Por Robiel Vega / @robielcuba87
Ernesto Isidro Puñales no es uno de los nombres más conocidos en el mundo del béisbol, pero su historia está muy ligada a uno de los grandes lanzadores que ha pasado por las Grandes Ligas, José Delfín Fernández, al que recuerda cada vez que sube a la lomita. Puñales, tal y como lo era Delfín, es oriundo de Villa Clara y a muy temprana edad salió de Cuba.
Compartió terreno con varias de las grandes figuras de su generación, como el propio Fernández, Aledmys Díaz, Lourdes Gurriel Jr. y Víctor Víctor Mesa, aunque a los 11 emigró con sus padres a los Estados Unidos, luego de formar parte de selecciones cubanas entre las edades de 9, 10 y 11 años, llevando su talento a otras tierras, en esa época jugaba tanto como jugador de cuadro como para lanzador.
Ya en territorio norteño se matriculó en la Escuela Católica Champagnat en Hialeah Florida, los rivales del Brito Miami, por lo que llegó a enfrentarse a jugadores como Manny Machado durante muchos años. Pasó también por el béisbol universitario en el Western Nebraska Community College, también por la Independent Baseball League en Ohio, la Empire Pro-Baseball League y actualmente juega en la Puerto Rico Independent Baseball League, en el equipo Puerto Rico Islanders, donde lleva un total de cuatro años.
El vínculo de este infielder cubano devenido lanzador con José Fernández, su amigo y vecino de la infancia, llega hasta nuestros días. En un post realizado en su cuenta de Facebook hace mención a su participación como parte de un representativo de la Puerto Rico Independent Baseball League en un tope contra la selección de Guatemala y en él muestra una imagen del uniforme que vestirá, donde se ve el número 16 en su dorsal, mismo que hiciera famoso Fernández en los Marlins de Miami.
En el propio post etiqueta a la madre de José Fernández y le dice que usará el 16 porque cada vez que se sube a la lomita lo hace dedicándoselo a él y sabe que ese número sólo le pertenece a su hijo.
Ernesto Isidro Puñales también tiene un sueño que no ha cumplido, vestir la franela naranja de su equipo en las Series Nacionales y espera cumplirlo en algún momento. Ya para la Serie 60 hubo un intento de que volviera, pero problemas personales del atleta hicieron imposible su retorno, aún así, mantiene vivo el deseo y la disposición.
Es impresionante como el ejemplo y la trayectoria de José Fernández se mantiene viva en el recuerdo y la memoria de los que compartieron con él y lo llevan al terreno cada día. Esperemos que este joven lanzador de 28 años pueda cumplir su sueño de regresar a la Serie Nacional, estoy seguro que aportará mucho a la causa de los Leopardos de Villa Clara. Es todo por ahora, ya nos veremos en la próxima.