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La polémica decisión de mandar a tocar a Lázaro Vargas en el sexto partido de la final beisbolera de 1999 entre Industriales y Santiago de Cuba, fue recordada con desagrado por el legendario tercera base de los Leones de la capital.
Dos décadas y media después de aquel inolvidable 3 de abril, el número 20 todavía no entiende que el manager Guillermo Carmona le ordenara sacrificarse en el noveno inning de un encuentro que su equipo iba perdiendo 1×0 ante el gran Norge Luis Vera.
“¿Te imaginas que seas el tercer bate de tu equipo en una final y te manden a tocar la bola?”, exclamó Lázaro Vargas en El Show de Swing Completo. “¿Tú recordarías eso con alegría? Pues mira, yo toqué la bola y la jugada terminó en doble play”.
Según Lázaro Vargas, él sugirió que se hiciera otra jugada
Durante el programa, el exantesalista de Industriales rememoró que él estaba “jugando con una lesión en la pierna y apenas podía correr, así que si el toque no era bueno, los rivales podrían sacar dos outs sin problemas. Yo toqué un poco al lado, tiraron a segunda y Germán fue out apretado, pero out, y a mí me sacaron fácilmente”.
Lo más revelador llegó seguidamente cuando Lázaro Vargas explicó: “Yo había sugerido que a Germán lo mandaran al robo de bases y entonces yo le iba a dar a la bola para abajo. Pero no se hizo. Después de eso, Antonio Pacheco me dijo que cuando me vio cuadrado para tocar, se dijo ‘ya ganamos’. Porque eso fue como mandar a tu líder a s*icidarse”.
Más adelante, el hombre que decidió el Mundial de Parma 1988, abundó que en su etapa como manager siempre fue reacio a la jugada de toque de bola y sostuvo que él no podía mandar a sacrificarse a hombres como Alexander Malleta o Rudy Reyes.
Lázaro Vargas y su enemistad con el toque de bola
“Todavía me siento incómodo con lo que me pasó -dijo-, y por eso como director jamás mandé a un jugador de calibre a sacrificarse. Si yo no tenía confianza en ellos los debía mandar para el noveno bate y se acabó”.
De acuerdo con la filosofía beisbolera de Lázaro Vargas, no existe mejor situación en un partido que “tener a hombres en las bases con tus mejores bateadores en el home. Por eso yo fui muy criticado cuando en los extrainnings, al aplicarse la Regla Schiller jamás toqué la bola. Y de 11 veces que la encaré, gané 10 juegos”.
Para finalizar, Lázaro Vargas sentenció que no se puede regalar los outs de los bateadores estelares. “Si ellos fallan, tú pierdes el juego, pero lo haces con los mejores hombres que tienes en el lineup”.
Michel Contreras González
Periodista deportivo con treinta años de carrera. Graduado de Comunicación Social en la Universidad de La Habana, ejerció el periodismo en medios como Juventud Rebelde, Bohemia y Cubadebate antes de adherirse a la llamada prensa independiente, para la cual ha sido colaborador de la página deportiva en Oncuba, Cibercuba y Cubanet. Artículos suyos han aparecido en varias publicaciones extranjeras de habla hispana. Obtuvo numerosos premios en concursos de carácter provincial y nacional. Tiene publicados los volúmenes “Dioses Paralelos” (Ediciones Loynaz) y “Vuelos de Gavilán” (Unos y Otros Ediciones). Apegado fundamentalmente a la crónica, el comentario y la entrevista, la mayoría de sus textos versan sobre béisbol, fútbol y ajedrez, sin desdeñar el boxeo y el atletismo.