Por Álex Fernández Fernández
Habría que ver realmente cuáles son las potencialidades de los Yankees de Nueva York en los play-off donde la clave del éxito del equipo rival es precisamente trabajar sobre las carencias del contrario. Y aunque hoy nos endulza la vista los casi 240 jonrones de los de Bronx, ciertamente lo que antes lucía sólido en el cierre para el bullpen, ya no lo es, pues tanto Clay Holmes como Aroldis Chapman han tenido altibajos. Veamos.
Para chequear lo que podría pasar tal vez con el cubano, llega subordinado por el espacio que le dejen Wandy Peralta y Clay Holmes, con rendimientos que han ido en notable decadencia también está temporada en sus postrimerías, por lo que no sería descabellado que el mánager Aaron Boone, le devuelva la confianza al cubano, debido a su experiencia en la Gran Carpa.
Aunque Chapman no ha estado del todo fino en sus últimas salidas, lo de Holmes es más preocupante aún. En las más recientes apariciones, acumula 5.2 entradas, con desastrosa efectividad de 6.35. Su WHIP del campeonato es de 1.05. Todavía por encima de lo que pretende Aroon Boone para su staff matador.
Cuando hace pocas semanas la dirección de los neoyorquinos dejó en la lista de lesionados a Chapman por aquel problema con el tatuaje en la pierna, la mayoría de los fans pusieron la misma cara que el propio cerrador, cuando José Altuve le dio aquel palo en 2019, para cerrar la Serie por el título de la Liga Americana en el Minute Park, de los siderales.
Resulta increíble que se le hayan juntado tantos inconvenientes a quien ostenta la marca del lanzamiento más rápido en la historia de la MLB, tras aquel envío de 105 mph. Y para que se tenga una mejor idea, miremos este artículo en MLB.com que muestra su grandeza.
“Aroldis en su carrera ha fallado sólo 38 veces en las 353 veces que le han pedido salvar un partido, le han conectado de por vida 0.59 jonrones por cada nueve innings lanzados(…) Mariano Rivera permitió sólo 0.50 cuadrangular por cada nueve episodios en su magnífica carrera y el que se considera el mejor zurdo relevista de la historia, Billy Wagner, terminó con promedio de 0.82, o sea muy por arriba de Aroldis«.
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Hay que esperar la decisión que tome el alto mando de New York y se sepa el futuro inmediato de Chapman que, en su carrera desde 2010, ha dado casi 15 ponches por cada nueve capítulos.
Sus números en play off nos dicen que en su última postemporada en 2020, en tres juegos: 1.93 de PCL, WHIP de 0.64. En 4.2 entradas ponchó a ocho. Solo dio un boleto y permitió dos incogibles.
La cúspide le llegó en 2016 cuando fue protagonista en Chicago con los Cubs, en la conquista del anillo de Serie Mundial. 3.45 de PCL. En 13 desafíos ganó dos y no perdió. WHIP de 1.09, y en 15.2 entradas de labor ponchó a 21 y dio seis BB.
Ha estado en siete postemporadas desde 2010 cuando debutó con Cincinnati. Pero desde 2017 es impresionante. En una decena de sus últimas 11 salidas en estas instancias ha dejado el casillero del rival en blanco. Estancia de 12.2 entradas, con cuatro hits permitidos. Un par de carreras limpias, y 21 hombres fuera por cafés propinados. Apenas le batean 0.98 en el último lustro.
Es cierto que ha llovido mucho desde entonces, Chapman ya no es el mismo cerrador hermético, pero su experiencia no se la quita nadie. Los Yankees tienen un problema para el cierre y desde ya necesitarán de su Misil predilecto.
Otro dato: en 2020 Chapman ingresó en una lista de apenas siete lanzadores en la historia del Big Show capaces de acumular al menos 10 salvamentos en play off. Un grupo que lidera otro de los de Manhattan, Mariano Rivera (42), y que sólo tiene en activo a Kenley Jensen (17), y al holguinero (10). ¿Podrá volver a vestirse de gloria?