EMPRENDEDOR: Lázaro Vargas vuelve a la carga con el pan con lechón

Por Yasel Porto Hace un tiempo la gente del béisbol se sorprendió al enterarse que el destacado ex pelotero cubano Lázaro Vargas estaba a cargo de un negocio de pan con lechón en Miami, el cual le deparó un resultado muy económico muy favorable. Problemas legales obligaron al dos veces campeón olímpico a cerrar algo […]

Por Yasel Porto

Hace un tiempo la gente del béisbol se sorprendió al enterarse que el destacado ex pelotero cubano Lázaro Vargas estaba a cargo de un negocio de pan con lechón en Miami, el cual le deparó un resultado muy económico muy favorable. Problemas legales obligaron al dos veces campeón olímpico a cerrar algo que él mismo consideró que ha sido lo que más le ha reportado en su vida desde el punto de vista monetario.

Finalmente, Vargas pudo arreglar todos los papeles y ha reabierto la venta de uno de los productos más demandados por los cubanos si de comida rápida se trata.

Para esta ocasión el legendario y popular ex tercera base de Industriales mejoró la ubicación y el lugar donde él mismo cocinará y venderá el pan con lechón, con un carrito decorado en azul, con el número 20 reluciendo y la frase de “si lo pruebas das jonrón”.

La dirección del punto de venta donde se ubica es la 120 SW Street y la 128 court, dentro de la zona de Kendall y bastante cerca de donde vive con su esposa e hijos. Anteriormente fue de la más sureña ciudad de Homestead donde Vargas se dio a conocer en esta doble faceta de cocinero y vendedor.

“Eso se me ocurrió cuando fui una vez a un trámite de mi pasaporte y un amigo llamado Nelson me propuso trabajar con él a vender pan con lechón porque necesitaba trabajar. Un día pasó un camionero y tomó un video y ahí mismo lo subió para Facebook y se hizo viral aquel lugar”, dijo Vargas en entrevista que le hicimos para abordar el tema.

“Ha sido uno de los mejores trabajos que he tenido en mi vida, porque a venta era tremenda y las propinas que me dejaban eran de 30, 40, 50 y hasta 100 dólares. Camioneros que me habían visto jugar en Cuba y me compraban 10 y 15 panes. Una cosa increíble que hizo que yo sacara la conclusión que aquello valía la pena al extremo de convertirse posiblemente en el mejor trabajo que he tenido sin exagerar”.

Sobre el por qué abandonó aquello explicó que faltaron una serie de permisos que por desconocimiento se habían pasado por alto, cuestión que evidentemente ya se resolvió tras probar nuevamente y con mayores posibilidades de éxito incluso a partir de la experiencia anterior y la mejoría en una serie de aspectos esenciales.

Vargas estuvo trabajando hasta hace muy poco como entrenador de béisbol en una escuela, labor que aunque tenía más que ver con el deporte que jugó buena parte de su vida se queda por debajo en la remuneración en comparación con lo que puede aspirar ahora con este proyecto gastronómico.

El hombre que decidió el Campeonato Mundial de 1988 aclaró que aunque su hijo firmó como profesional y se desempeña de forma favorable en las Ligas Menores con los Dodgers, él prefiere no depender de Miguel Antonio y hacer su propio dinero con el trabajo diario. “Tengo salud y deseos de mantenerme trabajando. En la vida no puedes acomodarte y a mí siempre me gusta estar activo y no dejarle la carga económica a mi hijo. Eso no sería justo, pero en este país tienes que tener la mente positiva de que puedes seguir adelante y que trabajando hay muchas cosas que se pueden conseguir”, concluyó quien muchos consideran el pelotero más mediático y seguido de los equipos capitalinos de aquella generación de los años ochenta y noventa.

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