Por Franco Miguel Alvariño
Los Astros de Houston derrotaron 10×4 a los Blue Jays de Toronto, en un juego celebrado en el “Minute Maid Park”, la noche del pasado viernes, 7 de mayo, en el que los locales se soltaron a batear y con ofensiva de 15 imparables, dos jonrones y tres dobles apalearon al equipo canadiense.
El nivel de expectativa en dicho desafío para la comunidad cubana que sigue el béisbol de las Grandes Ligas era muy alto. La presencia de los hermanos Gurriel, Lourdes Jr. y Yuliesky, dos de los mejores jugadores que pasaron por las Series Nacionales Cubanas en el siglo XXI, despertaron el interés de los fanáticos del deporte de las bolas y los strikes.
A pesar de lo disparejo del marcador, ambos brillaron en momentos y condiciones diferentes del juego. “Yunito”, quien no pasa por una buena etapa a la ofensiva lució como todo un maestro en el jardín izquierdo. El menor de los Gurriel facturó una jugada que pocas veces volverá a ser vista.
En el sexto capítulo, cuando el juego marchaba 5×2, una jugada inesperada, detendría por un instante los gritos en la casa de los siderales. Segundos antes de que todo sucediera bateaba Michael Brantley, en tercera se encontraba Myles Straw y en la inicial José Altuve, los texanos amenazaban con ampliar la ventaja.
Ty Tice, el relevista que trabajaba por los Astros llevó al bateador a la cuenta de dos strikes sin bolas. Cuando Brantley parecía dominado, el derecho lanzó una recta a 92.8 mph y este la dejó llegar para conectar una peligrosa línea por la zona del cubano.
Ahí comenzó todo, solo fracciones de segundos demoró en ocurrir. El batazo, incómodo desde que salió, típico de la trayectoria que describe la conexión de un zurdo hacia la banda opuesta, obligó a Lourdes Jr. a retroceder unos pasos y casi sin equilibrio capturar la bola.
Cuando parecía quedar en la posición menos indicada para realizar un tiro hacia el plato y evitar un pisa y corre desde tercera, Lourdito logró a penas estabilizar su cuerpo y exhibir todo su brazalete. De aire, increíble, llegó la bola al receptor de Toronto. La pelota apareció en la escena junto al corredor y, en una jugada cerrada, el principal declaró el out en la goma. De esa forma impidió que el equipo de su hermano ampliara la diferencia.
En cambio, Lourdes no pudo lucir con el madero y falló en cuatro visitas al cajón de bateo, por lo que su promedio ofensivo descendió a .212. Sin embargo, a la defensiva ha sido un seguro de vida para su conjunto, en 28 juegos disputados como hombre de posición no ha cometido errores, alternando entre la pradera izquierda y la inicial. Aun, más sorprendente es que en tres temporadas y después de defender el campo corto, la segunda base, el jardín izquierdo y la primera solo acumule 12 pifias. Lo que justifica su presencia en la escuadra, amén de su mala racha.
El Yuli, por otra parte, estuvo en noche perfecta a la ofensiva con cuatro indiscutibles en igual cantidad de turnos al bate, además de igual número de impulsadas, dos anotadas, un cuadrangular y cinco carreras producidas. Lo que hizo que su línea ofensiva ascendiera a .342/.420/.553 AVE/OBP/SLG.
Ahora disfrute del excelente fildeo de Lourdes Jr.