diez años la pelota este transitando de la pasión al bochorno nacional.

¿Qué es preciso para que alguien asuma culpas?; ya Anglada salió y con carácter aludió su responsabilidad, pero… ¿Hasta ahí?

No creo que baste con embadurnar discursos y frases gastadas- como siempre- para pasar la página, una y otra vez; no creo y pienso que al menos por respeto, sí, al menos por una gota de respeto hacia el público la situación empiece a ser diferente.

Tal vez sean las ansias de soñar otra vez en grande, quizás sea el mayor reflejo de lo masoquista que soy cuando de béisbol hablo, pues aunque de gris con pespuntes negros se pinte todo; la pelota siempre nos mueve y eso es un hecho.

Pero volvemos al punto, en unos días, como siempre, el fanático será el que hable sobre este tema.

Nos vemos a la vuelta.

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