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Una de las imágenes más escalofriantes del beisbol cubano es sin dudas la de la lesión en home sufrida por Lázaro Vargas en un partido Industriales-Villa Clara de la final de 1994.
La escena transcurrió en unos segundos, pero quedó indeleblemente en la retina de todo el que la vio: hit al right field, Lázaro Vargas viene rumbo al plato donde el catcher Ángel López aguarda por el lance de Eddy Rojas, y a la hora de alcanzar el objetivo el corredor opta por no deslizarse.
El resultado es terrible: su pierna izquierda se dobla bruscamente al pisar la goma, Vargas se derrumba entre gritos y todos sus compañeros se percatan enseguida de que han perdido el líder del equipo.
Todos pensaron que sería el adiós de Lázaro Vargas
El replay de la televisión hizo pensar a muchos que el antesalista de Industriales no volvería a jugar a la pelota. Se le diagnosticó rotura de los ligamentos, hubo que proceder a una operación de urgencia, y la suerte de uno de los mejores jugadores de esa generación del beisbol cubano quedó en manos del grupo de cirugía encabezado por el fallecido Rodrigo Álvarez Cambra.
“Eso fue tremendo. Primero que todo sentí el dolor más grande de mi vida, no puedo describirlo. Luego pasé mucho para poder volver a la pelota, aunque fue por corto tiempo, porque al cabo de un año ya yo estaba de nuevo en los terrenos”, expresó el propio Vargas en ‘El Show de Swing Completo’
Durante su presencia en el espacio, el eterno escudero de Omar Linares en el Equipo Cuba recordó que “la rehabilitación fue durísima y los especialistas me dijeron que ya yo no iba a jugar otra vez. La pelota se acabó para ti, me decían, hasta te va a costar trabajo caminar bien. Pero yo contestaba que iba a regresar, que si aquello se volvía a partir ya sabría que no podía seguir, pero que desde ese momento aseguraba que fuera imposible”.
Lázaro Vargas regresó a lo grande
En efecto, el estelar retornó a la titularidad en la tercera base azul, recuperó la forma deportiva que lo había llevado al Equipo Cuba y hasta se dio el lujo de ganarse una plaza en la escuadra que asistió a los Juegos Olímpicos de 1996, donde logró su segunda medalla dorada a ese nivel.
Así, lo que la mayoría había dado por golpe irreversible no pasó de ser el mayor susto en la trayectoria de un atleta de 22 campañas en el beisbol cubano, rubricadas a ritmo de 2132 indiscutibles, 1064 carreras empujadas y average de .317.
El propio Álvarez Cambra calificó el «comeback» de Lázaro Vargas como el suceso más asombroso de su dilatada carrera en la ortopedia.
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Michel Contreras González
Periodista deportivo con treinta años de carrera. Graduado de Comunicación Social en la Universidad de La Habana, ejerció el periodismo en medios como Juventud Rebelde, Bohemia y Cubadebate antes de adherirse a la llamada prensa independiente, para la cual ha sido colaborador de la página deportiva en Oncuba, Cibercuba y Cubanet. Artículos suyos han aparecido en varias publicaciones extranjeras de habla hispana. Obtuvo numerosos premios en concursos de carácter provincial y nacional. Tiene publicados los volúmenes “Dioses Paralelos” (Ediciones Loynaz) y “Vuelos de Gavilán” (Unos y Otros Ediciones). Apegado fundamentalmente a la crónica, el comentario y la entrevista, la mayoría de sus textos versan sobre béisbol, fútbol y ajedrez, sin desdeñar el boxeo y el atletismo.