Peloteros como Luis Robert hacen ver el béisbol como un deporte sencillo cuando en realidad está muy lejos de serlo. Y es que las habilidades naturales de este jardinero cubano son tales que lo vemos, de igual manera, dar batazos descomunales y robar bases a placer y con igual facilidad.
Muchos especialistas auguraban una temporada 30-30 (HR-BR) para Luis Robert y hasta el momento el ex miembro de los Tigres de Ciego de Ávila no ha desentonado. En apenas ocho partidos jugados ya ha desaparecido dos pelotas y lo más impresionante de todo, ha robado cinco bases, comandando este departamento a todas las Grandes Ligas.
Su más reciente estafa ocurrió en el partido de este sábado, 16 de abril, ante los Rays de Tampa Bay. Un error del torpedero Taylor Walls le dio la oportunidad de embasarse por única vez en el partido, tras no poder fildear un rolling de frente a su posición, y esto fue suficiente para que «La Pantera» hiciera de las suyas.
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Con el choque empatado y sin outs en la pizarra, Robert salió a la conquista de la intermedia y nada pudo hacer el receptor Mike Zunino para impedirlo. Momentos después volvió a hacer gala de su gran velocidad para llegar a salvo a la antesala después que Pito Abreu elevara hacia el jardín central; para finalmente anotar la carrera decisiva del encuentro remolcado por imparable de Yasmani Grandal.
Lo que aporta Luis Robert a los White Sox es tanto que, incluso cuando no pudo conectar ni un solo indiscutible o lograra embasarse por boleto o pelotazo, aprovechó la única brecha que le dieron para ser determinante y aportar más de un 50 por ciento de la carrera que terminó por decretar la victoria de su equipo 3×2.
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En este minuto, la línea ofensiva del cubano es baja (.219/.242/.438/.680) (AVE/OBP/SLG/OPS), sobre todo porque ha caído en un slump de tres partidos en los que ha fallado en 12 turnos de manera consecutiva.
Aún así, se da el lujo de comandar a los robadores de la MLB, superando a Myles Straw, de Cleveland que suma cuatro, en ambos casos, a ninguno de los dos han podido atraparlos en el intento.
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