La VI Serie Nacional Sub 23…nueva crónica de la misma aburrida historia

Por Alexander García Milián

Vemos las mismas caras mustias en el terreno, los mismos rostros apagados en las gradas; bueno, parecen los rostros de ayer, de hoy, a veces creo que son los mismos fanáticos de 2014, de 2015, de siempre… Los mismos peloteros, los mismos trajes; es como el tiempo congelándose y todos empiezan a hablar pero el aburrimiento nos abate.

Cuando pienso hoy en el béisbol, cuando veo los juegos de este nuevo campeonato, pienso en Santiago Nasar, en ese destino fatídico que  de modo tan magistral manejo García Márquez; pienso en que muchos hablan de Crónica de una muerte anunciada pero pocos conocen la historia o los protagonistas pero esto es harina de otro costal o más bien del mismo… del saco de la ignorancia.

Esto que pasa en el campeonato recién empezado el pasado día 20, no sorprende- Santiago y Holguín suspenden por el tema del hospedaje- luego llevan a del Risco a la televisión y la explicación que el dio, solo se las creyó del Risco.

Es como una burla eterna que los mismos problemas de siempre- la logística y demás- sean eso, los problemas de siempre, que no existan otros nuevos. Ya el tema o la cuestión, como se quiera llamar, ya fatigan.

Los árbitros con la misma ropa, con los mismos gestos, uno no sabe distinguir si son de Liga Azucarera o de Serie Nacional; los lanzadores dando más bolas que el Coppelia, los errores más tontos  a medida que pasan los juegos.

Es como que el ánimo se pierde, no hay motivación para nada; todo da una sensación de pesadez, como de obligación que aturde de solo mirar unos minutos de cualquier inning, como los que nos ofrecieron Isla de la Juventud y La Habana en esta primera subserie brindada por Telerebelde.

Cuando escucho las noticias de estos partidos iniciales pienso en que ya todo está escrito; puede Santiago de Cuba volver a ganar, o La Habana llevarse el gato al agua  por primera vez; puede también que Roberto Hernández  se tiré a Sanctis Spiritus encima y gané el torneo,… pero… ¿Y qué?

Al mirar a los lados, cuando en un leve barrido, las cámaras nos muestren al hombre del pan con jamón, al tipo del maní y cualquier otro vendedor como las personas más interesantes en un graderío; cuando eso pase, miraremos atrás, miraremos adelante y entonces preguntaremos… ¿Dónde estamos?

Nos vemos a la vuelta.

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