Por Andy Lans / @DeportesAndy
Cuando comienzo a redactar estas líneas, Loidel Chapellí Jr. lleva 13 juegos en la Dominican Summer League (DSL) con la sucursal de los Chicago White Sox. El prospecto manejado por ThOr Representaciones batea para .388 en 60 comparecencias al plato con ocho extrabases (de ellos, dos jonrones), 14 carreras anotadas y nueve impulsadas. Al menos en un principio, la DSL ha quedado chica para uno de los mejores bateadores cubanos en la historia de los Mundiales de Béisbol Sub 15.
Los Toros de Camagüey disfrutaron del pelotero de 20 años y 5’7 pies de altura durante par de Series Nacionales, sin embargo, desde su debut en clásicos locales con apenas 17 abriles, mucho han variado las perspectivas del oriundo del municipio Guáimaro.
“Terminé el último juego por el bronce, como bien se sabe. Llegué al hotel, me metí un rato en la piscina. Luego se metieron la gente del equipo. Aproveché y fui para la habitación. Recogí mis cosas. Había un parqueo cercano a nuestras habitaciones. Allí tomé un carro y me fui” nos relata en exclusiva sobre su escape del Mundial Sub 23 de 2021 celebrado en México.
“Esa decisión la tomé en el transcurso del torneo. No pensaba quedarme, pero cambié de opinión al analizar con calma la situación de mi país. Gracias a Dios, todo me salió bien” añade.
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El padre de nuestro entrevistado, Loidel Chapellí Sr. jugó 14 Series Nacionales con ristra de .328, 103 cuadrangulares y 687 remolques. Mucho tuvo que ver en la predilección de su hijo por la pelota: “Di mis primeros pasos por mi papá. Desde niño lo veía entrenar en el equipo de Camagüey. Quizás él no pensó que yo vaya a ser tan bueno, no obstante, después de unos años fuera del país, vio mi progreso y me dio el empujón que necesitaba.”
Al no contar con esa gran estatura física ¿Has encontrado oposición en determinados momentos?
—Es una pregunta un poco difícil. Siempre hay detractores que critican por el tamaño. De eso se trata la vida, de lidiar con las personas y con lo que piensan. Lo que no puedes estar desenfocado. Trato de no pensar en eso. Dicen que en el béisbol lo peloteros de poca altura tienen que hacer más. Eso es lo que intento.
El Chape Jr. alcanzó el esplendor durante su segunda temporada en Cuba. Golpeó para .317/.442/.496 en 314 presencias en el home plate. Logró siete batazos de vuelta completa con 31 traídos al plato. En dicha campaña, compiló para .300/.447/.457 en 183 comparecencias con corredores en circulación y empujó ocho veces empate o ventaja como testimonio de su oportunidad.
En tu segundo año de Serie Nacional mejoras considerablemente el bateo de fuerza con tus primeros siete vuelacercas. ¿Qué ajustes realizaste?
—Para esa Serie me preparé casi igual. Estuve mucho tiempo en la casa por la cuarentena. Mientras muchos no aprovecharon ese tiempo, yo entrenaba con bates y polas pesadas. Iba casi todos los días a practicar al terreno de Guáimaro.
››En la Serie Nacional aprendí a salir agresivo a la hora de batear. Antes me dejaba cantar muchos strikes. También aprendí a estar por encima del pítcher, y no dejar que se me monten encima.
Tus principales progresos mientras entrenabas en México después del escape.
—En México mejoré la velocidad. Me siento más fuertes las piernas. Ahora me caminan más los batazos de línea. El scout de los White Sox me mandó a jugar la segunda base, y soy más versátil en defensa.
Además de los White Sox, los Texas Rangers ofrecieron seguimiento detallado a Loidel Chapellí.
Personas que vinieron a tu mente al momento de firmar con los White Sox.
—Pensé en mi mamá, mi abuela y mis hermanos. Hago este sacrificio por ellos, para que puedan vivir un poco mejor. En especial por mis hermanos, para que tengan un futuro.