Por Enrique Rey
Cuando alguien habla de su amor hacia algo y la emoción en esas palabras llegan a ciertos extremos, no solo uno se ve obligado a creer en la honestidad de esa persona, sino que tiene que contenerse para no seguir sus pasos y poder desarrollar el trabajo de la mejor manera posible.
Nelson Díaz podrá tener defectos como todos nosotros, habrá quienes lo critiquen por lo que cada cual considere, pero hay dos cosas que al menos a mí me parecen incuestionables. La primera es que aparece entre los árbitros más importantes en la historia del béisbol cubano, y la otra, tan importante como la anterior, es que le dedicó bastante a su pelota y a su país con una pasión sumamente profunda.
Esto último lo confirmé el día que lo visité en su hogar de Miami, una ciudad en la que reside desde hace una década cuando decidió emigrar por diferencias con las autoridades del deporte en su país de origen.
Acompañado de su colega Juan Rodríguez Tabares y el exjardinero Carlos Tabares, con Nelson compartimos dentro y fuera de cámara múltiples temas beisboleros pertenecientes al pasado y al presente, entre los que estuvo su determinación de retirarse como árbitro y posteriormente abandonar Cuba para reunirse con su familia en Estados Unidos.
Ya esa historia es conocida, pues Swing Completo publicó tiempo atrás un video en el que Nelson señalaba al todavía Presidente de la FCB Higinio Vélez como responsable de su salida de la pelota cubana y su emigración definitiva. Todo a partir de cuestionamientos de éste y otros funcionarios del deporte por su intención de viajar temporalmente al sur de la Florida para visitar a su padre y otros familiares, lo que le costó su presencia en la II Clásico Mundial en 2009. Su rechazo por el criticado exmanager santiaguero es tan grande, que Nelson manifestó estar en la mejor disposición de contribuir con el arbitraje y el béisbol en general dentro de la Isla, pero cuando ya Vélez no esté al frente de la Federación.
Después de historias y testimonios donde no solo se habló a modo de crítica o lamentación, sino que el humor estuvo presente en muchos de los pasajes compartidos por Nelson y Juanito con Tabares y éste periodista que se encontraba en la filmación del interesante intercambio.
Mas no hubo algo más especial que el cierre de aquel encuentro, donde la emoción llegó a su punto climático sin que sospecháramos en realidad que la pregunta final se tornara tan compleja para quien muchos catalogaron por amplio período de tiempo como el mejor árbitro en activo de las Series Nacionales.
Como muchas entrevistas o diálogos no debe faltar el mensaje hacia la gente a modo de conclusión o broche de lujo, momento en el que Nelson no pudo contener aquella mezcla de sentimientos, esas pasiones y recuerdos que no se olvidan hasta el último día de nuestras vidas. Sus palabras dirigidas a los cubanos encontraban cada vez más dificultad hasta que las lágrimas frenaron por completo su propósito de expresar todo lo que quería.
Nelson respiró lo más profundo que pudo, esperó unos segundos, pero seguía privado de poder decir algo. Tuvo que pararse, caminar hasta el comedor para luego sentarse otra vez ya con la fuerza suficiente no para derrotar la emoción, pero al menos para tenerla lo suficientemente controlada.
Tabares le sugirió no continuar, pero el carácter recio y decidido del anfitrión no le iba a permitir dejar la entrevista con ese final inconcluso. Fue entonces que el árbitro cubano con más participaciones en eventos internacionales retomó su intervención sentida y sincera para los ahí presentes, y posiblemente para la mayoría de los que puedan acceder al video que aquí mostramos.
Es una realidad que en este mundo nuestro siempre habrá quienes ataquen profesional y personalmente hasta lo que casi todos reconocen con admiración, buscando la manera de encontrar las manchas del sol o inventar “cartelitos” ideológicos y personales con análisis generalizados, subjetivos y extremistas.
Yo creí en cada palabra que dijo Nelson Díaz, en sus motivos para sentir y para pensar, no solo por lo que dijo sino por la forma de hacerlo. Debemos aprender a entender las decisiones y sentimientos de los demás aunque no se correspondan necesariamente con las de uno (hablo en general), y aunque ya sea más pretencioso de mi parte, mucho bien nos hace cuando valoramos a quienes llegan a ese nivel de emoción cuando se trata de hablar de Cuba y de nosotros los cubanos.
Mientras se mantuvo en Cuba, Nelson tenía mi respeto por su trabajo como árbitro, pero después de este citado reencuentro se ganó toda mi admiración como persona y como patriota.