Por Alexander García
Para muchos entendidos en materia de pelota Loidel Rodríguez es uno de los pocos talentos verdaderos que tiene Cuba hoy; por su porte, por su determinación en el cajón de bateo, por su versatilidad para jugar varias posiciones, porque sueña como un grande y es fanático a Mike Trout y a Yadi Molina, por todo eso, su figura no puede pasar inadvertida.
Si hay algo que le deja un buen sabor de boca al béisbol cubano en los últimos tiempos, es la medalla de plata del equipo Cuba sub 23 en el último Campeonato Panamericano y ahí en ese torneo, Loidel, el joven receptor espirituano lució a lo grande. ¿Cómo olvidar ese jonrón ante Republica Dominicana? O también como mucha gente preguntaba por él, por su ausencia en el juego final ante Nicaragua. Algunos aseveran, de hecho, que de no haberse lesionado, Loidel hubiera cambiado la historia ese día en la discusión del título.
Su historia empieza, no ahora, como en todo, siempre hay un antes.
En el estadio la gente grita y el eco de esos gritos da la impresión de estar en un manicomio, todo se vuelve una locura, Granma le gana a Sanctis Spiritus, 18×2. Granma vive su mejor momento, su instante de gloria, Sanctis Spiritus trata de renacer; allí, ese día en Río Cauto en medio del desatino, el destino le reservo su momento a Loidel Rodríguez.
«Imagínate, tenía 18 años, estábamos abajo y salgo de emergente, ya había observado que el pitcher recurría a su curva para dominar y me preparé, ese era mi primer turno en Series Nacionales y cuando vi la bola perderse a lo lejos hasta cruzar la barda, mi mente voló, pensé en mi familia, en mis amigos, en todas las sesiones de entrenamiento», confiesa Loidel.
El tiempo corre raudo otra vez y cuando hace unos días se da a conocer el listado de talentos emitidos por la Federación Cubana de Béisbol, el nombre de Loidel Rodríguez está ahí, no hay dudas, hablamos de un grande y en pos de conocer más sobre su aún novel carrera, SwingCompleto conversó con el atleta.
«Lo mío siempre ha sido la pelota, desde chiquito, a los seis años comencé en un terrenito del municipio Sanctis Spiritus, con el profe Jarri Durán. Tres años después estando en la categoría 9-10 años integré el equipo al Campeonato Nacional en Villa Clara, en el cual quede mejor receptor, además de ser campeón. Así empecé a despegar, llegó la EIDE, los juveniles, vinieron lesiones, llegué a pensar que terminaba, pero logré reponerme y salir adelante», comenta Loidel sobre sus inicios y al respecto añade:
En cada categoría Loidel obtuvo resultados que permitieron asegurar que estábamos en presencia de un talento en progreso. Nos cuenta que «desde los juveniles me destaqué como buen bateador y de igual modo logré conjugar mi rendimiento a la defensa, pues pude sostener un buen por ciento de cogidos robando. Debido a mi rendimiento, después de mi primer Campeonato Juvenil fui llamado a las filas de la preselección de mayores en Sanctis Spiritus pero quedé en la reserva para subir después a mitad de campeonato, allí tuve mi primer turno al bate y ya sabe cómo: jonrón memorable.
Varios analistas ya hablan de la actual generación de peloteros jóvenes de Sanctis Spiritus como una generación dorada, quizás más completa que aquella de hace unos quince años atrás.
El resultado es fruto del trabajo realizado con el equipo sub 23, elenco que ya ganó un campeonato en esta categoría y a propósito Loidel nos asegura que «Te hablé de mi jonrón contra Granma pero ese contra Cienfuegos, en la final del Sub 23, está en mi cabeza todavía, para mi corta carrera, ha sido lo más grande junto al batazo ante Republica Dominicana en el Pre Mundial».
A propósito, el joven agradece todo el apoyo de su manager, Eriel Sánchez: «Es mi maestro, un gran hombre, mi profesor, es como un padre».
En el momento de la entrevista, Loidel estaba inmerso en los entrenamientos rumbo a la venidera Serie Nacional, donde deberá luchar duro con Yunior Ibarra en la receptoría, no obstante confía en su versatilidad y cree en poder garantizar un puesto en primera o en las jardines, talento le sobra.
Al final, con lo que me quedé fue con esta arista más personal, «Yo soy un guajiro que ama el béisbol, sencillo, muy apegado a la familia y a mi barrio, soy así», concluyó.